Ahora resulta que Chávez salta como un batracio
insectívoro, cuando se da un cambio de
gobierno violento, en algún Estado cercano ideológicamente con su
presidente -como sucedió en Honduras y
en Paraguay-, para defender los valores de la democracia y evitar el
rompimiento del hilo democrático. Inmediatamente, hace un llamado al respeto de
los acuerdos firmados en los organismos multilaterales y exige más firmeza de
la OEA, para que se pronuncie contra los sediciosos. Incluso, es partidario de
tomar medidas de presión contra el gobierno golpista, como el retiro de
embajadores y el rompimiento de relaciones: Eso es interesante, si consideramos
que Chávez es un golpista consumado, que todavía debería estar preso por haber
violado la Constitución en 1992, volviendo las armas contra la república y
siendo responsable de tantos muertos. Sin embargo, no se mete para nada con la
dictadura cubana, que ha mandado por más de 50 años como si fuera un reinado persa o árabe.
Naturalmente, que él -me refiero a Esteban- no se siente golpista. Supongo, que hubo un
proceso mental bien complejo para tratar de justificar su acción y tratar de borrarla, sepultarla o extraerla
de la historia, como si no hubiese sucedido; inventando conceptos y
significados diferentes para tratar de vestir a la mona con telas de seda
japonesa o delicado lino francés. Y ello lo recogemos en las innumerables
peroratas televisivas, donde procura pintar el golpe con colores de bolivarianismo,
justicia social, sacrificio insuperable de hombres que buscaban el cambio
social, la independencia, el resurgimiento de Bolívar, etc.,etc.…y hasta
colocándole nombres dignificantes al día del golpe, para intervenir y manipular
las conciencias y los recuerdos.
“La historia debe ser revisada siempre para sacar la experiencia de sus enseñanzas”: Recuerdo -que me decía
alguna vez- un profesor en aquellos pasillos universitarios, llenos del
bullicio estudiantil, de las carteleras atiborradas de panfletos y caricaturas
contra el gobierno de la guanábana cuarto republicana; cuando evaluábamos las
políticas económicas y sociales en una Venezuela, que caminaba siempre por el
filo de la improvisación, la corrupción
y el despilfarro. Lo cierto, es
que los Paraguayos y los Hondureños trataron de darle un freno al camino
virulento comunistoide que estaban viendo en sus propios países, valiéndose de
lo que tenían a la mano. .. para reconducir su propia Historia a costa de
cualquier rechazo internacional.
Chávez se ha pasado estos 14 años, buscando pintarle la cara a
su pasado golpista y echándole mucho jabón a sus acciones autoritarias,
tratando de implementar un extraño socialismo con comunas por todas partes, que
no terminan de conformar un Estado comunal, con todo y que ha procurado
alimentarlo con leyes a trocha y moche, sin considerar a una población que lo
adversa, aplicando una aplanadora sin conciliación.
En Venezuela, falta mucha agua por pasar debajo del puente,
donde el desencanto y la reflexión cunden en el espectro para evaluar nuestro
futuro y tomar una decisión histórica en las próximas elecciones. Por lo
pronto, les digo que Chávez es un golpista por más que se vista de seda y lino
rojo, como la mona.
luisrapozo@yahoo.es
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