domingo, 1 de julio de 2012

JORGE CAJÍAS, ¿APÁTRIDA YO?

Desde que se inició esta revolución verborreica, los epítetos, calificativos, descalificaciones y agresiones no han escaseado y se han sembrado por toda Venezuela. 

La propiedad intelectual de la adjetivización negativa de la política le pertenece por entero a Chávez quien en forma permanente ha nutrido el "imaginario" del discurso chavista con toda clase de improperios contra quienes son considerados como enemigos y no como adversarios políticos, como se acostumbraba antes.

Cocinado en los hornos del resentimiento más patológico, ha surgido de boca del jefe de la revolución bolivariana la denominación "apátrida", claramente humillante hacia aquellos que no profesamos simpatías hacia el proyecto que él encarna y que hasta ahora ha resultado un fiasco que oscila de barranco en barranco.

Con el ofensivo puntapié de "apátrida" quiere significar el Jefe del Estado venezolano que más de la mitad de los venezolanos que se le oponen no tienen patria y si la tienen no es Venezuela sino el "Imperio" mismo. Y de esta manera y en forma sistemática y cruel Chávez ha condenado a más de 14 millones de personas a una condición de ciudadanos sin patria, lo que equivale a no tener ninguna clase de derechos, incluido el más venezolano de todos, como es derecho al pataleo.

Niños, adolescentes, estudiantes, amas de casa, trabajadores de todas las clases sociales y creencias que no simpatizan con Chávez se resienten frente al permanente y terrible insulto que profesa el Presidente de la República habitualmente en cadena nacional, contra humildes ciudadanos que no le han comprado su maltrecha revolución.

Pero cuando uno analiza la presencia extranjera desmedida en el territorio venezolano de un ejército de más de cincuenta mil cubanos camuflados de médicos y otros oficios, uno siente que la condición de apátrida le pertenece por entero a Chávez, quien además le entrega a Cuba más de 100 mil barriles diarios de petróleo sin recibir la paga correspondiente.

Similar cuestión ocurre cuando se piensa en el enorme crédito otorgado por China a Venezuela, lo cual más que un préstamo es una compra a largo plazo de nuestro territorio y su gente por lo impagable que resulta el mismo, y que requeriría más de tres generaciones de venezolanos para saldarlo. El apátrida otra vez no puede ser otro que el mismo Chávez.

De igual manera está la terrible situación denunciada en días recientes en elMiami Herald: el Dictador de Irán cuenta con puerto privado en Paraguaná, estado Falcón, para realizar ensayos misilísticos de mediano alcance. Esto de ser cierto, es una contundente prueba y entrega de la patria a potencias extranjeras.

Y qué decir de nuestra reclamación territorial con Guyana donde el Presidente se hace el loco, deja pasar y no hace nada para devolverle a Venezuela importante porción que históricamente nos pertenece.

El último invento del Jefe de Estado además del "vengan con Chávez y tendrán patria", es decir algo como que "quien no es chavista no es venezolano", lo cual colma el vaso de la insolencia que discurre contra natura, en quien se supone como Chávez, debe ser un ejemplo para todos los ciudadanos y gobernar sin discriminación alguna.

Con todas estas evidencias preguntarse no es ocioso: ¿Apátrida yo?

@jcajias

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