viernes, 15 de junio de 2012

JOSÉ IGNACIO TOBÓN LÓPEZ, COLOMBIA: SANTOS MUESTRA MUCHAS GANAS DE NEGOCIAR

Pasar a la historia como el mandatario que logró hacer la paz con uno de los grupos guerrilleros más antiguos del mundo, y como reflejo ser postulado al Nobel de la Paz, es la mayor debilidad de Santos en la posible negociación con la guerrilla.

El ego de Santos puede implicar el fracaso del país. Estamos a punto de repetir algunos de los errores de la administración Pastrana, seguramente no con un Caguán evidente, pero sí con una generosidad exagerada y equivocada con la guerrilla.

Stalin decía que “toda generosidad del adversario debe ser vista como debilidad”.

Decir que la guerrilla está acabada es una exageración, pero también lo es decir que es muy poderosa.

En realidad es un grupo diezmado, con reducida capacidad de ataque, incapaz de tomarse el poder por las armas.

Un grupo que solo puede recurrir a métodos terroristas, que como su nombre lo dice, busca aterrorizar a ciertos reductos de la población y generar percepción de poder, pero nunca podrán aniquilar la población.

Decir que la guerrilla es un cáncer sería exagerado. Es mejor verla como una gripa que requiere antibióticos que se deben aplicar en forma disciplinada.

Los dos gobiernos de Uribe aplicaron dos dosis de antibióticos, algo poco usual, pues lo más común era la pendularidad: un gobernante aumentaba los ataques de la guerra y el siguiente buscaba la paz.

Confieso que mi voto fue por Santos, por no votar por otro, y una de las razones de mi decisión fue que yo, seguramente por mi falta de conocimiento, asumí que Santos continuaría el proceso de Uribe.

Para mí era una tercera dosis de antibióticos que debilitaría a la guerrilla hasta tal nivel que la negociación sería la vía más rentable para ambos lados.

Me equivoqué con Santos y Santos se equivoca al abordar las negociaciones con la guerrilla como lo está haciendo.

Santos debería preguntar a los abuelos y ellos le dirían que “el que muestra las ganas, no come”. Santos ha demostrado en forma absurdamente evidente las ganas de negociar y con eso debilita su capacidad de negociación.

La guerrilla estaba mucho más necesitada de negociar en la época de Uribe para defenderse de los ataques generalizados.

Hoy, debido a la estrategia militar de Santos y a los múltiples anuncios de la negociación con ella, empieza a mostrar menos deseos de negociar para no perder poder en la mesa de negociación. Además necesita aumentar sus ataques para llegar a la negociación con mayor poder y aumentar en la población la sensación de la urgencia de la paz.

El marco para la paz es otra versión de las leyes habilitantes de Chávez.

Es un cheque en blanco que Santos quiere que le firmen para poder tener el poder suficiente en la negociación.

Es entregar todo el poder a una persona que si fuese sabia y justa, no tendríamos por qué preocuparnos.

La mala noticia es que yo veo a Santos como una persona que solo tiene lealtad a sus propios propósitos, que trabaja solo en su agenda personal y que está dispuesto a negociar con el diablo sin titubear y sin ver malos resultados para otros.

No quisiera estar con Santos perdido en una isla y escasos de alimentos. Él engordaría y yo moriría de hambre.

Pocos están en contra de tener un país en paz, pues este país con paz es un país imparable y atractivo para las inversiones mundiales.

Lo que tenemos que analizar es el costo de lograr esa paz y el proceso de negociación seleccionado.

Fuente: El Colombiano (Colombia)

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