sábado, 16 de junio de 2012

ANTONIO SÁNCHEZ GARCÍA, LA UNIDAD QUE REQUERIMOS

1
               No es lo perfecta que todos quisiéramos y las circunstancias exigen, pero es la unidad que hemos logrado construir y la única que por hoy tenemos. ¿Basta en su forma actual como para triunfar en los comicios presidenciales del 7 de octubre y desalojar del poder a quienes lo usurpan, de modo a poder recuperar en toda su plenitud nuestra República Liberal Democrática? Es la pregunta crucial del momento que sólo el tiempo podrá responder. Pero ya ha creado las condiciones para que en el curso de los meses por venir se consolide, se amplíe, se adecúe a las cambiantes circunstancias y vaya creando ese nuevo órgano político que nos una en un solo haz de voluntades y nos permita librar la gran batalla contra la usurpación y salir airosos del desafío.

                Pues la política – ese enfrentamiento amigo-enemigo en que se convierten los conflictos de la vida en sociedad cuando el colectivo identitario que nos constituye ha perdido su armazón estructural y deja al desnudo las más cruentas contradicciones que lo conforman – es un fenómeno vivo, variable: un proceso en permanente evolución – o involución - que no se detiene salvo cuando uno de los factores aniquila al otro y monta el tarantín dictatorial y policiaco que sus mismos promotores han llamado el Estado Total. Desde el siglo XX llevado a la realidad por el fascismo y el socialismo, las dos caras de la misma moneda.

                No es necesario remontarnos a la tiranía soviética o a sus satélites, ni al nazi fascismo germánico para comprender lo que significa el fin de la política, cuando el partido bajo el dominio del autócrata se ha devorado a toda oposición, su tiranía ha asfixiado toda búsqueda de alternativas de gobierno y sólo sobrevive bajo la forma antropofágica de devorarse a sí misma. Esa aterradora unidimensionalidad de la Noche de los Cuchillos Largos  de Hitler o llevada al extremo del delirio por Stalin y los Juicios de Moscú.

                Para comprender el significado del fin de la política basta con dirigir la mirada a La Habana, en donde la monstruosa perversidad de un caudillo de potencias bíblicas ha terminado consumando el canibalismo mítico de Saturno devorando a sus hijos. Cuba sigue los pasos de la URSS: morirán sus tiranos, se consumirá su descendencia y asfixiada en el océano de sangre e iniquidad de su inopia implosionará como lo hiciera la Unión Soviética. Por y hasta ahora, la política en Cuba se ha reducido a las lamentaciones de algunos trágicos iluminados que piden auxilio asomando sus reclamos por la red como náufragos en medio del océano.

                Es lo que la unidad de los venezolanos quisiera impedir se implante en nuestro país utilizando las formas más civilizadas de lucha. Es el significado de esa extraordinaria manifestación de fuerza del 10 de junio, que se plantea como primera estación de la larga marcha hacia la paz, la concordia y la reconciliación el triunfo electoral del candidato de la democracia el próximo 7 de octubre.

2

                Ciertamente: la democracia se caracteriza por la pluralidad existencial, física, ideológica de sus componentes, expresión de la pluralidad de intereses de la sociedad misma. La sociedad dejó de estar conformada por estamentos estancos, blindados en sus privilegios estamentales – la sociedad cerrada -, para convertirse en el entramado de intereses grupales en permanente evolución, la sociedad abierta. Determinada a la práctica de la libertad política por la necesaria libertad del intercambio, esencia del sistema económico de la libre competencia. Una determinación histórica del mercado que se ha mantenido inalterada por los siglos, a pesar de los graves quebrantos inducidos por las ideologías del utopismo socializante, realizados a costa de graves devastaciones y siempre condenados al fracaso.

                No es el caso de las tiranías de signo totalitario como la que se pretende instaurar en nuestro país: deben arrasar con todas las diferencias idiosincráticas, imponer la igualdad a raja tabla, perseguir, demonizar y aniquilar toda suerte de atributos diferenciadores: económicos, sociales, raciales, políticos, religiosos y de cualquier índole. Su ideal es aniquilar las particularidades y crear el hombre nuevo: figura metafórica de un sujeto sin atributos, vacío de todo contenido real, robotizado por el fanatismo religioso del Estado Total, al servicio del tirano, su partido y sus fuerzas armadas. Dominado por la creencia en la planificación centralizada de toda actividad humana bajo la omnipotencia y ubicuidad del Estado. Una aspiración que al violar los principios naturales, inherentes a la persona humana, conduce inexorablemente al callejón sin salida del fracaso.

                De modo que la unidad de los demócratas es radicalmente distinta a la sedicente unidad de los totalitarios. Aquella  reúne diferencias específicas tras un fin común y se alimenta de la diversidad de individuos libres y conscientes; ésta, impone desde arriba la sumisión total a los objetivos y propósitos del tirano y se mantiene bajo la coacción, la amenaza y el terror siempre latente de quien posee los instrumentos de la aniquilación física. Aquella es la unidad con el propósito de la vida. Ésta no tiene otro propósito que la esclavitud y la muerte.

                De allí las contradicciones políticas irresolubles entre los bloques que se enfrentan en una situación de excepción, como las que hoy  enfrentamos en Venezuela. Son dos sistemas de vida, dos formas de existencia contradictorias y antinómicas, entre las que no cabe convivencia posible. Son intrínseca, existencialmente excluyentes. Y el precio de esta irresolución que arrastramos desde hace 14 años ha sido la devastación de la sociedad, la aniquilación de nuestra base económica de sustentación, la parálisis histórica que experimentamos como Nación. Sólo los ingresos petroleros – un regalo de la naturaleza que nada tiene que ver con la actividad social del sistema vigente en Venezuela – ha permitido el permanente escarceo entre la tiranía y la democracia y la mantención de una apariencia democrática de un régimen intrínsecamente dictatorial. ¿Es posible que esta guerra no declarada continúe su fase de desgaste y aniquilación indefinidamente, alimentada por los altos precios del petróleo? ¿O, como todo parece indicar, se aproxima a su resolución definitoria a favor de la democracia, como los actos de este fin de semana permiten pronosticar?

3

                Venezuela es hoy mucho más pobre que hace 14 años. Su dependencia del petróleo ha llegado al punto más temido por nuestros más lúcidos intelectuales: la parálisis productiva de nuestra sociedad y la conversión de sus ciudadanos en parásitos echados a las ubres petroleras. Una sociedad que de sufrir el colapso de su renta petrolera se retrotraería a la devastada Venezuela heredada de la Guerra Federal. Cataléptica y paralizada bajo la bota y el látigo del tirano de turno.

                Por tanto, si bien la unidad que tenemos podría permitirnos la victoria electoral el próximo 7 de octubre, la tarea de desalojar al chavismo y su proyecto totalitario, que ha trasminado todas las instituciones y ha socavado gravemente las bases de nuestro sistema republicano liberal – las fuerzas armadas, ultima ratio de todo régimen político – requiere de una unidad muchísimo más amplia y profunda, que apunte a un proyecto socio político y económico de largo plazo y fije el marco teórico y conceptual de un Plan de Reconstrucción y Desarrollo Nacional.

                Dicho Plan de Reconstrucción y Desarrollo Nacional – absolutamente necesario e inevitable, si queremos sobrevivir como Nación Soberana - no es ni pensable ni realizable sobre la base del egoísmo de sus miembros, de los intereses particulares de los partidos que pretendan llevarlo a cabo, de las ambiciones menudas de sus dirigentes, de las apetencias inmediatistas y mercantiles de sus individuos. Es un plan tan necesario y ambicioso como el que nos dio nacimiento como república soberana, mucho más trascendente que el que garantizó la estabilidad de nuestra democracia y permitió el paso a la modernidad a partir del 23 de enero de 1958. Es un pacto cuyo objetivo histórico es la refundación de la república y el desarrollo hacia la modernidad plena y la integración cabal en las coordenadas de la globalización.

                Sería una liviandad pensar que esa unidad ya existe y que se cubre perfecta y adecuadamente con los encomiables e indiscutibles logros de la Mesa de la Unidad Democrática. El pacto al que nos referimos debe incorporar a todos los sectores productivos de la vida nacional – academias, iglesias, universidades, partidos, organizaciones empresariales y de trabajadores, profesionales, técnicos y al conjunto de lo que ha venido en llamarse la Sociedad Civil. Hablamos de un Gran Pacto de Entendimiento Nacional, de un Compromiso Histórico cuyo primer objetivo es derrotar electoralmente al chavismo, pero cuyo propósito de mediano y largo plazo es desplazarlo radical y definitivamente  del Poder para construir la Venezuela del futuro.

                Sólo la medianía intelectual y la ignorancia de las graves circunstancias porque atravesamos pueden pretender suavizar el desafío y comparar las tareas que se nos avecinan con un reencuentro circunstancial. No se libra un combate de estas dimensiones con un soplido venturoso. Se lo libra con la inteligencia, el coraje y la grandeza con que Winston Churchill convocara a los ingleses en su lucha contra la barbarie: con la disposición a la sangre, al sudor y las lágrimas.

sanchezgarciacaracas@gmail.com 

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.