El juego político en Venezuela se
encuentra en “jaque mate”, el gobierno se desploma poco a poco entre la
ausencia reiterada del Jefe de Estado y las intrigas palaciegas entre los que
aspiran a convertirse en el “heredero al trono”.
Le desesperación cubana ante la
imposibilidad de conseguir imponer un marioneta presentable, ha llevado a los
Castro a “sugerirle” al auto-secuestrado presidente, una serie de medidas
destinadas a mantener el control, hasta que se den las condiciones de aislamiento
necesarias para imponer, dentro o fuera de la ley, un régimen completamente
subyugado a la Habana.
Nombrar como sucesor a Nicolás Maduro, Diosdado Cabello o Adán Chávez
significaría enfrentarlos a las aspiraciones de Elías Jaua.
Maduro ha pactado con Adán Chávez. Raúl y Fidel los ven con buenos ojos.
De Cuba donde cualquier información, por secreta que sea, se consigue por 20
dólares, informan que uno será el presidente encargado y el otro el candidato
del PSUV.
Diosdado Cabello es el que más tiene perder, incluyendo su libertad, no
es comunista, posee una considerable fortuna y el departamento de Estado lo
tiene en la mira, lo que lo hace más peligroso.
A pesar de que los Narco-Generales siguen presionando, la opción militar
que acariciaba el Chavismo para mantenerse en el poder pierde vigencia, frente
a las denuncias realizadas por el juez Aponte Aponte, huido de Venezuela tras
su destitución. Aponte Aponte señala al general Clíver Alcalá; al ministro de
Defensa, Henry Rangel; al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello,
y al director de la Dirección de Información Militar, Hugo Carvajal, como
miembros de una red internacional de tráfico de droga.
Si a esto agregamos que Alcalá y Rangel fueron incluidos en la lista
elaborada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del
Tesoro norteamericano por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y que
Cabello había sido mencionado por los cables del Departamento de Estado como
“uno de los principales polos de corrupción de Venezuela”, resultaría cuesta
arriba para el chavismo, en una primera etapa, justificar la opción militar e
intentar conseguir un apoyo de sus “peones” internacionales.
En la partida fratricida el ala moderada del castro-chavismo parece
haber avanzado en su juego contra sus adversarios.
Lo que el Gobierno de la Habana desea, es ganar tiempo para sus próximos
movimientos antes del proceso electoral.
La primera gran dificultad es que nadie puede garantizar cuanto le queda
de vida al Presidente, pero frente a esa realidad, están conscientes que
imponer un sucesor, confesión definitiva de la incompetencia de Chávez para
gobernar aceleraría el desafecto de la masa electoral.
Retirarse de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se convierte
en una jugada de doble efecto, en primer lugar les evitará tener que responder
las denuncias que se derivaran de sus acciones futuras y a la vez permite
calmar a los que se encuentran asustados por saberse incursos en delitos por
los que podrían ser juzgados, eso los hará más incondicionales y más rastreros.
En segundo lugar, sirve de excusa oportuna para acelerar la designación
de un Consejo de Estado como la alternativa menos traumática para cuando suceda
lo inevitable.
A diferencia de otros analistas yo lo percibo exclusivamente para servir
como vaso comunicante entre los diferentes sectores del Chavismo y garantizar
la cohesión necesaria entre todas las fracciones chavistas, para sostener el
“Gobierno Moribundo”.
Según la Constitución, el organismo solo se concibe como asesor que
brinda recomendaciones al presidente, quien estaría a cargo de tomar sus
decisiones.
Atentos venezolanos, el Consejo de Estado no está autorizado
constitucionalmente para ejercer el poder y cualquier intento en esta dirección,
se convertiría en un golpe de Estado y deberá ser rechazado enérgicamente por
todos.
En las cúpulas gubernamentales creen que el pueblo venezolano es una
masa desordenada, desengáñense los que piensan que terminaremos por aceptar lo
que quieran imponernos.
El “Bravo Pueblo” tiene conciencia de su identidad y está compuesto por
personas que decidimos tomar el autobús del progreso.
Le debilidad del Gobierno es de tal nivel, que el propio Fidel se ha
atrevido a lanzar amenazas, como si pudiera dictarnos ordenes, como parece
acostumbra hacerlo al Partido Socialista Unido.
Nuestra dignidad como seres humanos debe ser respetada por los Castro,
les guste o no, ella es la base del respeto de todos nuestros derechos humanos,
como ciudadanos libres para decidir nuestro avenir. Nuestras fuerzas armadas
institucionales deberían pronunciarse ante el atrevimiento del anciano
comunista.
El Consejo de Estado fue designado por Hugo Chávez, un diplomático, un
escritor, un periodista, un militar activo y un abogado, Roy Charderton, Germán
Mundaraín, José Vicente Rangel, el almirante Carlos Rafael Giacopini Martínez y
Luis Britto García y habría que agregar los que la ley establece de oficio por
sus funciones: los representantes de la Asamblea Nacional, Tribunal Supremo de Justicia
y Gobernadores.
Todos convictos y confesos defensores de esta dizque revolución, todos
responsables del disfuncionamiento nacional.
Frente a un Consejo cómplice de los planes de Castro, me permito
sugerirle a la oposición unida la creación de un Consejo Nacional Democrático,
donde las verdaderas fuerzas vivas del sentir venezolano estén presentes,
convoquemos la Iglesia, las universidades, los sindicatos, los estudiantes, los
partidos políticos, la MUD, las ONG, los defensores de los derechos humanos, la
banca, empresarios, comerciantes y las Fuerzas Armadas Institucionales, todos
juntos para defender el camino constitucional que tenemos para la transición
legal hacia un nuevo gobierno, que son las próximas elecciones del 7 de
octubre.
Ese día será la gente quien decida el futuro del país, quien sustituye
este Gobierno que llega a su final.
En la antigüedad Aristóteles consideraba que el hombre era un ser
social, y que su plenitud se lograba en el ámbito de la polis. El estado era
necesario para que el individuo se desarrollara moralmente y alcanzase la
felicidad, tanto el filósofo griego como los principios humanistas de la
filosofía cristiana consideran que la política no debe separase de la ética, y
ese es el reto que enfrentamos.
Reconstruir un estado sólido, respetado, efectivo, justo y ético.
La victoria de Henrique Capriles Radonski abre el camino para la
reconstrucción de Venezuela para devolver el respeto a las instituciones, para
rescatar la economía, la paz social, el derecho a la educación, a un trabajo, a
la libertad y a una Venezuela decente.
Para alcanzar un país en que podamos alimentar el alma y el cuerpo,
satisfacer lo que como seres humanos nos solicita la inteligencia, los
sentidos, el conocimiento y el amor… de Dios, del prójimo y de ti mismo.
nelsoncastellano@hotmail.com
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