viernes, 11 de mayo de 2012

LUIS MANUEL AGUANA, ACTOS DE FE

Podemos definir como un Acto de Fe a la acción humana de creer sin ninguna explicación racional que respalde esa creencia. Fue un Acto de Fe el que se le pidió a Santo Tomás y no creyó en la Resurrección hasta que el mismo Jesucristo resucitado le dijo que introdujera sus dedos en la herida de los clavos. Solo entonces creyó. De allí en adelante Santo Tomas indicó "La fe se refiere a cosas que no se ven, y la esperanza, a cosas que no están al alcance de la mano".
La Rectora Presidente de CNE, Tibisay Lucena, nos pidió, de acuerdo a sus declaraciones del pasado domingo 6 de Mayo en El Universal (http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/120506/el-voto-siempre-ha-sido-secreto-y-lo-seguira-siendo), que “confíen que el voto es secreto, pero no como un Acto de Fe hacia el organismo comicial sino como resultado de las auditorías y pruebas realizadas al sistema”. Ver para creer, diría Santo Tomas. Pues bien, de acuerdo a esa afirmación, solo un grupo selecto de individuos técnicos del gobierno y de la oposición, a quienes la Rectora Presidente ha endosado ese Acto de Fe a que creamos en ellos, tienen la verdad verdadera. Confíen en ellos que su voto será secreto, dijo. Un Acto de Fe, pues.

Por otro lado, la oposición nombra a sus “nuevos” representantes técnicos ante el CNE (http://www.lapatilla.com/site/2012/05/02/comando-venezuela-presenta-equipo-electoral/) y cuyos integrantes, en su mayoría, son los mismos que han levantado la mano al gobierno en el pasado, escondiendo de la opinión pública esas supuestas pruebas y auditorías realizadas al nuevo sistema electoral de la Rectora Presidente del CNE. Debemos pensar también que la oposición nos pide también un Acto de Fe para estos “nuevos” integrantes del Comando Electoral Tricolor. ¿De qué será que nos ven la cara?

De verdad creía que el candidato de la Unidad había entendido lo que hemos gritado, al parecer no lo suficiente: las elecciones aunque las ganes en las calles, las puedes perder en el CNE. Se insiste en que no importa lo técnico, que esto “lo tenemos cubierto”. Que estaremos en todas las mesas (¿?), que “estamos blindados”. ¡Igualito que cuando Rosales! Y a quien se le ocurra dudar de eso es sometido al escarnio de la oposición por dudar de esa fe ciega de que sí ganaremos. ¡No hables de esa vaina! No importa que las credenciales de los programas de asignación de miembros de las mesas sean 80/20 a favor del oficialismo y aprobados por estos “nuevos” miembros del Comando Electoral Tricolor. Debe ser que los programas aleatorios de asignación de miembros están afectados por una semilla que tiene como variable principal el porcentaje de las encuestas del gobierno. Otro Acto de Fe, pues.

Creí, de manera ilusoria (todavía conservo cierto grado de ingenuidad porque si no, sería imposible disfrutar la vida) que con una nueva sangre política al mando de la campaña de la oposición después del 12F, las cosas serían diferentes; y habría al menos una sustitución a fondo de nuestros representantes técnicos ante el CNE como condición “sine qua non” básica para podernos defender de cualquier cosa que estén técnicamente haciendo adentro para asegurar que el candidato del gobierno NO PIERDA LAS ELECCIONES. El desarrollo e implementación de un nuevo sistema electrónico que ha costado a la nación más de 45 millones de dólares y sin ninguna necesidad, debería al menos levantar suspicacias de parte de la oposición democrática. Pero no. Se le dio un cheque en blanco a quienes fueron los primeros en aceptar a las 7 de la noche la derrota de Manuel Rosales cuando muchos estábamos todavía contando votos en los centros electorales. ¿Otro Acto de Fe?

Con un cambio real en nuestra representación (es decir todos nuevos), al menos el Comando Tricolor no correría el riesgo de ser engañado desde adentro como ocurrió en el 2006. Se haría, como me dijo hace poco un amigo cercano, cambiar los jurados en el juicio de Al Capone justo antes de la decisión. “Alguacil, dígale al juez de al lado que me mande su Jurado, que yo le envío el mío”, para la desgracia de Capone. En el juicio de oro de la próxima oportunidad de la democracia venezolana hay que cambiar los jurados. Nótese que digo la próxima oportunidad y no la última. Siempre habrá la oportunidad de cambiar los jurados. Pero la próxima siempre es más difícil que la anterior. Y tal vez en la próxima oportunidad ni siquiera haya un juicio ni un jurado que cambiar.

Algunos dirán, y ¿porque nuestra insistencia en este tema? Porque como dije en el artículo anterior, hay muchas definiciones de la estupidez humana pero la que mejor se adecua ahora es la de Einstein: repetir la misma cosa una y otra vez esperando resultados diferentes. ¿Creerá la MUD que tendrá resultados diferentes con el mismo equipo en el CNE? Un Acto de Fe más…

De nuevo, la antigua manera de hacer política se impuso en el nombramiento del“nuevo” equipo electoral del Comando Tricolor, demostrando que el candidato está convencido o lo han convencido de que “estamos blindados”. Esto no es la primera vez que pasa. Pero desde aquí le recomendamos que vuelva a pasearse por sus integrantes. Que se lea el Informe Guácharo (http://venezuelavetada.blogspot.com/2011/11/ludwin-moreno-informe-guacharo.html) y lo contraste con su discurso de “una nueva manera de hacer política”, y que saque sus propias conclusiones. Los candidatos son una suerte de surfistas que están montados sobre una gran ola de gente. Y para no caerse deben confiar en quienes lo sostienen, pero no todos quienes tienen esa responsabilidad están interesados en que no se caiga. Hay mucha gente de aquí adentro que odia que las nuevas generaciones se empoderen del “nuevo camino” y prefieren seguir con lo mismo aunque eso signifique calarnos a este régimen por 6, 12 o 18 años más. Hay mucha mezquindad escondida en las sombras esperando. Y eso lo debería saber el candidato y si no lo sabe mejor es que el último apague la luz.

Nunca como ahora el demócrata venezolano común ha depositado en su candidato una fe y una esperanza tan grande. Cree de verdad que Henrique puede ser la salida del país. Los 3 millones de votos que se sufragaron el 12F así lo demuestran. Nunca en unas primarias nadie había sacado más votos que Henrique Capriles. Eso le asigna una cuota de responsabilidad adicional, mayor que cualquier otro candidato en la historia democrática del país. Quiero de verdad creer, así como un Acto de Fe, que sabe lo que está haciendo. Pero al ver estas decisiones en las que se designan con la venia del candidato a los mismos que nos llevaron a la capitulación del 2006 teniendo tanta gente nueva, joven y absolutamente capaz en temas electorales y sin rabo’e paja, mi fe se queda en el camino y se desmorona.

Tal vez ya sea tarde para remendar lo que haya avanzado técnicamente el régimen en el CNE en el envilecimiento del REP, no lo sé. Pero lo que sí sé es que aquellos que lo ayudaron de este lado sin abrir la boca ya no serán más responsables y ya quedará de parte del pueblo venezolano decidir el 8 de Octubre si ese Acto de Fe a su candidato de verdad valió la pena.

Twitter:@laguana


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