La
cuestión no está sencilla de plantearse, sea como indica Wallerstein al afirmar
que el capitalismo se acabará o proclamará con tanta seguridad como lo hace
Thomas Friedman cuando afirma que donde
hay un “McDonald” no hay guerras. Son épocas de cambios que se consolidan con
la suma de esfuerzos, esperanzas y educación ofrecida en estas sociedades a
través de los años.
Partiendo
de bases más sencillas, sin complicarnos al pretender cambiar el mundo o si es
que hay otros mundos. El modelo de la Teoría del Estado Psicosocial
Latinoamericano, parte de una triada secuencial que logra darle el inicio a un
desarrollo y crecimiento mesurable al ciudadano de nuestros países, dicha
triada que la presentamos como
Ciudadano, Familia y Sociedad, logran ofrecer realmente la posibilidad de crear
un Estado con las características que se requieren en esta época postmoderna.
El
mundo se ha hecho incuestionablemente interdependiente y así sus países,
regiones y localidades; en los ámbitos, biológicos, psicológico, sociales,
espirituales y culturales, no obstante se logra observar que en el ámbito
comercial, industrial y el movimiento de
los capitales sin duda alguna también; reconociendo tristemente, que en temas
de eco/ambientales nos falta mucho por consolidar y avanzar.
Cabe
destacar que es evidente la reforma y construcción de nuevas formas de
organizaciones globales, nacionales, regionales y locales a todos los niveles,
pero cabria destacar que la concepción donde el ser humano, que llamamos
ciudadano, sus familias y la sociedad que lo conforma bajo un Estado que lo
coordine, tendría que iniciar un camino
que posea una visión integral de progreso, cuyo desarrollo y crecimiento
permita planear entre borrascas, un existir exitoso, con bonanza, paz y una
vida digna.
El
Progreso, significa, etimológicamente (del latín progressus), la acción de ir
hacia adelante. Se considera que este conduce a mejorar la vida del hombre, su
familia y las comunidades, con profunda convicción de sustentabilidad, producto
de dos variables importantes, la primera el Cambio Climático, imposible ya de
ignorar; la segunda basada en el planteamiento social, de ganar-ganar.
Los
resultados mensurables de la coexistencia social se logran entender como
consecuencias en la ausencia de las variables mencionadas: Desempleo,
Inseguridad, Desastres Naturales, Inflación, hambre, corrupción, baja calidad
educacional, populismo, entre muchas más. Por otro lado, este “progreso
tradicional”, tiene efectos sobre el ambiente, tanto sobre la disponibilidad de
los recursos (no renovables) como en la capacidad para absorber sus
desbastadores efectos (contaminación).
Es
indispensable revisar lo vivido, el progreso adaptado a los recursos limitados
de la Tierra y preguntarnos si podemos persistir alterando la estabilidad del
ecosistema. Según el periodista francés Philippe Saint Marc, la sociedad deberá
elegir entre una “economía de posesión” (búsqueda de un más) y una “economía de
plenitud” (búsqueda de un mejor). Se ha llegado a un punto en que el hombre
debe optar entre la obsesión por este tipo de “progreso” o un desarrollo
sostenible para preservar al ambiente y al planeta.
joseponschene@hotmail.com
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