Recorrer el interior del país es encontrarse
en vivo y directo con el proceso de envilecimiento ciudadano que caracteriza al
régimen de Hugo Chávez.
Estos tiempos de vergüenza inaudita, no solo convierten
a este régimen en el más corrupto, ineficiente y mentiroso de la historia de
Venezuela, también en el gobierno que más esfuerzo ha hecho por degradar al
ciudadano para convertirlo en un pordiosero del estado.
El espectáculo de
hombres y mujeres de todas las edades parasitando a la vera de alcaldías y
gobernaciones, uniformados de rojo, marchitando sus vidas en los bancos de las
plazas Bolívar, es asunto rutinario. En los estados que padecen el chavismo
fanático y estéril, no hay posibilidades de generar inversiones que se
traduzcan en empleos estables y bien remunerados. Al contrario, este régimen
cavernario en su indetenible proceso de destrucción nacional, ha acabado con lo
mucho o poco que hubiera en ellos y con su probada capacidad erosiva ha
destruido esas oportunidades.
En definitiva este desgobierno sabe que un
ciudadano cuya vida cotidiana, no dependa de la voluntad del gobernante, se
hace más independiente, más libre y más refractario a los slogans de la
politiquería y la demagogia barata. Para la oposición democrática es demasiado
importante llegarle a cada uno de esos ciudadanos con un mensaje claro y
concreto que le permita entender las posibilidades reales que existen de
cambiar su destino, de construirse un camino de prosperidad sin ser chantajeado
por un partido o por un gobierno. Pero a
este ciudadano no se le llega desde Caracas o por Globovisión. Hay que ir a su
encuentro personalmente. Y esa tarea titánica exige como única posibilidad la
manifestación concreta de unidad de todas las fuerzas políticas, y grupos
independientes, activados en cada pueblo, caserío y barrio del país.
La unidad no puede ser solo una declaración de
principios, la unidad es la verdadera fortaleza de la oposición democrática, y
ella debe encontrar en Enrique Capriles a su primer promotor. En una reunión
reciente de la MUD, escuche a esa hermosa y valiente mujer María Corina
Machado, desglosar los diferentes sectores que bajo su coordinación,
constituyen frentes para la acción social y política con los cuales hay que
trabajar para garantizar la victoria el 7 de octubre. Al escucharla se me
ocurrió pensar en que si en cada uno de esos frentes, no están incorporados de lleno
TODOS aquellos que conforman la unidad opositora, asumiendo responsabilidades,
estaremos trabajando contra nosotros mismos.
Se requiere que la comprensión,
esa difícil proeza humana, se ponga en acción y más allá de prepotencias,
argumentos baladíes, situaciones personales etc., entendamos que hay un país,
al cual solo es posible llegarle si se accionan todos los mecanismos que sean
necesarios para que la unidad sea algo más que una consigna vacía. El país está
podrido, y aunque usted no lo crea o le parezca imposible, hay mucha gente que
ni se ha enterado. Hay un camino, y la
clave es la unidad.
freddynm6311@gmail.com
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