El 24-11-1948 se constituyó una Junta Militar de Gobierno con tres
Tenientes Coroneles. La presidía Carlos Delgado Chalbaud, a quien acompañaban
Marcos Pérez Jiménez como Ministro de la Defensa y Luis Felipe Llovera Páez,
Ministro de Relaciones Interiores. Se derogó la Constitución de 1947, para
retornar a la de 1936, con la oferta de “tomar disposiciones de carácter
progresista” contenidas en la en ese momento derogada.
Muchos dirigentes del gobierno derrocado fueron apresados, otros salieron al exterior; el Presidente Gallegos, detenido, pudo ir a La Habana el 5 de diciembre, mientras Betancourt, asilado en la Embajada colombiana, pudo salir el 23 de enero 1949. Los partidos AD y PCV fueron ilegalizados y muchos de sus dirigentes perseguidos, o fueron encarcelados. Con todos sus conflictos y avatares, el breve disfrute democrático que duró 37 meses, pasó al recuerdo. Era el innecesario regreso del “Gendarme Necesario.” El jefe de la conspiración fue, de nuevo, Pérez Jiménez. Delgado Chalbaud, quien era Ministro de la Defensa de Gallegos, habló al país por radio, al mediodía de ese 24 de noviembre, para garantizar a los venezolanos que las FFAA respaldaban al Presidente Constitucional y que había normalidad en todo el país; a las 2 pm, se dirigió de nuevo a la Nación, por la Cadena de Radio y en su condición de Presidente de la Junta Militar, para explicar las razones de “imperiosa obligación” por las que había sido derrocado el gobierno. Las garantías constitucionales quedaron suspendidas por un año, pero no las libertades de opinión y reunión, sino hasta “cuando se reglamentaran.” Entonces, se inició el clandestino regreso de líderes de AD y PCV, mientras se ejercía fuerte control sobre los medios de comunicación. Los trabajadores petroleros del país declararon huelgas a partir de 1950. La Junta disolvió sus sindicatos. En mayo de ese año hubo subversión en la Base Aérea de Maracay, que fue sofocada y apresados muchos oficiales comprometidos, excepto su líder, quien, gracias al silencio de los oficiales presos, continuó en la Fuerza hasta el 1-1-1958, siendo el Jefe conductor del alzamiento aéreo de ese día.[1]
Muchos dirigentes del gobierno derrocado fueron apresados, otros salieron al exterior; el Presidente Gallegos, detenido, pudo ir a La Habana el 5 de diciembre, mientras Betancourt, asilado en la Embajada colombiana, pudo salir el 23 de enero 1949. Los partidos AD y PCV fueron ilegalizados y muchos de sus dirigentes perseguidos, o fueron encarcelados. Con todos sus conflictos y avatares, el breve disfrute democrático que duró 37 meses, pasó al recuerdo. Era el innecesario regreso del “Gendarme Necesario.” El jefe de la conspiración fue, de nuevo, Pérez Jiménez. Delgado Chalbaud, quien era Ministro de la Defensa de Gallegos, habló al país por radio, al mediodía de ese 24 de noviembre, para garantizar a los venezolanos que las FFAA respaldaban al Presidente Constitucional y que había normalidad en todo el país; a las 2 pm, se dirigió de nuevo a la Nación, por la Cadena de Radio y en su condición de Presidente de la Junta Militar, para explicar las razones de “imperiosa obligación” por las que había sido derrocado el gobierno. Las garantías constitucionales quedaron suspendidas por un año, pero no las libertades de opinión y reunión, sino hasta “cuando se reglamentaran.” Entonces, se inició el clandestino regreso de líderes de AD y PCV, mientras se ejercía fuerte control sobre los medios de comunicación. Los trabajadores petroleros del país declararon huelgas a partir de 1950. La Junta disolvió sus sindicatos. En mayo de ese año hubo subversión en la Base Aérea de Maracay, que fue sofocada y apresados muchos oficiales comprometidos, excepto su líder, quien, gracias al silencio de los oficiales presos, continuó en la Fuerza hasta el 1-1-1958, siendo el Jefe conductor del alzamiento aéreo de ese día.[1]
La juventud estudiantil de entonces, se replegó para
estudiar las doctrinas políticas de entonces, cobrando gran interés la
comunista que, así, se hizo mayoritaria en las Universidades nacionales, lo
que, más tarde, se reflejó luego del triunfo de Fidel Castro en Cuba, con la subversión
guerrillera urbana y rural, así como
también en las divisiones de Acción Democrática y, en menor grado, Copei.
Los partidos aún legalizados (Copei y URD), pero
seriamente restringidos, reclamaban el retraso en crear el Estatuto Electoral y
la promesa de la Junta de convocar a elecciones parlamentarias. Sin embargo,
desde el inicio fueron evidentes las diferencias del modo de ser del Presidente
Delgado (serio pero amable, adusto pero educado y muy cordial) respecto a la de
Pérez Jiménez, quien era obvio que ambicionaba el poder, mientras que Llovera
se mostraba “deportivo” y con otros intereses personales. La imagen del
Presidente era favorable a él, a quien se calificada de civilizado, tal vez por
su formación militar francesa y sus orígenes familiares. También en la Junta
había tres posiciones, que, en la práctica se reducían a dos: la del Presidente
y las de los Ministros. De ello se fue formando, en ciertos sectores, la idea
de una posible candidatura de Delgado Chalbaud. ¿Algo que ver con el magnicidio?
El 13-11-1950, en la mañana y en la quinta Maritza de
Bello Monte, fue asesinado Delgado Chalbaud. Capturado, después de salir de su
casa en El Pedregal, con sólo 1 escolta y acompañado por el Capitán (Navío)
Carlos Bacalao Lara, conjurados armados los sometieron y condujeron a esa casa
al Presidente y al Edecán Bacalao. El jefe del grupo fue Rafael Simón Urbina,
célebre por su asalto a Curazao. Después del crimen, Urbina se refugio en la
Embajada de Nicaragua, pero fue entregado a la Policía política. Se sabe que a
alguno de los conjurados se le disparó el arma, lo que hirió en un pie a
Urbina, quedando en manos el grupo de Domingo Urbina quien habría decidido el
asesinato. El Capitán Bacalao trató de defenderlo, pero fue neutralizado. El
Presidente recibió varios disparos que le mataron. La opinión pública
interpretó, sin otra prueba que una declaración de Urbina quien exigía a las
autoridades policiales que le dejaran hablar con Pérez Jiménez expresándoles “él
sabe”, que éste era el cerebro del crimen. El gobierno hizo circular un grueso
expediente sobre este asunto, pero que no fue suficientemente esclarecedor.[2]
Nada en firme se supo de autoría intelectual de ese crimen, cuyos más de 20
implicados se juzgaron y condenaron. En cuanto a Rafael Simón Urbina, se dijo
que “se suicidó” cuando la policía lo trasladaba a una cárcel.
El Coronel (post mortem) Delgado Chalbaud fue
solemnemente enterrado, y se designó al Dr. Germán Suarez Flamerich como
Presidente de la, entonces llamada, Junta de Gobierno. Se determinó que se
convocaría una Constituyente cuya función era el hacer una nueva Constitución. El
Estatuto Electoral preparado por el Dr. Luis Gerónimo Pietri, fue modificado y
promulgado el 18-4-1951, al tiempo que se negó la participación en la Asamblea
de AD y el PCV, así como la del Bloque Nacional Democrático constituido por
personalidades destacadas de la vida política venezolana. Hubo varios intentos
subversivos; ataques a puestos policiales; agitación en las Universidades, en
especial la UCV, cuyas autoridades fueron sustituidas por un Consejo de
Reforma: prisión y fuga de Alberto Carnevali; apertura del campo de
concentración de Guasina, (isla del Orinoco en Amacuro) que tuvo más de mil
presos políticos, muchos de ellos murieron en prisión. Se inició así la
Dictadura.
Para noviembre de 1952 se convocó la Constituyente. La
campaña electoral comenzó en marzo. Agentes del gobierno apalearon a políticos
y periodistas, entre ellos Mario Briceño Iragorry, Edecio La Riva Araujo, José
Gonzáles Gonzáles y Julio Ramos. El gobierno inventó que se quería asesinar a
Pérez Jiménez: no hay tiranía que no diga que se quiere asesinar al tirano.
Continuaron las sublevaciones: en Setiembre, la Base de Boca del Río, bajo el
comando del Capitán Wilfredo Omaña y el Tte. Navarro Torres; en Portuguesa,
campesinos; en Maturín, el 2 de octubre, el Cuartel José G. Monagas, muriendo
el Capitán Juan Bautista Torres; fue asesinado el 22 de ese mes Leonardo Ruíz
Pineda, líder de la resistencia de Acción Democrática.
FRAUDE ELECTORAL
La elección para Constituyente fue el 30-11-1952. Cuatro
partidos se presentaron: URD, Copei, FEI (del gobierno) y el Partido Socialista
fundado por J.T. Rojas Contreras. Se pronosticaba contundente victoria de URD y
las primeras cifras conocidas, dadas por el Consejo Supremo Electoral, así lo
indicaron. Luego de éstas cifras, no se conocieron más resultados. Los cálculos
de los partidos de oposición eran: URD 65%; Copei 18,5%; FEI 16,5%. Por presión
del gobierno, el CSE modificó las cifras. Su Presidente, Dr. José Salazar
Ramírez renunció. El Alto Mando Militar apoyó a PJ y Vallenilla le convenció
para que aceptara la Presidencia. Era el 2 de diciembre de 1952. Los partidos
opositores no aceptaron el fraude. Vallenilla convocó a su despacho de Ministro
del Interior a la Dirección de URD; en Maiquetía, un avión esperaba a los
dirigentes que concurrieron a la cita, y los llevó a Panamá. Briceño Iragorry,
quien no asistió al Ministerio, asumió la protesta: fue apresado y exilado. El
pequeño Napoleón venezolano, con un mismo 2 de diciembre, logró el sueño de su
coronación. El gobierno, inútilmente, trató de comprar candidatos de los
partidos URD y Copei: no lo logró.
Instalada la Asamblea, completada con algunos
advenedizos, designó Presidente Provisional a P.J. En abril, éste cambió la
denominación de Venezuela, con 85 años de duración, por la de República:
entonces comenzó la Quinta República, que prevalece hasta hoy, pues nada
modificó lo de “Bolivariana” que incorporó la Constitución de 1999. La
Constituyente, ilegítima, asumió las facultades de designar al Presidente y a
los Diputados y Senadores del Congreso y a la Corte Federal.
La sombra de José Tadeo Monagas volvía a reinar en el
Capitolio.
Gestión de gobierno.
Las libertades se mantuvieron restringidas; la CTV
disuelta y sustituida por una Confederación oficial; las Iglesias fueron
respetadas; las protestas, en especial las Universitarias, fueron reprimidas
duramente; continuó la represión contra los partidos y su ejercicio político
controlado y limitado; la Oficina de Seguridad Nacional fue temible instrumento
de represión en todo el país; muchos opositores fueron apresados, perseguidos y
asesinados aún en el exterior, como el Capitán Droz Blanco y el Capitán
del Ejercito Jesús Alberto Blanco. Es
nuestra historia: Es largo el tiempo de asimilar tiranías, pero hay un momento
cuando la rabia desplaza al terror; entonces caen.
Una concepción acertada del desarrollo.
No se podría negar que el régimen, con valiosas mentes,
hizo cambios socio-económicos muy importantes: La seguridad de la población y
el orden en las ciudades, prevaleció sobre el desorden. El mercado interno creció con gran fuerza en
paralelo con un acertado proceso de urbanización, favorecido ello por el real auge
petrolero; los programas de masivas inmigraciones; el desarrollo vial; la
mejora de los puertos; las nuevas grandes represas; el desarrollo del complejo
industrial de Guayana: Siderúgica, Ferrominera, Iron Mines en el Pao; Orinoco
Mining el Cerro Bolívar; nuevas ciudades como Puerto Ordaz y Ciudad Piar;
Petroquímica en Morón; Central Hidroeléctrica Macagua; y quizá lo más
resaltante, que era entender que Venezuela no debe depender solo del petróleo,
sino entrar en los mercados internacionales para con exportaciones muy
diversificadas, todo lo contrario de la errada y ruinosa política de
sustitución de importaciones.
La ira venció al miedo en 1957. El Arzobispo de Caracas, Mons. Arias
Blanco, se pronunció con valiente Carta Pastoral; los estudiantes
universitarios tomaron las calles. El ridículo fraude del referendo en
diciembre de 1957 fue la puntilla. Oficiales de la Fuerza Aérea volaron sobre
Caracas en intento de golpe que fracasó; fue debelada una insurrección
encabezada por el Ministro de Defensa; se realizó una huelga general y llegó el
23 de enero.
Y REGRESÓ LA DEMOCRACIA.
Como esta parte la historia es más reciente podemos ser
más breves.
La misma noche de del 23 de enero de 1958 se constituyó
una Junta Militar de Gobierno, encabezada por el Contra Almirante Wolfgang
Larrazábal Ugueto, por las Fuerzas Navales, como Presidente; el Coronel Carlos
Luis Araque, comandante de las FFAC; el Coronel Pedro José Quevedo, Director de
la Escuela Superior de Guerra, y los Coroneles Roberto Casanova y Abel Romero
Villate. Al día siguiente una multitud manifestó ante el Palacio pidiendo la
salida de los dos últimos, quienes apoyaban a P.J. Fueron sustituidos por el
empresario Eugenio Mendoza y el Dr. Blas Lamberti, lo que cambió en nombre de
la Junta para denominarla Junta de Gobierno. El secretario fue el Dr. Edgar Sanabria,
luego Presidente al ser Larrazábal candidato presidencial de URD y otros grupos
políticos.
El gobierno de Larrazábal tuvo muchos problemas, tanto
en el terreno de lo laboral, también subversiones militares como dos intentos
del Gral. Castro León, uno de ellos invadiendo desde Colombia por el Táchira,
siendo ambos sofocados. Sin embargo, el país llegó a puerto seguro y se pudo
celebrar las elecciones presidenciales del 7 de diciembre 1958, en las que
Rómulo Betancourt. de AD, ganó la Presidencia, quedando segundo Larrazábal,
apoyado por URD y otros partidos, y tercero Rafael Caldera, candidato de Copei.
Los partidos AD, URD y Copei habían suscrito, tiempo antes de las elecciones,
lo que se denominó Pacto de Puntofijo, que fue un acuerdo suscrito por los
lideres de los mismos cuyo objetivo fue garantizar la vigencia del sistema
democrático de gobierno en Venezuela. Firmaron los tres candidatos de esos
partidos y, también Larrazábal, a quien apoyaba el Partido Comunista, por lo
que éste partido, pese a que no integró la coalición de gobierno que se
constituyó con AD, URD y Copei, si se comprometió con los términos del acuerdo.
GOBIERNO DE RÓMULO BETANCOURT
Desde el mismo día de su victoria electoral, comenzaron los conflictos para el Presidente Betancourt provocados por sectores de Caracas que apoyaban a Larrazábal, lo que se prolongó hasta su toma de posesión de la Presidencia el 13-2-1959. El 1-1-1959 había llegado al poder, en Cuba, Fidel Castro Ruz. El día 23 del mismo mes visitó por vez primera a Venezuela, en ocasión del primer aniversario de la caída de Pérez Jiménez, pero era su propósito, después explicitado, abrir el camino para crear una alianza de Cuba con este país y con Argentina, para fortalecer mutuamente sus economía, pero luego ni Betancourt, ni Frondisi acogieron su propuesta lo que le desagradó visiblemente. Al año siguiente, Castro, ya declarado comunistas, él y su régimen, comenzó la invasión que se propuso, para tomar, indirecta o directamente, el poder en Venezuela, lo que generó, por varios años, guerrillas urbanas en ciudades y luego rurales. Contemporáneamente, después de iniciado el nuevo gobierno, surgieron en el país numerosas protestas y manifestaciones de desempleados; solicitudes de tierras por parte de campesinos; peticiones de construcción de hospitales, viviendas, escuelas y servicios públicos reclamadas por juntas y organizaciones de diversas poblaciones y, para colmo, los precios del petróleo bajaron, así como los ingresos del impuesto sobre la renta.
En 1962 el gobierno enfrentó tres sangrientas intentonas
golpistas: El 4 de mayo en Carúpano, el llamado “Carupanazo”; menos de un mes
después, el 2 de junio, en Puerto Cabello, el “Porteñazo” y, antes de rendirse
los comprometidos allí, en Barcelona estalló el “Barcelonazo.” En Carúpano
actuó el Batallón de Infantería de Marina y fue comandado por tres oficiales:
Cap. Jesús Teodoro Molina Villegas, el Mayor Pedro Vegas Castellón y el
Teniente Hector Fléming Mendoza. El hecho fue combatido y controlado por
Batallones de la Armada y Aviones de la Base Aérea de Maracay. Hubo más de 400
detenidos y fueron ilegalizados los partidos MIR y PCV comprometidos en el
intento. El “Porteñazo” fue una sublevación de la Base Naval de Puerto Cabello,
conducida por los Capitanes Manuel Ponte García, Pedro Medina Silva y Víctor Morales.
Hubo casi 500 víctimas y cientos de heridos. El Barcelonazo tuvo como líderes
al Mayor Luis Alberto Vivas, apoyado por los Capitanes Rubén Massó, José Marín
y Tesalio Murillo. El Gobernador Solórzano fue apresado por los conspiradores
que asaltaron emisoras de radio, la Policía de Puerto La Cruz y la sede de AD,
con un saldo de más de 50 muertos.
Aparte de estos conocidos hechos, a lo largo del
gobierno del Presidente Betancourt, fueron neutralizados por parte de
organismos gubernamentales, en especial la Secretaría de la Presidencia, más de
20 intentos y proyectos subversivos no conocidos por el país. Uno de los
momentos más críticos del gobierno fue el intento de homicidio en Los Próceres,
urdido por el tirano dominicano Rafael Leonidas Trujillo, el 24-6-1960, al celebrar los actos por la fecha de la Batalla
de Carabobo, cuando un vehículo cargado de explosivos, colocado en el Paseo Los
Próceres, explotó al pasar el carro presidencial. Falleció allí el Jefe de la
Casa Militar, Cnel. Ramón Armas Pérez y el Presidente sufrió quemaduras en sus
manos. Por el hecho, la OEA sancionó al gobierno dominicano aislándolo.
SUBVERSIÓN CASTRO-COMUNISTA.
Alienados en su obsesión pro-cubana, jóvenes de
universidades públicas dejaron su mundo por internarse en montañas de oriente y
occidente para adherir a la insurrección comunista armada, mientras las
Universidades nacionales se convirtieron en depósitos de armamentos, refugio de
insurrectos y centros de conspiración rebelde. El frente guerrillero rural
estaba dividido en facciones que tenían conflictos entre ellas, sea en
tácticas, estrategias, fundamentos ideológicos y hasta rivalidades personales
entre sus comandantes. Las FFAA enfrentaron el conflicto donde se produjera,
combatieron invasiones castristas y redujeron, en tiempos de Betancourt y
Leoni, la amenaza guerrillera a zonas aisladas del territorio nacional.
GESTIÓN DEL GOBIERNO BETANCOURT
Pese a la conflictividad referida, se alcanzaron logros
muy importantes, comenzando por la participación en la fundación de la OPEP, en
la que el Ministro Juan Pablo Pérez Alfonso tuvo un papel muy principal. Ello
fortaleció nuestra producción de crudo y dinamizó la industria petrolera. Eso
permitió mejorar los ingresos de los trabajadores; cubrir necesidades básicas
de la población; adelantar la Reforma Agraria; favorecer con aranceles la
producción interna; expandir notablemente la matrícula de educación que pasó de
850 mil en 1958 y a 1 millón 600 mil en 1963. Se mejoró también la vialidad del
país en general y en Caracas en particular, así como la construcción de
viviendas populares.
GOBIERNO LEONI.
URD por crisis determinada por el Canciller Arcaya, de URD, a raíz de decisiones de la OEA, en agosto de 1960, para censurar y sancionar la Cuba castrista por sus intervenciones en Venezuela, no continuó con Leoni, quien logró formar otra con su partido AD y el Frente Nacional Democrático que respaldó a Uslar Pietri. El gobierno continuó con el diseño económico de su antecesor, acentuando, en particular, el satisfacer necesidades sociales, en especial el empleo; aumentar el ingreso familiar; realizar viviendas; represas; hacer crecer los sectores industrial y agrícola; aumentar la escolaridad que duplicó la alcanzada por el gobierno de Betancourt; reducir la deuda pública. Una iniciativa muy importante fue la de proponer e iniciar la política de pacificación, que culminó con el gobierno de Caldera, pues la insurrección comunista ya había sido liquidada por nuestras FAN.
GOBIERNO CALDERA.
El 1-12-1968,
celebradas elecciones para elegir Presidente y Congreso de la República, por
estrecho margen Rafael Caldera alcanzó la Presidencia. En el Congreso, la
mayoría la obtuvo AD, de manera que el nuevo mandatario tuvo la incómoda situación
de un Parlamento adverso. AD obtuvo 19 senadores y 66 diputados; Copei
16 senadores y 59 diputados, pero el resto de los partidos eran todos de
oposición al nuevo gobierno, por lo que su programa social de “Promoción
Popular,” diseñado por Arístides Calvani, no fue acogido por las Cámaras.
Caldera profundizó en la política de pacificación
iniciada por Leoni, logrando que la gran mayoría de los insurrectos se acogiera
a ella, excepto un grupo pequeño, encabezado por Douglas Bravo, que se mantuvo
en las montañas para asumir la idea de éste, de cambiar la estrategia
subversiva por la penetración sistemática de las FFAA, que es el origen y
fuente de lo que padece hoy Venezuela.
Gestión de gobierno.
En lo económico continuó el crecimiento progresivo de producción
e ingresos del petróleo (de $ 0,94/barril en 1969, se llegó a $2/b a fines de
1973), pero poco antes de la entrega de mando del Presidente Caldera, por una
coyuntura mundial, el precio subió a $14/b. En la misma materia, el gobierno
logró apoyo del Congreso para unas bases de nacionalización del petróleo.
Fueron construidas represas; desarrollada una intensa política de viviendas,
pues Caldera había ofrecido en su campaña llegar a construir 100 mil unidades
por año. Por razones económicas y políticas, entre 1969 y 1972 se construyeron
250 mil, pero en el año 1973 fue superada la cifra de 100 mil, por lo que el
total fue de más de 350 mil viviendas en el período, cifra aún no superada en
el país. Entonces, Venezuela asumió un liderazgo en la materia en general,
lamentablemente perdido. En escolaridad, la matrícula llegó a 4 mill. 222 mil
inscritos; pese a que la industrialización sustitutiva comenzaba a mostrar sus
debilidades, siendo cercanamente previsible el agotamiento; el alza de los
precios del petróleo, que alcanzó más de $34/b en el siguiente período de
gobierno, sostuvo la ilusoria creencia de que el sistema económico sustitutivo
era indefinido. El gobierno, además,
inició el proyecto “La Conquista del Sur”, para el desarrollo de Guayana
y los Llanos del Sur. En política exterior, el brillante Canciller Calvani,
apoyando al Presidente, impuso internacionalmente la tesis de la Justicia
Social Internacional y se insistió en la integración del sub-continente, para
lo cual Venezuela ingresó al Pacto Andino.
GOBIERNO PÉREZ
Apenas iniciado el nuevo gobierno, el precio del
petróleo alcanzó $34/b. Con ese apoyo, fue diseñado el IV Plan de la Nación en
la idea de desarrollar, masivamente, áreas de producción de bienes diversos
generadores de capital, mediante nuevas industrias pesadas; desarrollar el
crudo aguas abajo; reforzar la industria del acero y producir niveles de
energía eléctrica para vender a los países sudamericanos aprovechando el
potencial energético que, entonces, tenía el país. Pérez Alfonzo, entonces
Ministro, propuso crear un Fondo de Inversiones para represar la enorme masa de
dinero que entraría, y otro Fondo Agropecuario para fortalecer nuestra
producción agrícola e independizar al país de toda dependencia al respecto. Pero
los recursos, pese a los Fondos creados, circularon continuamente en la
economía por lo que se desató una siempre creciente inflación. Además, el
gobierno invirtió grandes recursos en empresas distintas a la normal actividad
productiva, lo que hizo crecer la deuda externa y afectó dramáticamente al presupuesto, del
cual el servicio de la deuda alcanzó niveles sumamente altos, con perjuicio
para la producción. Así, se adelantó, aceleradamente, la crisis terminal del
modelo populista vigente, pues la escasez de recursos monetarios y la inflación
iba, inevitablemente y en un futuro muy próximo, a oponer los intereses
contrapuestos de los sectores que constituían la alianza que fundamenta a ese
modelo.
Las primeras manifestaciones de la inevitable crisis que
se avecinaba se produjeron durante el gobierno de CAP, pero iniciado el
siguiente gobierno, presidido por Luis Herrera Campins, hubo un nuevo salto que
elevó los anteriores precios y la crisis se pospuso unos años para
manifestarse, dramáticamente, hacia fines de el gobierno de LHC cuando hubo la
devaluación el “viernes negro”. En síntesis, el V Plan abrió la crisis final
del modelo de desarrollo de venezolano, fundado en la diversificación de
exportaciones y en la economía rentística generada por el mal uso del petróleo.
Por ser conocidos suficientemente, dejemos de lado los
aspectos políticos del gobierno Pérez I, excepto el señalar la corrupción
administrativa; la de ciertos grupos empresariales que aprovecharon la falsa
bonanza; la mayor dependencia del sector productivo respecto al Estado; la
pérdida de fe en la democracia de los sectores de población más afectados y,
especialmente, el señalar que el gigantismo económico-político que alcanzó el
Estado facilitó, para un futuro próximo, el advenimiento de tendencias
marxistas y totalitarias de ejercer el poder.
GOBIERNO HERRERA.
Vencedor en las elecciones de diciembre de 1979, el
gobierno de Luis Herrera Campins comenzó con la voluntad de restablecer las
bases morales del país; racionalidad administrativa y sobriedad en lo económico
y perfeccionar la democracia. Pero el nuevo y superior aumento de los precios
del crudo, despertó nuevas y exageradas expectativas en la sociedad y demandas
económicas que frustraron al país el volver a la sensatez. El equipo gubernamental, incoherente en su
composición humana, no logró “enfriar la economía”, frenar el gasto público que
creció irracionalmente; sincerar precios; eliminar protecciones arancelarias y
subsidios indiscriminados. El gasto público no se contuvo, sino que aumentó a
tasas del 33% anual y el presupuesto nacional,
entre 1979 y 1981, casi se duplicó. El 12-2-1983, día del “viernes
negro”, fue el inevitable resultado final.
GOBIERNO LUSINCHI.
Jaime Lusinchi venció con gran mayoría en las elecciones
de diciembre de 1948. El nuevo Presidente captó, desde su campaña electoral,
enormes simpatías y adhesiones personales. Fue tan así, que al entregar su
gobierno las encuestas le daban índices superiores al 60% de popularidad.
Ya a inicios del nuevo gobierno, aparecían síntomas de
agotamiento del modelo, pues comenzó a surgir la frustración y el escepticismo
sobre la posibilidad de que la democracia superara las desviaciones económicas
o los problemas políticos del sistema que la sostenía, aunque continuaba el
apoyo de las élites económicas y políticas y el respaldo popular al Presidente.
La democracia verdadera, dice Burdeau, deja de ser una teórica declaración de
principios y propósitos, para hacer realizaciones concretas de las necesidades
reales de una sociedad. Acá, han prevalecido, juntas, la riqueza adventicia
desproporcionada, en comparación de la enorme, y también desproporcionada
miseria de la mayoría de los habitantes de Venezuela.
Pacto Social y manejo monetario y de la deuda.
El Presidente tenía un proyecto de “Pacto Social” que
fue elemento de su campaña en 1983, pero
jamás se concretó más allá de las palabras. Por otra parte, pese a la
experiencia del “viernes negro” la mayoría de la población, gobierno incluido,
continuaba en el error de creer que los precios del petróleo superarían la
crisis económica y, en esa creencia, el gobierno estableció un sistema de
cambio controlado, con un dólar preferencial a Bs. 4,30/$ y diversos otros
niveles que, con el tiempo, fueron aumentando por la depreciación del bolívar.
Entonces nació Recadi que se caracterizó por impune corrupción.
Por su parte, el gobierno estuvo largo tiempo negociando
un refinanciamiento de la deuda, hasta alcanzar lo que fue llamado “El mejor
refinanciamiento del mundo” y que resultó un fiasco cuando se supo que varias
naciones, entre las cuales México,
habían obtenido, con sus acreedores, condiciones mucho mejores que la que
obtuvo Venezuela.
PÉREZ II
Escribí, a la muerte de Carlos Andrés Pérez, que él fue
un soñador que creyó en sus sueños. El primero de esos sueños lo vivió en su
primer gobierno: el sueño equivocado de lo que llamó “la gran Venezuela”, y no
porque no sienta la grandeza de mi país, sino porque su sueño contenido en el
IV Plan de la Nación, no era más que un sueño imposible, al margen de los
errores y corruptelas que beneficiaron a supuesto amigos del Presidente. Pero
soñó, realmente, por lo que siendo imposible fantasía, él lo concibió y creyó
posible. En cambio, su segundo sueño, el de su segundo mandato, no sólo era posible,
sino indispensable por necesario. El primer sueño, el imposible, fue compartido
por casi todos los venezolanos. Por quienes siempre juraron que éste era un
país muy rico. Lo era y lo es aún, pero en potencia, no en acto. En cambio, el segundo sueño si que era
posible, pero errores políticos del Presidente desaparecido y actitudes
políticas de quienes dirigían entonces su partido, lo hicieron imposible. El
popularmente llamado “paquete”, concebido por un selecto grupo de compatriotas,
pudo haber sacado a Venezuela de la fosa en la que entonces se encontraba y,
sobre todo, evitado el infierno que estamos viviendo. Para ser breve, los
errores del Presidente fueron dos: 1º La
oportunidad en la que anunció su Plan de Ajustes, sin haber tenido la paciencia
de ir convenciendo, poco a poco, a los venezolanos, quienes fueron tomados de
sorpresa y 2º El haber señalado
errores del saliente Presidente
Lusinchi, de su partido, quien en la práctica se convirtió en el líder y había
dejado la presidencia con un gran apoyo popular, merecido o no. El gran error
de dirigentes del partido fue cobrarle a Pérez, destituyéndole sin válidas
razones jurídicas ni honestamente políticas, una factura que íbamos a pagar,
como la estamos pagando, todos los venezolanos.
Concluirá con la próxima entrega IV.
Pedro Paúl Bello
http://www.paulbello.blogspot.com
[1] El Gral. Jesús María Castro Léon.
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