sábado, 28 de abril de 2012

NELSON CASTELLANO-HERNÁNDEZ, LOBBY FRANCÉS CHAVISTA

Al inicio del gobierno Hugo Chávez se preocupaba por contar con apoyo europeo, supuestamente para enfrentar los Estados Unidos cuando llegara el momento de la ruptura política.
La responsabilidad recayó sobre una célula de relaciones internacionales organizada en el Palacio de Miraflores por Temir Porras, el franco–venezolano Maximilian Sánchez Arvelaiz, y un norte-americano de nombre Alex, compañero de estudios de Porras en Francia.
Alrededor de estos personajes, gravitaba el director de la edición colombiana, residente en Venezuela, del diario francés “El Mundo Diplomático”, el señor Omar Rodríguez, quien fungía de enlace con la guerrilla colombiana y con la ex-Senadora Colombiana Piedad Córdoba.
En Francia el equipo se planteó la necesidad de crear un lobby de opinión que generara una imagen positiva de la revolución bolivariana y de suavizar la intemperancia de carácter del Presidente Chávez, con la que acostumbra manejar sus relaciones con otros Estados.
Lo primero fue crear los círculos bolivarianos franceses, con el apoyo de la Embajada de Venezuela en Paris, incluyendo el financiero, comienzan por mezclarse con movimientos antiglobalización y ecologistas, lo que les permite confundir a sus miembros, quienes indirectamente terminan apoyando el proyecto castrista en Venezuela y la gigantesca corrupción del gobierno de Hugo Chávez.
Grandes cantidades de recursos económicos se destinan a esas campañas internacionales, que van desde financiar películas de propaganda, comprar conciencias y periodistas o financiar los tres días de derroche propagandístico en la “Fête de l’Humanité” para el stand de Venezuela y el espacio ALBA. Con el tiempo la célula fue disuelta a fin de centralizar la política internacional, Temir Porras fue incorporado a la plantilla del Ministerio de Relaciones Exteriores, designado Vice-Ministro y coloca al servicio del Canciller Nicolás Maduro, las relaciones que tejió en sus años de residencia en Francia.
Con Porras a la cabeza las operaciones estratégicas se definen, por un lado con una agresividad militante y con sus contactos, complementado con el asesoramiento cubano que se instala en la representación diplomática venezolana.
La red está ligada a la extrema izquierda francesa, al diario “Le Monde Diplomatique”, a la representación Francesa del Polo Democrático de Colombia, a los Círculos Bolivarianos, a la asociación Francia-América latina, a intelectuales universitarios del Instituto de Altos Estudios de América Latina, del Instituto de Ciencias Políticas y con funcionarios franceses de un cierto nivel en ministerios estratégicos.
La mayoría se conocen entre ellos y participan conjuntamente en actividades y proyectos, está integrada por anarquistas históricos, militantes que actúan bajo la identidad de periodistas. Son internautas, blogeros, universitarios, funcionarios y expertos en propaganda y manipulación. Otros fungen o actúan como representantes de grupos armados de América Latina.
Se presentan como militantes de los derechos humanos y defensores de la democracia solo que a geometría variable, ya que en nombre de esos principios aceptan que se violan esos mismos derechos.
Son activistas profesionales y viven del negocio de sus asociaciones. No es que reciban dinero de Venezuela por sus actividades propagandísticas, ellos todavía sueñan con la utopía revolucionaria comunista y acordes con sus ideas se empeñan en promover, como si fuera una realidad, lo que solo existe en la propaganda chavista. La Venezuela real sufre de las consecuencias de este régimen pero a la izquierda romántica francesa y a los alter-mundialistas le interesa contar con un icono revolucionario. Son manipuladores y oportunistas que sostienen la revolución cubana, los gobiernos bolivarianos de America Latina y los grupos radicales de izquierda; compartiendo los principios de la lucha armada y haciéndose voceros de “la justicia revolucionaria”.
Para identificarlos basta con revisar quienes presiden determinadas asociaciones Franco-Latinoamericanas, averiguar a quien llaman “el comandante” por supuestamente haber combatido del lado de los sandinistas, o quienes trabajan en pro del gobierno cubano en Francia, o ese que apodan “el químico” y se presenta como representante de grupos revolucionarios, o aquella que funge como consejera de esos mismos grupos y se encarga de la logística de sus visitas en Francia. Toda una fauna identificada con “alias” e integrada por desempleados, jubilados, profesores, militantes pro-palestina, representantes de medios alternativos, y de grupos revolucionarios, como el que tiene por seudónimo “la pepa” y mantiene vínculos con los servicios secretos argentinos, respaldado por “la gata” experta en el rumor y la desinformación. No terminan por reconocer que Hugo Chávez se ha convertido en un verdadero problema, aún para la izquierda latinoamericana, que ha preferido guardar distancia para no encontrarse enlodada con sus acostumbrados insultos. Es probable que Venezuela sea el único país de América Latina en el cual no se distingue entre ser izquierda o de derecha, sino entre ser chavista y anti-chavistas, al igual que en Cuba se es castrista o anticastrista.
Activistas como la ex-Primera Dama francesa Danielle Mitterrand, recientemente fallecida; José Bové, figura del movimiento alter mundialista, sindicalista agrícola de la Confederación Campesina; o el candidato presidencial de la extrema izquierda Mélenchon con su apoyo a Chávez, terminan por perjudicar las causas por las cuales militan. Ignoran lo que verdaderamente sucede en Venezuela, confunden a la sociedad internacional especialmente a sus seguidores. Lamentablemente son líderes con un ego sobredimensionado, que sienten necesidad de una escena internacional para obtener un efecto propagandístico, lo que les permitirá dormir tranquilos, mientras que en las calles de Venezuela miles de personas se debaten por la libertad.
A ese coro de incondicionales con las revoluciones, siempre y cuando se lleven a cabo en tierras lejanas, se unen las voces de la propaganda financiada, películas, periodistas y activistas aferrados al sueño revolucionario marxista que temen perder lo único que les queda. Todo es válido, hasta un libro o una película para elogiar los triunfos del presidente venezolano. Recursos sobran para asegurar voluntades a cambio de invertir petrodólares en organizaciones internacionales y en ediciones periodísticas traducidas en idioma castellano, esas son las mismas voces que se han escuchado durante ¡50 años! para elogiar los méritos de Fidel Castro, con la intención de que hoy en día el mundo entero termine gritando: “Cuba Sí, Castro No”. Y finalizar reconociendo que Cuba se ha convertido en el “Gulag del Caribe”.
nelsoncastellano@hotmail.com
Nelson Castellano-Hernández es excónsul de Venezuela en Paris y presidente de Venezuela-Futura, Francia
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1 comentario:

  1. solo una cosa estoy deacuerdo contigo tanto Temir como zmaximilian son unos ladrones

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