lunes, 9 de abril de 2012

ANTONIO JOSÉ MONAGAS / PIDO LA PALABRA / COMPLICADA ECUACIÓN POLÍTICA

En el campo de la matemática, resolver una ecuación no siempre es una tarea de directa resolución. Quizás, aquellas de una, dos o hasta tres incógnitas. Pero de ahí en adelante, el problema resulta bastante complicado pues se hace necesario entrar a un mundo en el cual los procedimientos comprometen no sólo un denso conocimiento sobre manejo inferencial que obliga a introducirse en complejas relaciones entre variables imaginarias que superan racionalidades propias del ámbito tridimensional.
Sin embargo en el terreno de la política, el problema no es menos engorroso. Posiblemente, peor aún debido a que la incidencia de una variable es capaz de arrastrar otras que, a primera vista, se hallan ocultas dado su carácter incorpóreo o porque son imperceptibles por la acelerada velocidad a la cual ocurren sus cambios entre distintos estados de comportamiento o de reacción social.
Cuando se buscan dilucidar los problemas que mantienen atascada la dinámica presidencial, a propósito del significado que para el país político representa el proceso electoral que determinará la escogencia del próximo Jefe de Estado venezolano, la situación bien puede calificarse como un dilema de naturaleza política. Similar a lo que es una ecuación matemática de múltiples variables cuya gráfico pudiera dejar ver una función discontinua y diferenciada en sus rangos y dominios, al mismo tiempo.
Precisamente, así pudiera comportarse una realidad política cuya complejidad la sitúa en el plano de una relación matemática comparable con el problema que confronta el presidente Chávez toda vez que debe desentrañar el enigma que se le plantea si debe decidir entre concurrir a una fogosa y presionada contienda electoral o guardar el reposo que la crisis de salud por la que atraviesa, exige en beneficio propio, familiar y nacional. A pesar de que convirtió la lucha contra su enfermedad en una guerra revolucionaria de laque ha pretendido obtener un absurdo y desnaturalizado provecho político.
Los condicionantes que habrán de determinar la resolución de tan complicada ecuación política, no sólo serán demostrativos de una relación directa entre la intensidad de la demagogia aplicada y la estridencia ejercida al ofertar cada promesa electoral. También exhibirán una relación inversamente proporcional entre los factores que exaltan el proselitismo y el tiempo de gobierno empleado. Esto sería contraproducente a los efectos de conservar el poder debido a que mientras más se atreva a ofrecer, menos apoyo de la población pudiera obtener desfavoreciendo así la reelección presidencial ya que en trece años de gestión pública los menguados resultados gubernamentales hablan por sí mismos.
Pero además, en un acto de profundo ensimismamiento, el presidente Chávez debería reflexionar sobre interrogaciones que deben tocar desde lo emocional hasta lo corporal. En medio de tal nivel de preocupaciones, deberá resolver el enmarañado dilema político sobre definir si se aferra a su liderazgo o delega en otro la candidatura presidencial. Aunque optar por ésta última, desfiguraría el trazado que viene realizándose bajo el remoquete de socialismo. Incluso, devendría en desencuentros entre subalternos y colaboradores, sometidos y dirigentes de pasillo. En medio de esta embrollada  situación, donde se ha gobernado para asistir a una implacable destrucción institucional comandada por mafias socialistas al mejor estilo siciliano, es necesario salir de este marasmo que mantiene al país atrapado en un canibalismo político-ideológico. Es urgente entonces que Chávez resuelva tan complicada ecuación política.
VENTANA DE PAPEL
.¿POR QUÉ SIGUE EL AEROPUERTO  CERRADO?
Es una pregunta que debe contestar el gobernador de Mérida, Marcos Díaz. Sin embargo, sigue sin manifestarse por cuanto la realidad de tan cuestionada situación encubre consideraciones que, de ser debidamente conocidas por la comunidad merideña, afectarán negativamente las expectativas electorales que ilusamente tiene el gobierno regional de cara a los comicios presidenciales del venidero 7 de Octubre. En todo caso, vale un comentario.
Primeramente debe saberse que la decisión de abrir de nuevo el aeropuerto de Mérida, depende de la alta jerarquía política nacional. Pero ante una gestión gubernamental que utiliza el silencio informativo como recurso para ocultar crasas verdades, los rumores suelen tejer tapices de especulaciones. Algunas más certeras que otras. Entre ellas, se ha elucidado la intransigencia como expresión de grosero capricho de un alto funcionario cuya responsabilidad está directamente asociada con la susodicha decisión. Algo así como un “pase de factura” sin reconocer que las consecuencias son descomedidas toda vez que el sentido de injusticia de éste personaje hace que desconozca las complicaciones de acceso a Mérida frente a la imposibilidad de entrarle a la ciudad por vía terrestre como en efecto ha sucedido por causa de importantes deslaves que bloquean carreteras principales y secundarias.
En segundo lugar, el aeropuerto Alberto Carnevali, continúa cerrado indistintamente del grado de afectación para el turismo, por causa del desmedido centralismo que determinó la pérdida de las competencias administrativas del gobierno regional cuando complacidamente permitió que sus funciones se las arrebatara el gobierno central sin importarle nada. (Ahora el gobernador de Mérida aduce la “solidaridad” como bandera de su mentado socialismo). El artículo 164 de la Constitución, Ordinal 10, pone en evidencia la perversa complicidad que se dio para que el aeropuerto se viera vituperado por la arbitrariedad de quienes indolentemente hablan en nombre del pueblo. ¿Hasta cuándo Mérida va a resignarse de tener su aeropuerto cerrado?
FALSA CONCIENCIA REVOLUCIONARIA
Pareciera que la enfermedad presidencial y la política gubernamental se fusionaron tanto, que ahora se ha enredado el placer con el socialismo así como la farra con la revolución. Todo ello en el marco de la exaltada vinculación que en los últimos meses viene dándose entre la devoción y la medicina que trata los problemas oncológicos del comandante-candidato.
De hecho, la campaña electoral que está alentándose desde el gobierno central se convirtió en una especie de jolgorio con equivocados visos triunfalistas a la espera de lo que suceda con la salud del Presidente. Pero al lado de todo esto, los más allegados al líder populista, miembros de su familia y cercanos colaboradores, convirtieron los viajes a La Habana en tours del mejor turismo con la excusa de acompañarlo ensu lecho de enfermo. Sin embargo, sin sentido de las exigencias del comunismo cubano ni de las del socialismo del siglo XXI, estas personas han venido disfrutando su estadía en Cuba derrochando dineros usurpados del erario criollo.
Mientras denigran de los postulados marxista de los cuales se valen en Venezuela para estructurar un nuevo Estado, a imagen y semejanza de situaciones histórica y políticamente superadas, estos adulantes que viven de la ubre gubernamental le rinden culto al consumismo en los mejores hoteles y comercios cubanos. Dos realidades se contrastan que, aunque similares en el fondo, ponen al descubierto gruesas contradicciones en las que llevan la voz cantante quienes pretenden convencer la población esgrimiendo utópicos objetivos de bienestar con una falsa conciencia revolucionaria.
JALAR: PRINCIPIO REVOLUCIONARIO
Los aduladores de oficio que se arrogan este proceso político como suyo, no tienen otra cosa que hacer sino jalar hasta que el cuerpo aguante. De ahí que ante las debilidades que comienzan a sacudir al régimen, sólo les queda llamar a todos los aduladores y sometidos para unirse a favor del candidato-presidente. Sobre todo, quienes por ocupar altos puestos aprendieron a medrar desde sus posiciones sociales conel único propósito de potenciar los halagos al poderoso demiurgo de Miraflores.
La historia política contemporánea es la mejor lección sobre adulaciones mediante las cuales se sabía obtener “indulgencia con escapulario ajeno” Entre los jefes de Estado más dados al halago, cabe destacar Antonio Guzmán Blanco, el Ilustre Americano. Su comitiva de aduladores cantaban sus obras. Luego fue Cipriano Castro quien igualmente vivía el orgullo de verse alabado como dirigente político nacional. El propagandismo político y excesiva jaladera también sirvió de asiento al benemérito Juan Vicente Gómez. Su oído siempre se hallaba presto para la lisonja rastrera de quienes se humillaban al margen delos principios morales que por ello infringía.
En el albor del siglo XXI, hasta una doctrina política inventaron para justificar al hombre que desde el poder impone su voluntad por encima de todo. Por eso, jalar es un principio revolucionario.
amonagas@cantv.net
@ajmonagas

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