Como consecuencia de
los controles cambiarios y la administración discrecional de las importaciones
se está afectando la industria nacional, que mayormente es dependiente de
insumos del exterior. Ya se notan en las góndolas la ausencia de productos
importados e incluso nacionales, que por las razones aludidas, no pueden ser
normalmente fabricados y escasean.
Paulatinamente se
reducirá, ineludiblemente, el nivel de actividad y es de prever un magro cuadro
de inflación de costos con recesión. Inflación de costos, por los ajustes que
vendrán (salarios, tarifas, combustible, etc…) y recesión por la necesidad de
reducir tales costos por parte de las empresas y de las personas.
El año 2011 habría sido
el último de un ciclo de saldos de cuenta corriente del Balance de Pagos
favorable, con un superávit de alrededor de US$ 420 millones. En el año 2012,
reduciremos el monto de las exportaciones a US$ 83.500 millones (año 2011 US$
84.269), en tanto que las importaciones críticamente administradas, no podrán
ser inferiores a US$ 74.700 millones (año 2011 US$ 73.922), principalmente por
la necesidad de la importación de combustibles, que alcanzará la
“extravagancia” de US$ 14.200 millones (19,2% del total) (en el año 2011
alcanzó el 13% del total importado). El saldo de la Balanza Comercial de US$
8.800 millones, se extinguirá por el saldo negativo de los Servicios Reales
netos de US$ 1.500 millones, por intereses netos pagados por US$ 3.700 millones
y por las “inevitables” Utilidades y Dividendos de US$ 4.000 millones. Es de
prever, que el saldo de cuenta corriente del Balance de Pagos será negativo –
no obstante todo el “proteccionismo aplicado” – en alrededor de US$ 500 a US$
1.000 millones en el año.
La probabilidad actual
es que se siga la política de administración de la relación cambiaria $/US$, y
en consecuencia, hacia fines del año 2012, tendremos un Valor US$ nominal de $
4,7500. No obstante, la gran probabilidad es que se amplíe la brecha cambiaria
y tengamos un valor US$ de mercado más real de $ 5,8000/6.0000. Al respecto, es
de considerar al Real brasileño -que mucho ayudó a la “gestión económica”
nacional- , se vaya desvalorizando paulatinamente en el año y también, es
probable una firme tendencia a la revaluación del Dólar estadounidense. En
cuanto a las Reservas del BCRA hacia fines del 2012, es de apreciarlas en US$
46.700 millones. Tal monto es casi similar US$ 46.881 millones a las
actualmente informadas por el BCRA (pero, rigurosamente al 24/2/2012, son de
US$ 36.261 millones, descontados los depósitos en US$ de los Bancos y los
préstamos “call” del Bank for International Settlements “BIS”).
La salvedad es que la
Base Monetaria crecería en el año un 27,6%, y tal creación de moneda carecería
de respaldo, por lo que es previsible una inflación en este año no inferior al
25% y un mayor nivel para el año próximo, con la lógica distorsión de todos los
precios relativos controlados. Algo parecido a lo que está ocurriendo con el
ajuste de las tarifas de los servicios públicos, en estos días. Esta situación
empeoraría notablemente, en el caso del incumplimiento del Plan Monetario del
BCRA 2012, con la modificación del Artículo 20 de la CO del BCRA, de
duplicación de los Adelantos Transitorios al Gobierno nacional.
La situación luce aun
más complicada por la imposibilidad de obtener créditos del exterior (agobiadas
como están las Reservas Internacionales del BCRA) por la morosidad que presenta
el país desde el año 2002 con el Club de París, por la falta de cumplimiento de
las sentencias del CIADI (Tribunal del Banco Mundial), por las recientes
sentencias de los Juzgados de EEUU referidos a los acreedores que no ingresaron
a la reestructuraciones de los años 2005 y 2010, por el alejamiento que tiene
el país con el FMI, con quien incumplimos con el Artículo 4° de la CO (revisión
anual de cuentas públicas), desde el año 2006. Precisamente ese Organismo
observará, severamente la política económica nacional por la defección del
INDEC en la medición de algunas de las variables claves, por el
“intervencionismo estatal” en el manejo de las principales indicadores
económicos (control de precios, control de cambios, control de las
importaciones, política del BCRA de financiamiento pleno y libre al Gobierno,
nivel de emisión monetaria y de medios de pagos, inflación apreciada de las
mayores del mundo, estado de los servicios públicos descapitalizados,
incremento del gasto público desde el año 2008 al 2011 del 225%,
“administración” cambiaria que determinó un desvalorización monetaria de “solo”
38% frente al dólar, aumento de la presión tributaria nacional desde el año
2003 al año 2011 del 17% al 30%, corrupción endémica y otras cosas más),
destacando una necesidad de financiamiento de un gasto total del Sector Público
Consolidado del 44% del PIB, en el corriente año 2012.
Parecería que “tiembla
la estantería”.
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