martes, 20 de marzo de 2012

FERNANDO FACCHIN B.: APOLOGÍA DEL DELITO VISIÓN VENEZUELA


 “Difícil es templar en el poder a los que por ambición simularon ser probos.” Salustio
     
La Apología del Delito, es una instigación (in)directa a delinquir y consiste en hacer pública alabanza, elogio o glorificación de un delincuente por el hecho delictivo cometido, de igual manera se incluye dentro de la apología, el hecho de excitar públicamente a la desobediencia de la leyes, al odio entre las personas y al llamado ultraje corporativo, que no es otra cosa que ofender e instigar a ofender, en forma reiterada, de palabras o de obras el honor, la reputación, decoro o dignidad de alguna institución pública o privada, en definitiva, la Apología del Delito, configura una actitud punible por parte del apologista por cuanto con su conducta instiga a la comisión de delitos.

     El penalista francés R. Garraud ha dicho: “La apología del delito perturba y pierde las conciencias, hace creer legítimo  aquello que es ilegítimo, enseña a rebelarse contra la ley, hace considerar a los culpables como víctimas:” La apología es un delito que ofende al orden público, entendido éste como “la tranquilidad y confianza en el seguro desenvolvimiento pacífico de la vida civil”.

¿Qué decir cuando se dictan sentencias como la de “Los Pistoleros de Puente Llaguno”, las cuales ofenden la conciencia ciudadana o cuándo alguien, mediante un claro abuso de poder se convierte en el apologista de unos sujetos incursos en múltiples delitos? ¿Qué decir a los injustificados ataques a la iglesia,  a los magistrados del Contencioso Administrativo, a los alcaldes y otras personalidades? En fin, tenemos una justicia mediatizada al poder político bajo la práctica de la provisionalidad para así mantener un control abusivo para hostigar a la sociedad entera bajo la premisa de que quien no sea activista de las ideas revolucionarias no tiene ideas y no merece respeto, éstas son expresiones anómicas que pretenden llevarnos a una anarquía social, donde no se presentan opciones sino desesperanza y nos exponemos al riesgo de un orden que venga impuesto desde afuera o por la vía del golpe de estado, el irrespeto a los derechos constitucionales y humanos, producirá un estallido social, un golpe social ante la ceguera política de la clase autocrática.

     Por primera vez en la historia de Venezuela  desde las altas esferas del poder se comete impunemente tamaño desafuero delictivo con el lujo del despliegue televisivo de una dictadura mediática, ante un anómico y mal llamado “Poder Moral”, instaurado para, supuestamente, resguardar con lealtad a los ciudadanos que convivimos en este país contra los abusos y actos delictivos del gobierno de turno, para el pensamiento de Bolívar el “Poder Moral”  reside en la base de la sociedad misma y, cuando instauró el primer poder moral en nuestro país dijo: “Constituyamos este areópago  (...) para que purifique lo que se haya corrompido en la República; que acuse la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la negligencia de los ciudadanos; que juzgue de los principios de corrupción; de los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales, como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que choca contra ellas, sino lo que las burla; no solamente lo que las ataca, sino lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que viola el respeto público...” El Poder Moral en nuestro país carece de códigos morales y enerva el principio bolivariano que lo inspiró, ese poder amoral cobija la corrupción, la impunidad, la incuria  y todo acto inmoral que  vaya contra el respeto y la supervivencia humana, cobija descaradamente las transgresiones gubernamentales que hacen apología del delito, ello nos lleva, en forma gradual, a la desintegración del país, lo que el noble pueblo venezolano no va a permitir bajo ningún concepto.

     El enemigo a vencer es de poca monta, no presenta proporciones descomunales, pero, el verdadero peligro estriba en los actos de violencia que los inadaptados seguidores de la revolución, obedeciendo ordenes de su capataces perpetraran en procura de decretarse un estado de excepción a todo evento. 


La sociedad civil tiene el verdadero poder moral en la calle para luchar contra la estafa política imperante y al respecto me permito recordar la sabiduría de un antiguo dicho inglés: 

“¿Por qué molestarnos en intentar atrapar a un mono si ya hay por aquí un organillero que le da al manubrio?”  

  “La violencia es miedo a las ideas de los demás y poca fe en las propias.” V. Turati.

ffacchinb@gmail.com

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.