miércoles, 7 de marzo de 2012

EDITORIAL DE EL NACIONAL: LA LEY DEL EMBUDO


Se trata de una tarea de enormes dimensiones y que demanda de Jaua algo más que palabras y declaraciones que no convencen a la oposición ni a su propio partido
El vicepresidente, Elías Jaua, recordó ayer que el Gobierno le ha pedido insistentemente a sus seguidores que "permitan el libre debate de las ideas", al referirse al atentado cometido este fin de semana contra varios de los militantes del candidato unitario de la oposición, Henrique Capriles, cuando visitaba la zona de Cotiza en Caracas.
En el tiroteo desatado por los militantes rojitos resultó herido un joven estudiante de Medicina, hijo de Ismael García, candidato a la alcaldía de Caracas. Estos hechos de violencia, grabados por habitantes de la zona y fotografiados por los reporteros gráficos de los diarios capitalinos, demuestran, a las claras, que las instrucciones del vicepresidente no son seguidas por los sectores más radicales de su partido, que prefieren disparar antes que discutir pacíficamente.
Pero lo más grave es que el propio vicepresidente de la República pretenda desconocer y justificar lo peligroso de estos hechos que no sólo alteran la paz pública sino que pueden servir como mal ejemplo al resto de las bandas armadas oficialistas. En primer lugar, Jaua no ha caracterizado su vida política por ser un predicador de la paz social y del respeto al otro. Muy al contrario, siempre se le vio, desde muy joven, como un agitador de la violencia en la UCV.
De manera que el país le exige al vicepresidente un esfuerzo serio y permanente en función de lograr la paz en estos meses que anteceden a las elecciones presidenciales de octubre. Se trata de una tarea de enormes dimensiones y que demanda de Jaua algo más que palabras y declaraciones que no convencen a la oposición ni a su propio partido.
Las bandas armadas que actúan contra la oposición, no sólo aquí en Caracas sino también en el interior del país, no compraron esas armas con dinero de su propio bolsillo, sino que fueron abastecidas de manera ilegal desde el poder que predica que esta es "una revolución pacífica pero armada". Mayor cinismo imposible. Por lo general esos grupos terminan actuando de forma anárquica y, como es el caso de La Piedrita, ni siquiera le obedecen al propio Presidente de la República, ni respetan a la Fuerza Armada ni a los cuerpos de seguridad del Estado.
En segundo lugar, tanto el vicepresidente Jaua como su nuevo mejor amigo, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, han declarado a los medios de comunicación que Henrique Capriles estaba llevando a cabo "una campaña electoral ilegal", como si recorrer un barrio y hablar con la gente estuviera prohibido en Venezuela.
Ahora resulta que Capriles está confinado en una zona, como en la época de la dictadura de Pérez, desde donde no puede viajar, hablar, declarar o conversar con sus partidarios, sin que le caigan a tiros. Mientras tanto, el PSUV pregona a los cuatro vientos que hasta la fecha sus militantes han visitado y entregado material electoral a más de 25.000 hogares en todo el país. La ley del embudo.

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1 comentario:

  1. La información de todo este blog es muy sesgada, tienen una posición pro imperialismo de mercado, deben agradecer que alguien les hace al menos una crítica.

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