Chávez instrumenta un
gobierno de sombra que aspira comandar desde su exilio dorado en el mar de la
felicidad con el apoyo de los hermanos Castro en caso de que pierda el poder en
Venezuela. Una de las fantasías políticas más eróticas con las que siempre ha
soñado el quijote barinés, es ser recibido con flores desde los balcones y ser
levantado en hombros como un héroe nacional. Ese anhelo se le ha convertido
varias veces en pesadilla: En el 89 cuando intentó dar el golpe frustrado, y el
13 de Abril del 2002 cuando al comodín de Carmona Estanga lo nombran presidente
interino y se le frustra el autogolpe.
Águila Uno está
aprovechando su enfermedad para ensayar su papel de jefe de un futuro ejercito
libertador, razón por lo que también se reúne con su equipo en la isla caribeña
desde donde le imparte instrucciones a sus ministros, jueces, diputados, y
demás adulantes. Por supuesto, esta hazaña la podría llevar a cabo si sobrevive
a su derrota electoral y a su enfermedad. Para sostener una empresa de ese
calibre se requiere de mucho dinero, por lo que igualmente asumimos que el
mandatario y sus acólitos han acumulado lo suficiente, pues, el que reparte y
reparte, le queda siempre la mejor parte. Los Castro podrían aprovechar esta coyuntura
y servirse de sus miles de mercenarios atrincherados en Venezuela, para
intentar una nueva incursión (Machurucuto) en nuestro territorio patrio.
Qué nos hace pensar que
Chávez después de su inminente derrota va a reconocer el triunfo de su adversario
y de buenas a primeras le va a entregar el poder al triunfador? Recordemos que
recién en el 2009 inmediatamente después de las elecciones para alcaldes y
gobernadores, el saliente alcalde metropolitano con la ayuda de los
“colectivos” La Piedrita y de los Tupamaros, brazos armados de este régimen
entreguista, saquearon y destrozaron la sede de la Alcaldía y se rehusaron
traspasársela al sucesor electo en una contienda democrática. A tres años de
ese bochornoso espectáculo, el nuevo alcalde metropolitano todavía despacha
para la ciudad desde una oficina improvisada y sin recursos porque al
presidente le dio por nombrar ejecutivamente un gobernador para la ciudad
capital y le resto la competencia y presupuesto al actual alcalde
metropolitano.
La olla de la corrupción
de este régimen es tan pudreval, que cuando le levanten la tapa, el sonido que
va a producir nos va a dejar sordo y el vapor va a formar una nube oscura tan
grande como las que origina la explosión de un arsenal de armas en Maracay.
Ellos van a necesitar esconderse hasta en la cara oculta de la luna o inventar
cualquier quijotada para no responder por el billón doscientos mil millones de
petrodólares que se esfumaron, y por la deuda de ciento treinta mil millones de
dólares que adquirieron durante estos últimos doce años. De allí su obstinación
por continuar en el poder al precio que cueste, porque para eso - dirán ellos -
hay bastantes reales.
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