martes, 6 de marzo de 2012

ANA JULIA JATAR: ME CONFIESO: NO ES EL CÁNCER

La  era posterior a Chávez ya ha comenzado y sus problemas de salud sólo son una parte de las razones. Es importante entender que su deterioro como candidato no se debe únicamente al cáncer que padece, sino también a que ya forma parte de ese pasado que tanto se ha empeñado en enterrar.
Las elecciones primarias representaron el punto de inflexión en el cual el país escogió el futuro, y por ello dejaron claramente un sabor a revocatorio presidencial.
Sorprendentemente, millones salieron a votar sin miedo para elegir a un ­muy joven­ contendor de Chávez. También para la sorpresa de un gentío los partidos tradicionales mostraron su impactante debilidad. En otras palabras, el 12 de febrero se presentó como el entierro de las llamadas cuarta y quinta, para darle paso a otra cosa.
Todos sentimos lo que era difícil verbalizar: una nueva era, un sentimiento nacional con la mirada puesta en el futuro, sin los achaques del pasado. En Miraflores lo sintieron y por eso salió un Chávez demente a insultar a quien hoy tiene más legitimidad que nadie para luchar por la silla presidencial.
Ese 12 de febrero se grabó en el imaginario colectivo la posibilidad del triunfo democrático el 7 de octubre. Y así lo captaron dos instituciones clave para garantizar el respeto de los resultados de esa fecha: la Fuerza Armada y el Consejo Nacional Electoral. Ambas instituciones no sólo se portaron a la altura del espíritu democrático que se respiraba en las calles, sino que se les notó que disfrutaron la experiencia de unas elecciones verdaderamente libres y sin presiones desde Miraflores. Lo recordarán el 7 de octubre.
La oposición venezolana finalmente se ha ganado dentro y fuera de nuestras fronteras el respeto que se merecía. Todos los medios de comunicación internacionales han reseñado con admiración las elecciones primarias en Venezuela, y todos ellos estarán presentes el 7 de octubre.
En pocas palabras, a Chávez se le agotó el discurso y todos sabemos que el agotamiento es el peor enemigo de la emoción. Cuando quien lo reta es un candidato de 39 años de edad, nadie puede creerle la cantaleta de que la oposición representa el pasado ni tampoco la de la supuesta oposición oligarca y golpista cuando sus adversarios salieron a votar por millones en unas primarias.
Chávez pasará a la historia no como un presidente popular derrotado por el cáncer, sino como un autócrata que se creía inmortal y fue derrotado por el espíritu libre de los venezolanos.
Esto es importante repetirlo hasta el cansancio porque coincido totalmente con las palabras de nuestro candidato Henrique Capriles Radonski: hay que desearle larga vida al Presidente. Que no se muera para que con sus propios ojos vea cómo la historia no lo absolverá.
Es verdad que la enfermedad de Chávez podría obligarlo a retirarse de la contienda electoral, pero ¿para darle paso a quién? Si Henrique puede ganarle a Hugo, contra otro candidato del PSUV arrasa.
Termino con unas palabras de preocupación.
Espero que la unidad de la oposición se mantenga en un escenario sin Chávez y que el nefasto síndrome Chacao no abra las típicas agallas. Y mi último y más importante mensaje: les confieso que temo por la vida de nuestro candidato, su salida del juego beneficiaría a todas las fuerzas del mal que apuestan por el caos. Hay que cuidarlo.
@anajuliajatar
anajuliajatar@gmail.com

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