lunes, 9 de enero de 2012

GUILLERMO CHERASHNY: CIRCO MEDIÁTICO SIN CÁNCER Y CON CIRUGÍA PLÁSTICA (EN EL INFORMADOR PÚBLICO DE ARGENTINA)


UN ESPECTÁCULO DE VERANO

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El show mediático montado por Jacobo Grossman -el arquitecto de los festejos del Bicentenario- en torno a la intervención quirúrgica de la presidente por un supuesto cáncer de tiroides tuvo un gran éxito en prolongar el “efecto lástima” que la beneficia desde la muerte de su marido. Los nódulos benignos que tenía en la glándula tiroides le habrían sido extraídos simultáneamente con una cirugía estética de estiramiento de cuello y parte inferior de la mandíbula, incluyendo la papada. Esto lo informamos como primicia (ver Un extraño postoperatorio de 20 días) cuando se anunció la terrible enfermedad como una maniobra oportunista para tapar la compra de un piso en el Madero Center tasado en 2 millones de dólares. A tal punto se trató de un montaje preparado hasta el último detalle que al día siguiente del anuncio, cuando CFK habló ante los gobernadores con un retrato de Evita como fondo, logró transmitir con efectividad la sensación de que podía tener algo más grave. Asimismo, el parte del “cirujano” Alfredo Scoccimarro fue la única fuente con que contamos del supuesto cáncer que no existió, así como de las supuestas punciones realizadas. El silencio y la complicidad de las autoridades del Hospital Austral se explicarían por un subsidio millonario en dólares que recibiría esa institución sanitaria para obras de ampliación y se enmarca en la mejora de las relaciones con la Iglesia después de la jubilación del cardenal Jorge Bergoglio.

MADERO CENTER

Con esta perspectiva, en una semana o un poco más se podrá demostrar -o no- esta farsa mediático-quirúrgica. Aunque hay cirugías plásticas que son tan bien hechas que no se pueden demostrar. En este caso, la mascarada oficial sirvió, como señalamos, para tapar la compra del piso en el Madero Center, en donde ya vive el vicepresidente Boudou. Éste -y no es la primera vez- fue castigado a tener perfil bajo y quedar arrinconado en un despacho de segunda en el Banco Nación. Para algunos, una prueba de que sigue bajo la mira de Máximo Kirchner.

Simultáneamente, unos cuantos medios difundieron grandes notas sobre Agustina Kaempfer, la novia testimonial de Amado Boudou, afirmando que vive en Madero Center y que es inseparable compañía del vicepresidente. Lo concreto es que dentro de dos semanas la presidente podrá ir a su departamento en el Madero Center y mantener reuniones con su vice para tratar los graves problemas del país, en vez de llamarlo 10 veces por teléfono, como ocurrió el viernes pasado, que es lo que consignaron los diarios.

En la privacidad del Madero Center podrán hablar sobre la “sintonía fina” que encara el gobierno en el plano económico a partir de este año. Y también de otros dos temas que preocuparían a la pareja presidencial. El primero es el IVA-consumo que mide la DGI sin la Aduana y que subió en diciembre sólo el 13% contra una inflación anual de más del 25%. En segundo lugar, el impuesto al cheque subió el 17% con respecto a la misma tasa de inflación, lo que muestra por primera vez una fuerte desaceleración del consumo desde la recesión del 2009 y que se está empezando a notar en la temporada turística. En marzo, con todos los aumentos que se vienen, este proceso se agudizará y entonces no habrá circo mediático lo suficientemente efectivo como para distraer a la opinión pública. Mientras tanto, la realidad en la cúpula del poder es que entre Cristina y Amado está todo bien -como dicen los jóvenes-, aunque Juan Manuel Abal Medina, Carlos Zannini y Máximo Kirchner nos quieran hacer creer lo contrario. Ah, y Héctor Icazuriaga no podrá pinchar más los teléfonos del vice, porque a partir de la desagradable experiencia anterior, éste se comunica por otros medios.




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