domingo, 25 de diciembre de 2011

ALEXIS MÁRQUEZ RODRÍGUEZ: ENSAÑAMIENTO

Todo gobierno, más allá de su seña ideológica o política, tiene unos signos que lo caracterizan. Es lo que  comúnmente se conoce como estilo, y tiene mucho que ver con la  forma de gobernar. Ese signo o estilo lo determina fundamentalmente la persona del gobernante, aunque de hecho, sobre todo en los regímenes despóticos, los rasgos definitorios del caudillo se extienden a sus inmediatos colaboradores: ministros, directores y demás  funcionarios, áulicos que no se atreven a disentir de él, cuyos designios acatan  servilmente, aun estando en desacuerdo.

Unánimemente se afirma que el signo definitorio más visible de Chávez es la mentira. No es difícil darse cuenta de ello. Nunca gobernante alguno de nuestro país ha sido tan mentiroso. La enumeración de las mentiras proferidas por él y sus áulicos es muy fácil de hacer, con el agravante de que no hay que esforzarse en  mostrar las pruebas, porque están a la vista de todo el mundo.

Otro signo característico del gobierno chavista es el ensañamiento. Lo practican habitualmente el propio Chávez, la  Fiscal General, el Contralor General, los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, jueces de todos los niveles, ministros, funcionarios de las más variadas categorías...

El caso más insólito de ensañamiento es, sin duda, el de la jueza Lourdes Afiuni, víctima en ello conjuntamente del propio presidente de la República, de la Fiscal General y de los jueces que  han conocido de su causa. Un ensañamiento en cayapa, tanto más brutal e inicuo, cuanto que su prisión fue por un acto soberano y ajustado a derecho en su función de juez, caprichosamente calificado como delito por el mismo Chávez en persona.

Otro caso emblemático de ensañamiento es el de los comisarios Simonovis, Forero y Vivas, acusados de delitos que no cometieron, en una acción que, contrariamente, se orientaba a proteger una inmensa manifestación popular de la agresión de grupos oficialistas armados, en una trampa hábilmente montada para torpedear lo  que desde el primer momento se perfiló como el más grande repudio de gobierno alguno ocurrido en toda la historia  venezolana.

Pero el ensañamiento del chavismo no ha sido sólo contra determinadas personas. Otro ejemplo patente de ensañamiento gubernamental ha sido el de las universidades autónomas, en particular la Universidad Central de Venezuela. A esta no sólo se le  ha querido cercar económicamente, sino que también se ha   atentado violentamente contra sus instalaciones y contra sus autoridades de una manera sistemática, brutal y descarada.

Afortunadamente, y para desgracia del gobierno, las víctimas del ensañamiento han respondido con gran valentía y dignidad.

grealemar@cantv.net

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