Si alguien ha cobeado a un país sin perdón y de la manera más abusadora, en el sentido de que se ha aprovechado de su poder, uniforme y cierta superioridad de formación con relación a la masa pobre, ha sido mi comandantepresidente. Ha sido de los embusteros que entran en la categoría de duros y curveros para usar un término de los que le gustan al beisbolista frustrado. Y, justamente, a la mentira le debe su estancia larga, cómoda, sabrosona, viajera y con cartera gorda, en el poder.
Y, esa estancia, no es para gente solitaria. Es para gente, como él, que le gusta la pachanga, el bochinche, el desorden, el bonche y los compadrazgos. Mi compadre tal o cual. No lo esconde. Y si es con plata mejor. Eso se traduce en clan, grupo, manada, pata, comandita, batallón, cúpula, grupúsculo, cogollo. Es decir, la popular macolla. La misma que micomandante criticó hasta el cansancio, y todavía sin ninguna pena critica, como si su macolla fuera preinfantil.
En realidad, la macolla de Chávez ha sido una de las más poderosas desde los tiempos del propio Páez, los Monagas y hasta Gómez para no entrar en honduras de paticas más recientes y que de alguna manera abrieron la trocha para que los de verde, junto a los cubanos, entraran y tomaran el país con la idea de no abandonarlo nunca jamás.
Y en esa idea, como bien se observa, no valen tumores, quimios, enfermedades graves ni nada de esas cosas que les suceden a los humanos. Hay que quedarse. Total, los esclavos son mayoría y me quieren aunque esté patuleco. Y me creen, que es lo más importante. Pregúntenle a Schemel, de Hinterlaces o a Luis Vicente León, de DataAnálisis si a estas alturas del barranco, ahí más abajo que arriba, donde se paran los chivos a comer monte, no es verdad que al líder intergaláctico lo aman. Lo aman a nivel de altar.
Y ese poder, esa fuerte atracción, esa relación mágico-religiosa, esa altísima popularidad la ha logrado como la lograría cualquier mortal sin escrúpulos. Con billete, labia y muy buena capacidad para mentir. Es el cuento del tipo de cierta edad, póngale unos 40 años, que se mete de cabeza en una casa, levanta a la chama de 16 de una familia en la que a duras penas la comida está completa hoy y mañana no se sabe. La chama de casualidad está en primer año, llevando leña con Castellano y dejando Matemáticas desde ya para revisión. Es decir, para ella la cosa está fea más allá de los 25, si acaso logra visualizar el asunto. Los señores de la casa, a medias entre el cerro y la calle negra, ven en el señorito que tiene carro y gana plata una opción para la chama y ellos pegados ahí. En combo.
Así que alcahuetería pareja. El tipo va, visita y hace de las suyas. Cuando el líder popular y mágico-religioso llega a la casa, extrañamente todo el mundo desaparece y lo dejan solo con la víctima en la sala con una conveniente media luz. Cuando menos esperan se la lleva al cine, a fiestas o a pasear. Y ofrece. Matrimonio, casa, apartamento de playa, carro, mucha ropa, comida para toda la manada familiar, viajes. Vas a salir del barrio, mi amor. Y listo.
Mandado hecho. Lo que queda es huir. El odio, la rabia y la habladora quedarán atrás. Como siempre. Ya para qué. Y así va el mago entre levante y levante. La clave es la misma. Mentir y mentir. Labia y plata. Toda la vida ha sido así. Pero para eso se necesita debilidad en la víctima y en su grupo. Y micomandante tiene todos los elementos a favor. Labia, plata, sabe mentir y sus víctimas son débiles. Como la chama y su familia del eterno cuento de novela.
Esta vez mi comandante, para afrontar con éxito la nueva temporada, tiene la Misión Vivienda, la Misión Trabajo, la Ley del Trabajo, la Ley de Costos, la Ley de Arrendamiento y más para seguir levantando a todos los débiles y débilas que estén buscando un futuro mejor, que lamentablemente nunca llegará. Y, claro, plata, labia y mentiras.
Pero está pillado. No debería funcionar. Y si funciona es porque esto no tiene remedio.
Además el galán de otoño no garantiza futuro. Es un viejito enfermo y embustero reconocido más allá de las fronteras. No un prometedor estafador de 35 años.
Veremos.
Twitter: @ejrl
Elides J. Rojas L.
erojas@eluniversal.comEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.