El régimen intenta cambiar la historia apoyado en la mala memoria de muchos y en la posición acomodaticia de algunos, por lo que un nuevo aniversario del paro cívico del 2 de diciembre del 2002 es propicio para refrescar lo hechos. Recordemos que a pesar de la crisis política, el oficialismo consideró como de simple diálogo la Mesa de Negociación y Acuerdos, al frente de la cual estaba el Secretario General de la OEA.
Entre las opciones se consideró la realización de un referendo consultivo no vinculante, preguntando al electorado si deseaba la continuación de Chávez en la presidencia; reforma constitucional para adelantar la elección presidencial y renuncia voluntaria del presidente. La oposición recogió las firmas requeridas para el referendo consultivo, pero el mismo fue saboteado por el oficialismo
A la solicitud democrática, el teniente coronel respondió con más represión, la toma de la Policía Metropolitana, la militarización de Caracas y la negativa a establecer una Comisión de la Verdad para investigar la masacre del 11 de abril. Para presionar por una solución pacífica consultada a los ciudadanos en un referendo, todos los partidos políticos integrantes de la Coordinadora Democrática, la CTV, Fedecámaras y ONG tales como Queremos Elegir, Ciudadanía Activa y Movimiento 1011 apoyaron la convocatoria a un paro cívico, solo después de comprobar que el régimen no aceptaría una salida electoral. Los petroleros no lo convocamos, pero individualmente nos sumamos después que se desencadenó.
Los atropellos del régimen a la Constitución, especialmente a los derechos de propiedad y a los derechos humanos, acaloraron los ánimos de los ciudadanos. En Pdvsa, desde los sucesos del abril la situación era muy tensa por los intentos de los rojos de tomar la empresa. Quien esto escribe había entregado su cargo en octubre por tener aprobada la jubilación (la cual después me fue negada), pero me consta que tanto Juan Fernández, como Horacio Medina se reunieron con Alí Rodríguez para intentar parar los abusos de los chavistas en Pdvsa, pero fue en vano. Alí, tal y como lo declaró recientemente el de Sabaneta, tenía órdenes de “tomar esa colina”, es decir Pdvsa.
El paro no fue general como se esperaba ya que el régimen había movido sus fichas. Inicialmente los petroleros solo detuvieron las labores administrativas; las represalias en Chuao, la creación de un Plan de Contingencia paralelo, la militarización de las instalaciones, la presencia de círculos violentos y el despido de los gerentes operacionales desencadenaron la gradual paralización de la industria. Los talibanes impidieron el regreso de algunos trabajadores e iniciaron los despidos masivos, incluyendo a personal que estaba de vacaciones o de reposo médico.
Entre los demócratas hubo posiciones a favor del paro y otros advirtieron de los peligros del mismo. Algunos de los que después lo criticaron o que tratan de marcar distancia del mismo, inicialmente lo apoyaron o guardaron silencio. Los petroleros teníamos excelentes condiciones socio-económicas y estabilidad laboral, pero en defensa de principios y valores nos sumamos al paro cívico. El teniente coronel y Alí Rodríguez son los responsables del mismo. El lenguatón exacerbó la paciencia de los ciudadanos en general y el guerrillero la de los ciudadanos petroleros.
Como en botica: El régimen apoya a sus violentos en la UCV ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com
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