La Asamblea de la UN puso en evidencia las diferencias que tiene EEUU con los distintos países de América Latina.
El Presidente de México (Calderón) criticó en su discurso a la Administración Obama por su inacción frente al problema de la droga. La falta de acción contra el consumo y la ausencia de control efectivo para que los carteles mexicanos adquieran armas fueron los ejes de su reiterado planteo. La Presidente de Brasil (Rousseff) tuvo un rol central, al ser la primera mujer que preside esta Asamblea desde la creación de la UN en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Tuvo un encuentro bilateral con Obama, en el que se evidenciaron las coincidencias y diferencias que vienen determinando la relación bilateral desde la llegada del PT al poder nueve años atrás. El rol brasileño fue reforzado por al Cumbre de los BRICS, la que si bien no aportó resultados positivos para la asistencia a Europa por sus dificultades financieras, fue gestada por la diplomacia brasileña y constituyó un hecho político relevante. Esta Cumbre puso también en evidencia la actitud crítica de las potencias emergentes frente a los países desarrollados reunidos en el G7. Mientras Brasil es el único país del hemisferio en los BRICS, EEUU y Canadá son los únicos que integran el segundo grupo. De los países del ALBA, el discurso más destacado fue el de Evo Morales -Chávez no estuvo por razones de salud-, quien criticó duramente a los EEUU y en particular por el rol de la OTAN en Libia.
El pedido de reconocimiento como estado por parte de la Autoridad Palestina, presentado en la Asamblea, también marcó diferencias entre Washington y la región. En el Consejo de Seguridad comenzó a tratarse la cuestión. De los quince miembros ocho apoyan el pedido, incluidos los cinco BRICS -dos de ellos son miembros permanentes con derechos a veto: China y Rusia-, que coinciden en esta posición junto con un país del Cercano Oriente y otros dos de África. Los EEUU, junto con Francia y el Reino Unido, se oponen al reconocimiento, para el cual es necesario el voto de nueve de los quince miembros. Entre los integrantes del Consejo que faltan definirse se encuentra Colombia. Cabe recordar que mientras la gran mayoría de los países de UNASUR han apoyado el reclamo palestino, Colombia no lo ha hecho. Tanto para EEUU como para los BRICS sumar este voto puede ser decisivo. La alianza estratégica entre Washington y Bogotá parece mantener su solidez tras nueve años, cuando llegara al poder Uribe. Su sucesor (Santos) la ha atenuado algo, pero no la ha abandonado.
Mientras tanto, Obama ha designado una nueva Subsecretaria del Departamento de Estado para América Latina, Roberta Jacobson. En esta oportunidad se ha evitado designar a un funcionario de origen político, como fue el académico Arturo Valenzuela, quien deja el cargo tras ejercerlo también en la Presidencia de Clinton. La elección, en la cual seguramente ha influido la Secretaria de Estado (Hillary Clinton), implica optar por una funcionaria de carrera con bajo perfil, quizás con la intención de evitar problemas con la aprobación en el Congreso, donde la oposición republicana viene asumiendo una actitud más crítica. La nueva Subsecretaria no implica cambio de política. Llega al cargo en momentos que Obama manifiesta estar dispuesto a dialogar con el gobierno cubano, aunque sin recibir una respuesta positiva por parte de Raúl Castro y envía al Congreso los TLC con Colombia y Panamá. Lo hace también cuando Washington ha comenzado a votar contra el otorgamiento de nuevos créditos a la Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM). Dos militares que llegan a la Presidencia mediante elecciones en América Latina, desde posiciones ideológicas muy diferentes, buscan buena sintonía con Washington. Es el caso de Humala en Perú, que no rompe con la política contra la droga impulsada en la región por EEUU, y de Pérez Molina, general retirado que se impondría en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Guatemala, que propugna mayor coordinación con Washington en materia de lucha contra la droga y el crimen organizado.
El tema latinoamericano ha irrumpido en la primaria republicana con la declaración del gobernador de Texas diciendo que podría enviar tropas a México para combatir los carteles de la droga. En declaraciones publicadas por el New York Times, Rick Perry dijo "podrían requerirse nuestras fuerzas militares en México para trabajar en coordinación con ellos a fin de eliminar estos carteles de narcotraficantes y mantenerlos alejados de nuestras fronteras". Así lo afirmó durante un acto de campaña en New Hampshire. De acuerdo a los últimos sondeos, es uno de los precandidatos mejor posicionado de los republicanos. Pero también dijo no tener del todo claros los escenarios en la lucha contra los carteles de la droga en México, agregando que cree que "es importante para nosotros cooperar con ellos (las autoridades mexicanas) para que este país no fracase". Según el diario, con estas declaraciones pretende reforzar su perfil en el polémico tema de la seguridad de fronteras y la inmigración ilegal, después de que sus rivales lo acusaran de ser demasiado blando en este tema. Ante estas críticas, respondió específicamente "soy un gobernador. No tengo la postura placentera en la que sólo me paro en un escenario y critico", agregando también que tiene que "lidiar con estos asuntos". La idea central de Perry es que él, con su gestión en Texas, ha logrado mejorar el empleo y que si el gobierno federal hubiera seguido sus políticas, también lo habría logrado en el ámbito nacional. El New York Times también informó que aviones no tripulados de las Fuerzas Armadas estadounidenses -llamados drones, los mismos que son usados para operar en Pakistán desde bases afganas- están recogiendo información sobre las drogas en México. Washington por su parte permite a fuerzas mexicanas operar contra los carteles desde su propio territorio, aunque Obama ha puesto límites a este tipo de operaciones.
En conclusión: la Asamblea de la UN puso en evidencia las diferencias y matices en la relación de EEUU con los distintos países de América Latina; el tratamiento del reconocimiento del Estado Palestino muestra las diferencias entre EEUU y Brasil y la posición más cercana al primero de Colombia; la elección de la nueva Subsecretaria para América Latina del Departamento de Estado implica optar por un perfil profesional que no altera la política desarrollada en la región hasta ahora por Obama y las declaraciones del gobernador de Texas y precandidato republicano (Perry), sobre la intervención de tropas en México contra la droga, muestra la importancia que el tema ha cobrado en las primarias de la oposición.
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