Si se juzga por la cobertura de la prensa nacional e internacional, el hecho político más relevante de la semana en Venezuela fue la presentación y firma del Compromiso e Invitación por un Gobierno de Unidad Nacional que el lunes 26 de septiembre hicieron en Caracas los dirigentes de veintitrés partidos políticos nacionales que la última vez que se contaron votos sumaban cerca de cinco millones y medio, ocho mandatarios regionales (dos de los cuales no estaban en esa alianza un año atrás), los representantes de sesenta y siete parlamentarios nacionales y todos, sin excepción, los venezolanos que han planteado su opción presidencial para la elección primaria abierta nacional a celebrarse el venidero 12 de febrero.
La solidez del documento, la obvia cordialidad del ambiente, la sobriedad de la presentación, el broche de oro del cierre con el Himno Nacional cantado por Maricruz Benítez, transmitieron una sensación de seguridad, de paso firme y sereno, de posibilidad cierta de cambio.
El país aspira a una unidad más amplia, más profunda, de mayor calidad. Y es lo que está recibiendo. La alianza crece con nuevas incorporaciones, pero además mantiene un talante abierto que invita a sectores no afiliados a partidos. Tiene ideas, expresadas en propuestas programáticas. Tiene propósitos que trascienden a los electoral.
Son hechos.
Trenes, aviones, carreteras
El choque de trenes en la ruta Caracas-Valles del Tuy, única ruta ferroviaria activa en el país, viene en una semana en la cual hubo por lo menos tres incidentes de emergencia con aviones, y después de noticias de hundimientos y fallas de borde en la decadente vialidad de nuestro país. Eso sin contar las ya frecuentes deficiencias en el servicio del Metro de Caracas, servicio en el cual el gobierno ha publicitado la incorporación de unos cuantos nuevos vagones como antes se anunciaba la inauguración del sistema o la apertura de una nueva ruta. Digámoslo en términos beisboleros que ya la temporada de la pelota está encima: porque compró un bate nuevo, el gobierno hace bulla como si hubiera construido e inaugurado un nuevo estadio.
Lo del tren del Tuy preocupa por el riesgo a las vidas humanas, pero llama la atención porque en Venezuela no funcionan más ferrocarriles que ese. En muchos países hemos visto que ocurren esos accidentes, pero estamos hablando de cientos de rutas que transportan miles y miles de pasajeros, millones en algunos casos. Aquí es el único tren que el gobierno maneja. El único que tenía que operar y controlar.
En lo de la decadente flota aérea nacional tampoco es inocente el gobierno. Los aviones están viejos, porque no hay dólares para adquirir nuevos. Se sabe que hay problemas con los itinerarios y los horarios. De la línea aérea gubernamental me dijo un comerciante margariteño que era muy religiosa, “Porque sólo Dios sabe a qué hora sale o llega”. Reparar un avión dura hasta cuatro meses por la maraña burocrática, la dificultad para comprar las divisas.
La vialidad hace aguas. La interurbana se la quitó el gobierno central a las regiones que las mantenían y vigilaban mejor. La urbana apenas si muestra nuevas calles y avenidas, y las autoridades se ufanan de un bacheo con más propaganda y orgullo que los que eran propios de la inauguración de una autopista o un distribuidor. La ingeniería y la arquitectura nacional son damnificadas de doce años de “revolución”.
Y ésta gente que tiene el transporte del país así ¿Será capaz de gerenciar Conferry?
La empresa naviera neoespartana tiene muchos defectos que reclaman mejoras, también muchos años de servicio útil a esa región y al país. Servicio en comunicaciones y transporte, también en responsabilidad social empresarial. Alega el gobierno que hay muchas denuncias, no me extraña ¿No habría sido más oportuno atenderlas? Si el gobierno regula y supervisa eficazmente, eso no pasa. ¿No es más lógico promover la competencia y que la empresa tenga que mejorar porque si no los pasajeros se van en otra opción? Pero el ensayo que montó el gobierno como que no ha podido ni siquiera zarpar.
Por el ferry viajan turistas y neoespartanos, pero también alimentos y suministros, materiales de construcción y repuestos. La cosa es muy seria.
Razón tiene el gobernador de Nueva Esparta Morel Rodríguez cuando teme que la isla quede aislada de tierra firme.
Guyana
Muy mal está quedando el país, por responsabilidad del gobierno nacional, cada vez que aparece algún nuevo elemento para comprender la situación con Guyana, su decisión unilateral de ampliar su mar territorial y las implicaciones que eso tiene en nuestra reivindicación del Esequibo. El profesionalismo y la sobriedad de los pronunciamientos de la Unidad, tanto el comunicado del equipo internacional como la declaración de su representante en la Comisión de Política Exterior de la AN Omar Barboza y los análisis de su principal experto en la materia el Embajador Garavini, contrastan con la improvisación, inconsistencia y en suma debilidad del lado gubernamental.
Mientras los guyaneses han defendido sus intereses con decisión y saber hacer diplomático, lo cual no puede criticárseles porque es su trabajo, nuestro gobierno descalifica los intereses de Venezuela y da señales equívocas y traspiés que indican todo lo contrario.
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