Ayer triunfo la Venezuela unida, la Venezuela vinotinto.
Venezuela toda vibró al ritmo de un equipo construido con pasión, con ganas de vencer y con la capacidad de demostrarnos que podemos. Claro que podemos.
Este es el país de los mejores, la Venezuela que se nos enseña, para que encontremos el rumbo necesitado para reconstruir nuestra esperanza. El football logró hacer lo que la política no logra: unir a los venezolanos en torno a un objetivo común. Ayer no éramos rojos ni azules, ayer todos fuimos vinotinto.
Ayer nos desprendimos del tedioso show político y de las frases refritas de la revolución y la única cadena que escuchamos fue la de un pueblo en la calle celebrando el triunfo de su oncena. No nos importó mucho si el presidente de este país estaba viendo el juego con Fidel Castro. La Venezuela que se nos mostró ayer renace de entre los escombros promovidos por un gobierno que sólo nos regala problemas y sinsabores. Ayer redescubrimos a la mejor Venezuela, llena de paz y de unión.
La misma esencia que se requiere para triunfar en las próximas elecciones, le daba la vuelta al país entero anoche, cubriéndonos con la alegría del triunfo. Ayer hasta los no creyentes, los que perdieron la fe, se sorprendieron con un triunfo forjado con trabajo de fondo, con inteligencia, estrategia y buenas decisiones. Un triunfo producido a la luz de una verdadera unión.
El football y las elecciones se parecen. Se necesita estrategia, preparación previa, trabajo continuado de fondo, experiencia y fuerzas jóvenes que le impriman calor a las campañas. También se necesita, como uno de los principales componentes, que los venezolanos creamos firmemente en el triunfo, en la fortaleza de nuestra fuerza para resultar ganadores. Ese es el componente vital, sentirse ganadores.
Venezuela está construyendo su equipo ganador en torno a la unidad del país, en torno a la posibilidad de encontrarnos todos, luchando por un solo objetivo y por un sólo ganador, producto de un trabajo de verdadero equipo. Los mejores venezolanos estaremos allí dándole fuerza a la unidad, para construir un mejor país, lleno de bienestar, de progreso y de paz.
Vinotinto ya logró un lugar en el podio. Logró que los venezolanos nos levantemos desde el piso para celebrar juntos este merecido triunfo. Logró que sintiéramos pasión de nuevo y olvidemos de una vez por todas el sentimiento perdedor que nos cobija. El miércoles estaremos otra vez unidos en torno a nuestro equipo y este miércoles y por siempre, seremos la patria unida en torno a nuestras esperanzas ganadoras. En este quinto encuentro, desdoblaremos nuestra creciente pasión por Venezuela.
Ya puedo sentir las caravanas y los ruidos del triunfo. Me refiero a los de diciembre de 2012, donde los venezolanos unidos, celebraremos un único y memorable gol, que cambiará el futuro de la patria. Claro que se puede Venezuela.
Enrique Pereira @pereiralibre
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