viernes, 17 de junio de 2011

IVÁN ENRIQUE LEÓN HERNÁNDEZ : LA CORRUPCIÓN/JUSTICIA DE VENEZUELA DEPENDE DE UN MECATE Y NO DE UN HILO

Dos peatones, uno joven camarada y otro anciano apolitico, estaban bajo sospecha de corrupción, pero SI se sabia cuál de ellos era el culpable


La Jueza, la no "Maria Lourdes Afiuni", es camarada roja-rojita, tenia la segruridad de que no era el Peatón anciano, porque siempre habia servido con plena lealtad al pais, pero los demás jueces camaradas tambien rojos-rojitos consejeros le presionaban para que castigara a ambos y asi saliera del engorroso asunto. La Jueza vergataria reflexiono y dijo:    -Extenderemos un mecate entre esos dos arboles de mango y los dos peatones trarán de pasar de un arbol al otro. El que se resbale pierde será el culpable; que la habilidad de cada uno de ellos y el destino decidan.

   Se extendió el mecate desde un arbol al otro. Le tocó el turno en primer lugar al Peatón camarada más joven. Todos presentes rojos-rojitos, a un solo coro cantataban, asi, asi, asi es cómo se hace justicia, Patria, Socialismo o Muerte, venceremos, pensaban que si alguna posibilidad de éxito habia, era, por supuesto, para el joven, que tenia buena vista y una excelente constitución fisica. El Peatón comenzó a caminar sobre el mecate y en seguida  se desequilibró y se precipito en el vacio, hallando la muerte de una forma instantánea, se desnuco al instante. Todos los presente pensarón que si asi habia sucedido con el Peatón más joven, qué iba a ocurrir con el pobre anciano escualido apátrida.

El Peatón anciano con toda su calma colocó los pies sobre el mecate. Comenzó a caminar con mucha atención; a un pie seguia el otro, y cada vez que se inclinaba en exceso hacia un lado, corregia la inclinación con habilidad hacia el otro, para compensar. Una y otra vez rectificaba, corregia lo necesario y el eje de su cuerpo nivelaba. Asi, ante la gran sorpresa de todos, llegó al extremo del mecate sano y salvo. La Jueza, no encontrando otra salida,  le hizo presentarse ante ella y le dijo:
  -Mi leal amigo camarada, has salvado el pellejo y te recomendaré con el Presidente camarada comandante supremo, pero primero dime, ¿cómo has podido hacerlo¿
  -Señora Jueza -explico el anciano-, no he hecho nada especial; me he limitado a proceder como he obrado a lo largo de toda mi existencia. rectificando errores, corrigiendo fallos, tratando de no dejarme nunca tomar por actitudes extremas; he puesto en práctica lo que toda mi vida he tratado de hacer: equilibrar y asi, sin ningún esfuerzo especial, he ido recorriendo fácilmente el mecate como un Peatón sin Barreras Caminando siempre Caminando. Pero no aceptaré, señora Jueza, la ayuda que me ofrecio del presidente, porque deseo dejar la vida pública y dedicar los años que me restan al cuidado del espiritu...., y tal vez a seguir de vez en cuando caminando por el mecate.

Un Peatón sin Barreras Caminando siempre Caminando por el mecate

peatones.sin.barreras@gmail.com

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