Los datos bastarían para demostrar la inmensa desgracia que ha significado Hugo Chávez como Presidente de Venezuela.
En diciembre de 1998 cuando ganó las elecciones, la deuda del país no llegaba a 30 mil millones de dólares. 12 años después asciende a 130 mil millones de dólares. Pero además en ese mismo lapso este gobierno de farsantes se las ha ingeniado para desaparecer UN BILLÓN DE DÓLARES, esto es, UN MILLÓN DE MILLONES DE DÓLARES. La pregunta que todo ciudadano debe hacerle al gobierno es muy simple, ¿Qué se hizo con esa inimaginable cantidad de dinero? Estamos obligados a exigir explicaciones. ¿Cuántas viviendas ha construido el gobierno de Chávez en 12 años?
También en 1998, días antes de las elecciones, el teniente coronel decía “hay un déficit de un millón quinientas mil viviendas. Nosotros en 5 años reduciremos ese déficit en un 50%”, y la verdad es que ni siquiera construyó 300 mil viviendas, y hoy el déficit es de más de 2 millones.
¿Utilizó esos recursos para crear empresas, industrias, que generaran empleos estables y bien remunerados? Todo lo contrario, mantiene un plan de destrucción nacional que abarca no solo al sector privado, también al estatal. Allí están como expresión máxima de ineficacia y corrupción, las empresas básicas de guayana, quebradas financieramente, teniendo que importar hoy las cabillas y el aluminio que antes se producía.
Donde si hay empleo y prosperidad, es en las empresas privadas de Brasil, de Argentina y otros países donde Chávez prefiere gastar nuestro dinero antes que financiar el desarrollo nacional. En el caso de la agricultura el drama llega hasta los guisos de pudreval. Lo único que ha crecido en Venezuela es la buhonería y los mototassssi, que plagan las ciudades del país ante la crisis de empleo.
En materia de salud solo hay que mirar a los jerarcas del régimen, ¿A dónde van los señores cuando se enferman ellos o sus familiares? A las clínicas privadas o al exterior. La red hospitalaria nacional está en el suelo.
Un indicador preciso del mundo desarrollado es el consumo eléctrico, ¿Qué significa la recurrente ola de apagones que dejan sin luz por horas a cantidad de ciudades del país dañando todo tipo de equipos industriales, comerciales y domésticos?
Simplemente que esta cáfila de ineficientes bolivareros no han construido las nuevas plantas hidroeléctricas y termoeléctricas requeridas, así como tampoco han invertido en el mantenimiento de las líneas de trasmisión.
¿Tiene al menos ¡carajo! el ciudadano la seguridad mínima de que podrá regresar vivo a su casa? Más de 140 mil homicidios indican lo contrario.
Lástima que este reducido espacio no permita decir otras verdades, solo queda recordar que parte de ese dinero es utilizado para mantener los gobiernos de Cuba, Bolivia, Nicaragua y que muchos otros reciben los regalos generosos de Chávez. De la corrupción no habla la contraloría, esta muda. Por eso es humillante oír la musiquita de la cuña que termina diciendo “para vivir viviendo”, pues en verdad, entre el hampa y el gobierno (tienen tantas cosas en común) el venezolano vive muriendo.
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