jueves, 17 de marzo de 2011

MENOS OFERTA Y MÁS CARA. RAMÓN GUILLERMO AVELEDO

Los datos oficiales del INE son aplastantes. En la cuenta del gobierno, la canasta alimentaria ha subido 306% en seis años. Eso quiere decir que comer cuesta el triple. Y eso es, repito, en las cuentas gubernamentales, ¿Cómo será en la cuenta de la señora que hace la compra de la casa o en la del que tiene que estirar la semana o la quincena para llegar apretado al día de pago? El ministro Giordani inventó un “álgebra bolivariana” que permite sacar las cuentas de otro modo, lo que no ha podido evitar es que los precios suban y suban, para lo cual su respuesta se parece mucho a la que dan los que no saben la respuesta: “la inflación es un fenómeno complejo”. ¿Cómo será para quien debe alimentar a su familia y su ingreso no se ha triplicado? Pues debe reducir todos sus otros gastos para sobrevivir y, en comida, tiene que escoger, frecuentemente disminuyendo la calidad de lo que compra y sustituyendo proteína por caloría. Un salario mínimo entero no alcanza para comprar la cesta alimentaria, que lo supera en 17%.

El Banco Central nos muestra el mismo problema desde este ángulo, el de las consecuencias para la gente común y corriente. De 2008 para acá, el consumo de las familias ha bajado en 11.7%. La inflación se lleva por delante, como un tsunami, los aumentos de sueldos y salarios y acaba forzando a comprar menos. Esa reducción no es en consumos suntuarios, sino en renglones como alimentos y bebidas, ropa, zapatos, muebles, artefactos para el hogar, electricidad o agua.

Los síntomas del mismo mal brotan por todos lados. La producción de hortalizas cayó en 70%. No hay insecticidas, ni fertilizantes, ni herbicidas, se quejan los productores tachirenses de estos rubros. Según el BCV, la inversión acumula descenso de 15.4% en tres años. Hay menos inversión privada y, al contrario de lo que sucede en Colombia, Uruguay, Perú o El Salvador. El Presidente de la Academia de Ciencias Económicas Pedro Palma lo atribuye al temor a las expropiaciones, “el que invierte es el que necesita hacerlo para mantener su actividad operativa pero nadie más”. O sea que se invierte poco en negocios nuevos, que significa crecimiento de la actividad económica, bienes y servicios nuevos y empleos nuevos. Se está invirtiendo menos, se está produciendo menos. ¿Cómo no van a aumentar los precios?  Las cosas, o no se consiguen o se consiguen más caras.

Las ventas en supermercados y farmacias se “desploman” según trabajo de El Nacional con base en cifras oficiales y datos de encuestas. Los productos agrícolas suben de precio 6.8% en enero y febrero, y eso que, analiza El Universal, la inflación de los dos primeros meses del año no refleja aún los efectos de la devaluación.

La falta de vivienda en el país se agrava escandalosamente. El gobierno construye muy pocas, y las condiciones que ha ido creando disminuyen la productividad del sector privado. La ley de arrendamientos que se promueve es engañosa, puede ser un aparente buen negocio para el que viva alquilado hoy, pero será letal para los que andan buscando dónde vivir, porque la oferta de viviendas en alquiler se reducirá al mínimo, por temor a perderla. Y será muy negativa para la construcción, las inmobiliarias, los que invirtieron sus ahorros de una vida de trabajo en comprar una casita o un apartamento para alquilarlo y tener una entradita para mantenerse en la tercera edad y dejar algo a sus hijos. Saque la cuenta de la incidencia en puestos de trabajo, compras a proveedores, circulación de dinero. El impacto de las políticas equivocadas será peor al habido en la comida, porque no se pueden importar edificios.

El gobierno critica las importaciones, pero importa más que nadie. El gobierno del Presidente Chávez importa casi ocho veces más que el de Caldera. Entonces, las importaciones oficiales totales sumaban 880 millones de dólares, y para diciembre pasado estaban en 7.600 millones de dólares. 765% más. Pero en vez de frenarse, quiere acelerar. Acaba de publicar en Gaceta Oficial una resolución simplificando los trámites para las importaciones públicas.  

En Venezuela, el PIB privado tiene tres años seguidos en baja. Esto es lo que generan industrias, comercios, fincas, bancos, seguros, y toda actividad económica que no es gubernamental, mientras el gobierno crece y crece. Crecimiento basado en el consumo de las reservas y el endeudamiento, y el aprovechamiento en su beneficio del aumento del precio del petróleo, aunque las exportaciones petroleras bajaron 10% en 2010. El aporte fiscal de Pdvsa tiene cinco años reduciéndose, pero el gobierno no le hace caso a eso. Crecimiento i-rres-pon-sa-ble.      

Nada de esto es casualidad. Es la consecuencia directa de políticas equivocadas surgidas de una concepción, un modelo, equivocado desde la raíz. La fantasía ideológica del Presidente puede ser buen material para discursos, pero no funciona en la vida real. El llamado socialismo que se nos quiere imponer es impermeable a la experiencia histórica. Es un modelo ruinoso. Basta ver lo que está pasando para darnos cuenta.  

PROTESTAS
En lo que va de 2011, dos meses apenas, van 33 huelgas de hambre y 837 protestas. El seguimiento lo lleva la ong Observatorio de Conflictividad Social. 42% aumentan las protestas laborales. Soltaron a Ruben González, a poco de imponerle una condena salvaje, por temor a que las protestas se esparcieran. A la huelga de hambre de los universitarios ante la sede del PNUD se han sumado profesores. Reclaman un trato justo para las universidades. Comenzó como el reclamo de estudiantes de la ULA por las condiciones del comedor. La ministra de Educación Universitaria ha tratado de aplacarla, en continuación de la actitud que el gobierno quiere mostrar ante la conflictividad que sus acciones y omisiones han generado. Pero los gestos ya no bastan, porque los que protestan no confían en las promesas del gobierno, dado que se mantienen latentes las amenazas contra la universidad.

Las faltas de diálogo y de respuesta oportuna son vistas como las causas de la multiplicación de la conflictividad. Es verdad, pero no es toda la verdad. Porque el gobierno puede aparentar, e incluso intentar, dialogar y resolver, pero es prisionero de una noción del poder que le impide ceder o solucionar. El diálogo con el gobierno es por definición, limitado, porque el gobierno no puede modificar su actitud sin negarse.

El gobierno no puede cambiar su visión de la universidad, y hacerla democrática y autonomista, porque cree en “una universidad para la construcción del socialismo”. Y la asfixia presupuestaria, lo mismo que la creación de otros centros de educación superior masivos, es parte de una estrategia de liquidación de un “enemigo”.

El gobierno no puede reconocer interlocución en la clase obrera, porque se cree expresión del proletariado. Está obligado a combatir la organización sindical independiente de su poder, como está obligado a combatir la empresa y la propiedad. Todas son, para su manera de ver las cosas, expresiones del capitalismo. Si las empresas estatales ya están en manos del gobierno, entonces están en poder de los trabajadores, y los que protestan son, por lo tanto, traidores a la clase obrera.

El diálogo del gobierno tiene límites. No lo olvidemos a la hora de definir formas de lucha.  

LIBIA NOS HACE PENSAR

Si en Libia hubiera elecciones, su pueblo tendría un modo de salir del gobierno personal de Gadafy sin derramamiento de sangre. Pero no hay, y lleva cuarenta y pico de años el señor mandando a sus anchas.
Si en Libia la Fuerza Armada no hubiera sido debilitada mediante la creación de milicias, en esa nación habría, como en Egipto y Túnez, un actor con capacidad arbitral de hecho que dijera “hasta aquí” y pusiera orden. Pero fue debilitada deliberadamente y ahora la violencia y el caos se adueñan del territorio partido en dos a la fuerza.
Si en Libia no se hubieran estimulado y manipulado, con fines de perpetuarse en el poder, las diferencias en el seno de la sociedad, en su caso tribales, no estaríamos presenciando este espectáculo de destrucción y muerte. Pero se produjo esa manipulación criminal y ahora hay una guerra civil.

ESTA SEMANA, EN LOS MEDIOS…
“LOS PETROESTADOS REPRODUCEN LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD”
Profesora Margarita López Maya
En El Nacional, domingo 6 de marzo de 2011, pp. 1 y 6 (Economía)

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