sábado, 19 de febrero de 2011

LA INFLACIÓN: UN FENÓMENO POLÍTICO MONETARIO. ALEXANDER GUERRERO

Los medios reportan, inflación repunta en enero, hortalizas, zanahorias y remolachas de los rubros de mayor crecimiento de precios, un mes que curiosamente es el de menor actividad económica del año porque la gente agota ahorros y salarios entre noviembre y diciembre. Enero muestra la mayor inflación de los últimos ocho meses. Reportado de esta manera, el hombre de a pie, pudiera pensar que las hortalizas y otra vitualla de consumo diario es parte causal inflacionario. Hay que explicar entonces que no es así, que la inflación es un fenómeno monetario y por ende político, porque depende de decisiones del poder político, bajo cierto y determinado entorno institucional.

El estancamiento inflacionario

CIRCULO VICIOSO
Nadie debería sorprenderse del empuje inflacionario del mes de enero 2011. La inflación, como presión sostenida de precios de bienes y servicios, es un fenómeno estrictamente monetario y en consecuencia político, porque se origina en decisiones de gobierno que destruyen el equilibrio entre la cantidad de dinero que circula dinámicamente y el volumen de bienes y servicios disponibles en el mercado. La intervención del gobierno en la economía de la gente, y la expropiación de sus activos rentables, rompe el nexo básico de un entorno de bienes escasos que junto a las libertades económicas y derechos de propiedad generan los incentivos para una economía próspera.

Gobierno deficitario se financia en el BCV

La cantidad de dinero en circulación, sabemos se origina en el proceso económico -en condiciones normales y con independencia del Banco Central- si la autoridad monetaria no dispone de libertad, autonomía e independencia que controle la cantidad y el costo del dinero utilizado por el gobierno para pagar su gasto, el gasto público, el proceso de formación de precios se pervierte manteniéndose una presión al alza.

Esta condición fiscal, expresada por los mecanismos con los cuales el gobierno financia su gasto público está determinada a su vez por la expansión fiscal y expresada en el gasto del gobierno pero particularmente por la pérdida de lo que podríamos llamar el "pudor monetario" y que se convierte en un impuesto que la gente no declara, pero paga en precios, y de hecho una "confiscación" del poder de compra de la gente.

El impuesto inflacionario

Veámoslo de manera sencilla cómo opera la definición monetaria y política de la inflación. El gobierno toma el "impuesto inflacionario" de la gente, sin forzarlo en un mecanismo legal, así el poder adquisitivo cae, y el nivel de vida se deteriora, sin que se reciba nada a cambio, porque aunque el gobierno le importa nada el costo del dinero para su gasto, demanda bolívares contantes y sonantes nominales, la inflación va impactando negativamente el ingreso familiar y "desde el futuro". Esto quiere decir que los precios crecen inclusive antes que la gente cobre su cheque quincenal o su salario semanal.

Así, más allá de las hortalizas subieron de precios o no o si las zanahorias no eran de La Colonia Tovar sino de Mérida, el entorno mencionado en esos párrafos es el causante de la presión inflacionaria y del precio de las zanahorias y vituallas por el estilo.

La expansión fiscal financiada también por el BCV es inherente a la actividad fiscal del gobierno, entre otros porque el gobierno ya ha comenzado a pagar factura de empresas públicas, pagarés a PDVSA vendidos al BCV, un by pass monetario-fiscal para darle dinero a un fisco voraz con una deuda flotante en pago de contratos, salarios y pensiones que tiene un peso político considerable en la medida que nos acercamos a unas elecciones que unos quieren ya y que el gobierno padece porque el gasto público dejó hace rato de percolar en la estructura económica y si algo es deficitario en el gobierno es de dinero, de allí su exorbitante endeudamiento.

De esta manera, el gasto publico crece nominalmente -que es como importa al administrador público que no demanda dinero real sino nominal contante y sonante- la economía se estanca, los riesgos políticos crecen y la inflación se convierte en la válvula de escape de quienes pueden indexarla, el gobierno toma el impuesto inflacionario. Un círculo vicioso sin fin.

Economist, PhD. (London University)
www.alexanderguerrero.com
@alexguerreoe

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