sábado, 22 de enero de 2011

VALORES VS CONTRAVALORES DE LOS VENEZOLANOS. ZENAIR BRITO CABALLERO

Con frecuencia, ante sucesos violentos, inmorales o irracionales que afectan a  la sociedad, venezolana se expone como causa primera la “pérdida” de los valores. 

La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que el hombre y la mujer son portadores de valores eternos que han de ser siempre respetados y hacen parte de la cultura, por lo tanto no se pierden, sino más bien cambian, se transforman,  se distorsionan o se anulan por la acción de contravalores que se le oponen. Es así como en Venezuela en vez de amar, odiamos, o en vez de preservar la vida nos obstinamos en aniquilarla. 

Es posible que  el cuidado y el respeto a la vida sea un valor importante para mucha gente, pero no lo es para todos. La violencia enquistada en la sociedad venezolana ha ido deteriorando ese valor fundamental.  Los asesinatos, las desapariciones, los crímenes de estado, las violaciones de todo tipo arrojan cifras que deberían escandalizar a la opinión permanentemente, pero a fuerza de ocurrir, esos hechos dolosos y dolorosos han ido “anestesiando” la conciencia ciudadana y cada vez impactan menos. Buena parte de la población se ha ido acostumbrando al crimen, a la muerte violenta, a la barbarie. Es lamentable, es triste. Prevalece el contravalor de la intolerancia. 

Pero a veces la violencia azota a ciudadanos que por razones especiales como la edad, la condición social y económica o las circunstancias de su muerte, impactan fuertemente. Es lo que ha ocurrido con el abominable asesinato de  jóvenes estudiantes universitarios, abogados, policías en el ejercicio de sus funciones  y lo ocurrido la semana pasada a un médico amigo asesinado al llegar a su casa.  

Un crimen aberrante que cortó la vida a  este profesional de la medicina, gineco-obstetra y ecosonografista de los buenos profesionales que tanto necesita Venezuela. El había nacido en San Cristóbal un país violento, en él creció, se hizo adulto, estudió medicina, hizo sus postgrados y a pesar del cúmulo de malas noticias que seguramente leía a diario en la prensa, veía en la televisión y por Internet, vio y escuchó siempre, pero no tuvo miedo de los malandros y asesinos que acechan aquí en Maracay y en toda Venezuela y que pareciera que son los que deciden quien vive y quien muere, y no ha habido poder alguno capaz de impedirles ejercer esa macabra autoridad. Pero muchos adolescentes y jóvenes han aprendido a ver el país real desde la óptica virtual. Es que la realidad es de muy difícil comprensión y de imposible aceptación. 

También en Maracaibo, Barquisimeto, Valencia son muchos los que no alcanzan a percibir en su verdadera dimensión el drama que vive el país en todo su territorio. Inmersos en una ciudad gigantesca, también violenta  y apabullados por el estrés de la cotidianidad, prefieren pensar que la confrontación bélica y el crimen diario son cosa de las regiones apartadas, de los indígenas, de los negros, de los campesinos, en fin, de los pobres, de los marginados,  de los ciudadanos de tercera categoría. De repente la muerte les golpea muy cerca de sus afectos y sólo entonces  ven la realidad. 

Ojalá el dolor lleve a la reflexión y ojalá la muerte de tantos venezolanos de todos los estratos sociales, sirva de inspiración y de motivación a las ideas de reconciliación y de paz  que el país urge. Los venezolanos que vivimos fuera de la capital del país, asumimos conductas similares. Algunos seguimos a diario las noticias por prensa escrita, por radio por televisión o por prensa on line, nos preocupa y nos duele cuanto ocurre y puesto que tenemos otros referentes valoramos la gravedad de los hechos. Otros optan por la indiferencia. Dejan o tratan de dejar el país e intentan dejar también sus problemas. Están en su derecho. 

Otro fenómeno tiene que ver con la ponderación y la valoración que se hace de las noticias. En estos últimos días, Venezuela en una sociedad plagada de contravalores, ha merecido escasos comentarios. Cabe la pregunta: ¿Por qué tanto escándalo en la Asamblea Nacional? ¿Por qué la prioridad? En un país donde fueron asesinados  centenares de venezolanos en 2010, donde mueren asesinados ciudadanos comunes como usted o como yo porque no estamos de acuerdo con las políticas de este gobierno socialista-comunista.  ¿Por qué estos hechos mucho más graves no ocupan las páginas centrales de los diarios ni son motivo de mayores comentarios? Tal vez porque cualquier noticia ligada al comandante, a las confiscaciones de tierras, a la Ley Habilitante o al enfrentamiento entre los diputados en plena sesiones de la Asamblea vende más y alimenta la absurda bronca revolucionarios y contrarrevolucionarios. 

Algo anda equivocado en la escala de valores y las prioridades noticiosas parecen obedecer a intereses que poco tienen que ver con valores universales y eternos. No me cansaré de escribirlo aunque les moleste.

zenairbrito@hotmail.com

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