"Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más tiempo se le hace rodar, más grande se vuelve." Martín Lutero
1. ESCENARIOS 2011. FRANCISCO J. QUEVEDO
2. IGUALDAD Y PROPIEDAD. ORLANDO OCHOA
3. LA ARROGANCIA DE UNA MINORÍA. TRINO MÁRQUEZ
Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 726 días. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel
ESCENARIOS 2011. FRANCISCO J. QUEVEDO
¿Será el 2011 el año del salto al Socialismo o un período de conflictividad social, será más de lo mismo o “llegaremos al llegadero”? En Diciembre parecía que nos pasarían la aplanadora y el primer decreto de la Habilitante, la “unificación cambiaria” a 4,30, parecía reiterarlo, pero el veto a la Ley de Universidades y la reversión de la decisión de aumentar el IVA nos indican que el miedo es un gran disuasivo. ¿Quién le quita a los estudiantes esa chapa del hombro?
En las chiquiticas, el Gobierno recula, como diría Teodoro, pero las presiones y confrontaciones dentro del proceso persisten y apuntan hacia la radicalización con proyectos de ley como la de Servicio Social que obligaría a los médicos y otros profesionales a cortar caña los domingos, metafóricamente hablando. Y este Frankestein llamado revolución cobra vida propia. Hay jueces que ordenan a emisoras a no difundir noticias que molesten al régimen, que encarcelan a presos políticos beneficiados por fallos de casa por cárcel del TSJ y que le niegan a los diputados electos el derecho a asumir las curules que ganaron limpiamente en las elecciones del 26 de septiembre, y abrogarse de inmunidad parlamentaria.
La interrogante queda: ¿Qúo vadis? “Patria socialista o muerte. Hasta la victoria siempre” ¿Pero, venceremos? Los escenarios posibles parecen ser (1) más de lo mismo, (2) una arremetida radical que generaría tal conflictividad social que podría llegar a (3) un estallido como aquel 27 de Febrero, (4) una menos probable ruptura del proceso y (5) la conciliación, particularmente ahora cuando contamos con un foro pluralista en la Asamblea Nacional. “Cuando veas las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo” dicen. He allí Evo Morales en Bolivia.
Todo lo que va a pasar ya está sucediendo. Cualquiera que sea el desenvolvimiento de estos acontecimientos, algunas tendencias son seguras. El año viene difícil: Estancamiento económico agravado por la devaluación y la mayor inflación en América y quizás en el mundo. Controles, expropiaciones, más impuestos y cargas para-fiscales, y más leyes asfixiantes. Por un lado devalúan, y mientras el caos económico y social deprime la demanda, por otro, voces radicales en la Asamblea piden congelar precios y aumentar salarios. La desinversión privada y la mala administración pública conllevan al desabastecimiento, de hecho, ya estamos importando cemento de Cuba tras la nacionalización de las cementeras en 2007. Y esta situación deprime a consumidores y trabajadores.
Tanta incertidumbre nos obliga a planificar por escenarios. “Trabaja para lo mejor pero prepárate para lo peor” dicen. ¿Y qué es peor, el salto al Socialismo o el estallido social? A la final, todo depende de los precios petroleros, las reacciones sociales, incluyendo el papel de la oposición, y la naturaleza de la bestia, en lo cual pesan consideraciones electorales. Las circunstancias colocan al oficialismo en posición de correr o encaramarse, y “la cabra siempre tira para el monte”, pero en las chiquiticas, quien decide recula. Las perspectivas petroleras no vaticinan el retorno de un barril a US$ 150, las economías avanzadas no dan para eso. Y si el ejemplo Chino es uno de pragmatismo económico, los consejos de Cuba apuntan a la moderación.
Quizás la sangre no llegue al río, pero que viene un chaparrón político, social y económico parece seguro. Guerra avisada no mata soldado…
IGUALDAD Y PROPIEDAD. ORLANDO OCHOA
Un sector de izquierda radical dentro del Gobierno, con el apoyo activo del presidente Chávez, sigue aspirando a socavar la "economía capitalista" nacional y mundial, lo cual los lleva a restringir la libertad individual y el derecho a la propiedad privada. El sistema económico socialista marxista, fracasado en siglo XX, tal como aspira su versión siglo XXI, coloca la propiedad estatal y colectiva como medio para presuntamente dar prioridad a la igualdad por encima de la libertad de los individuos y del respeto a la Constitución y las leyes. Es imposible razonar con los resentimientos ciegos, cargados de odios ancestrales.
La agricultura y minería representan cerca 3 y 1 por ciento de la creación de producto, respectivamente, en la economía venezolana. No hay otras áreas productivas que hayan tenido más influencia de "ofertas" nacionalistas e igualitarias y no hay ninguna otra en Venezuela donde el desarrollo actual versus el potencial muestre una brecha tan grande. El interés nacional se cuida con la inteligencia que revela el desarrollo actual en estas áreas de países como Brasil, Chile y Perú. De nada sirven las ventajas geográficas estáticas de Venezuela, ante la corrupción, resentimiento e ignorancia, cualquiera que sea su combinación.
Actualizo mis reflexiones escritas aquí hace 6 años: ¿Quién puede dudar que bajo el históricamente débil estado de derecho venezolano pueda haber títulos de propiedad que ameriten ser revisados? ¿Quién puede dudar que bajo las amenazas del Presidente y sus seguidores de tomar en sus manos la justicia social de redistribución de tierras e inmuebles, se aumente el estímulo a invasiones, se desvalorice la propiedad rural y urbana? Se va a liquidar el esfuerzo privado de modernización del agro y la ciudad en Venezuela ¿Cree alguien, de verdad, que aumentará la producción y productividad en el agro por el nuevo clima de inversión y seguridad jurídica promovido por la toma tierras? ¿Autoritarismo, avaricia de funcionarios, torpeza ciega de izquierda radical, resentimiento enraizado en la juventud rural del Presidente? Cualquiera que sean las causas y las falaces explicaciones de sociología marxista para presuntamente favorecer el objetivo de la igualdad, la historia ya evidenció el fracaso previsible de estas políticas. Venezuela pagará caro las limitaciones de sus actuales dirigentes.
LA ARROGANCIA DE UNA MINORÍA. TRINO MÁRQUEZ
La Iglesia Católica, los medios de comunicación, sectores universitarios, sindicatos, empresarios y organizaciones de la sociedad organizada, como CEDICE, han expresado su preocupación por el giro totalitario, de corte comunista, que el gobierno de Hugo Chávez emprendió desde el pasado 26 de septiembre, cuando perdió la mayoría de los votos populares.
El Gobierno tomó como excusa las lluvias de noviembre y diciembre, que afectaron a una parte del territorio nacional, para continuar atacaando a los productores agropecuarios. Utilizó a los diputados de una Asamblea Nacional que expiraría el 4 de enero –la mayor parte de los cuales fueron electos con menos de 1.000 votos, además de que 90% de ellos no repetiría en la nueva legislatura- para aprobar un conjunto de leyes que socavan la democracia, debilitan la acción del Parlamento, acaban con la independencia de los poderes y concentran el poder de forma abusiva en el comandante. La Ley Habilitante convirtió al autócrata en el gran legislador nacional, minimizando el papel de los representantes electos el 26-S y desconociendo la voluntad popular. Si el pueblo hubiese querido que el jefe del Estado gobernase por decreto, en esa ocasión le habría concedido la mayoría de los sufragios.
Una minoría fanatizada y enceguecida por la doctrina marxista y por su afiliación al modelo cubano, intenta imponerle a toda la nación un esquema basado en el atropello a las instituciones democráticas: el Parlamento, la descentralización, la autonomía universitaria, los medios de comunicación, la propiedad privada, la libertad de pensamiento, la propiedad privada. La destrucción causada por los torrenciales aguaceros y la tragedia que aún embarga a miles de familias venezolanas, en vez de haber sido aprovechada para unir todo el país en torno a un objetivo compartido, ha sido aprovechada para ahondar aún más la brecha que separa a nuestros compatriotas. Se enarbola de forma irresponsable la tesis de la lucha de clases para alimentar el resentimiento y la confrontación, incluso sin respetar el período navideño, cuando la mayoría de los pueblos del mundo entran en una etapa de paz y fraternidad. Con un discurso altisonante se agrede y amenaza a parlamentarios, autoridades y dirigentes gremiales y empresariales que han defendido con valentía e inteligencia la autonomía de los sectores que representan.
El amplio paquete de leyes aprobado de forma atropellada e inconsulta por la Asamblea Nacional saliente, con el único fin de complacer el voraz apetito de poder del Presidente, mina los fundamentos del sistema democrático nacido el 23 de enero de 1958, basado en la pluralidad, la inclusión de la disidencia, la tolerancia, la propiedad privada, la libertad de expresión y el perdón. Esta embestida contra el sistema de libertades busca desmoralizar a los venezolanos. Sembrar dudas acerca de la importancia insustituible del voto como instrumento para propiciar los cambios políticos que la mayoría demanda. Atemorizar e introducir el miedo en la fibra más íntima de los ciudadanos con la finalidad de que sientan que ningún esfuerzo vale la pena, ninguna elección tiene sentido, ninguna victoria es transcendente. Que el único e imperecedero poder es el del jefe de Estado.
Frente a este objetivo dictatorial, los amantes de la libertad debemos mantenernos fieles a nuestros principios: creemos en el Estado de Derecho y en la independencia de los poderes, en la democracia y en la unidad en medio de las diferencias; en la libre iniciativa, en el sufragio como herramienta para modificar de forma pacífica los sistemas políticos, en la protesta civil y constitucional, tal como lo establece la Carta Magna.
Además de vulnerar la democracia, el Gobierno anuncia un conjunto de medidas que golpearán a los venezolanos más pobres: informa que continuarán las estatizaciones, las expropiaciones y las confiscaciones, política que ha llevado a la ruina a Venezuela. Hoy el país es más pobre y más dependiente del exterior que doce años atrás. A pesar de las penurias del pueblo, el caudillo se niega a suspender inmediatamente las ayudas millonarias a Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, y a paralizar la compra de armas inútiles e innecesarias, que solo representan un costo muy alto para la nación. Prefiere castigar a los más pobres antes que abandonar su proyecto hegemónico de expansión continental.
El año 2010 cerró con un balance negativo para el país en tres dimensiones esenciales: la democracia, la libertad y la propiedad privada. La presencia del Bloque Democrático en la Asamblea Nacional y victorias como la alcanzada por la universidades al lograr el veto de la Ley de Educación Superior, permiten suponer que 2011 puede ser el año en el que comience la recuperación sostenida de la nación..
raulamiel@gmail.com
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