jueves, 13 de enero de 2011

TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. RAUL AMIEL. 13/01/2011. ESCRIBEN . MOISÉS NAÍM, ENRIQUE PEREIRA y HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA

"Si en algo tienes tu reputación, procura que tus compañeros sean personas distinguidas, pues vale más estar solo que mal acompañado." George Washington 
1.    LA PELIGROSA CLASE MEDIA. MOISÉS NAÍM
2.   ACABÓ CON TODO…ESTE BARBARAZO. ENRIQUE PEREIRA
3.    CORRUPTISSIMA REPUBLICA. HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA   
               
Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 727 días. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel

LA PELIGROSA CLASE MEDIA. MOISÉS NAÍM

La clase media de los países pobres es el grupo humano que más rápido está creciendo. En los próximos 12 años, 1.800 millones de personas engrosarán las filas de la clase media. De éstos, cerca de 600 millones serán chinos. Millones más serán indios o brasileños. En ese periodo la población del planeta habrá aumentado en 1.000 millones de personas, es decir, menos que el aumento de la clase media. Las consecuencias de esto son enormes. Y los retos que esta gigantesca clase media planteará no tienen precedentes en la historia.

Homi Kharas, economista del Brookings Institution, estima que para 2020 la clase media será el 53% de la población mundial. "Hay países pobres donde millones están saliendo de la pobreza gracias al rápido crecimiento económico. Esto duplicará el tamaño de la clase media", dice Kharas. Para 2025, China tendrá la clase media más grande del mundo. La de India será 10 veces mayor.

Éstas son buenas noticias. Pero estos éxitos de la humanidad no serán gratis. Y los síntomas del aumento de la clase media mundial ya los estamos sintiendo. Usted, por ejemplo, está pagando más por la comida. Y no sólo usted. 10.000 personas salieron a protestar en las calles de Yakarta el aumento de los precios de la soja. Los milaneses hicieron lo mismo por los altos precios de la pasta. En Jedá, Arabia Saudí, faltó el pan, ya que el trigo se hizo prohibitivo. Los mexicanos marcharon en protesta del precio de las tortillas de maíz. En Senegal las protestas callejeras fueron por los altos precios del arroz, y en India por la cebolla. Argentina, China, Egipto, Venezuela y Rusia intentan contener la irritación popular con controles de precios.

El promedio de precios alimenticios compilado por The Economist llegó a su nivel más alto desde 1845. Leyó bien; desde 1845. En el 2007 el trigo y la soja subieron más del 80%; el arroz y el maíz, alcanzaron precios récord. Estos aumentos no se deben a que ahora hay menos comida (el mundo produjo más cereales en 2007 que nunca) sino porque algunos cereales están siendo usados como combustible y porque ahora hay más gente que puede comer tres veces al día. La nueva clase media no sólo consume más comida. También compra más ropa, refrigeradores, juguetes, medicinas, y eventualmente, autos y casas. China e India, con el 40% de la población mundial, ya consumen más de la mitad del carbón, el hierro y el acero del mundo. A la clase media le gusta viajar: se estima que los 846 millones de turistas que hoy viajan cada año llegarán a ser 1.600 millones en 2020.

Últimamente se ha intensificado el debate sobre las consecuencias medioambientales del crecimiento del mundo. Pero la discusión sobre los efectos económicos y políticos de este boom ha sido menor. ¿Qué pasará, por ejemplo, cuando la clase media de los países ricos se vea obligada a cambiar su estilo de vida debido al crecimiento de la clase media en los países pobres? ¿O cuando los patrones de consumo que una familia estadounidense o española ahora da por descontados dejen de estar a su alcance? Ir en coche a cualquier lugar y a cualquier hora será más caro y complicado. Esto no es necesariamente malo. Pagar más por contaminar el ambiente o consumir productos no renovables podría reflejar mejor el costo que ello realmente tiene.

Pero otras alteraciones del orden mundial que pueden resultar del crecimiento de la clase media serán más traumáticas. Los cambios en las tendencias de migración, urbanización y distribución del ingreso serán profundos y conflictivos. La nueva clase media demandará casas, hospitales y escuelas de mejor calidad, e inevitablemente, mayor participación política. Los efectos no anticipados de la nueva clase media global se harán parte de nuestra cotidianidad sin importar donde vivamos.

El debate sobre los "límites al crecimiento" es tan viejo como Thomas Malthus y su preocupación por una población que crece más rápido que la capacidad de producir comida. Hasta ahora estos pesimistas se han equivocado. El mercado y las nuevas tecnologías que periódicamente revolucionan la producción de alimentos se han encargado de equilibrar demanda y oferta e impedir que los pronósticos maltusianos se cumplan. Esto es lo que volverá a pasar. Pero nuestra adaptación a un mundo con una clase media más numerosa que nunca está recién comenzando. Y la adaptación no será barata ni tranquila.


ACABÓ CON TODO…ESTE BARBARAZO. ENRIQUE PEREIRA        

Una década, sólo una década fue suficiente tiempo para destruir un país. Se dice fácil. Hoy en día, manejar desde Puerto la Cruz hasta Caracas es algo similar a hacer un turismo de aventura en algún lugar de África meridional. Reportes de viaje de seis y hasta de ocho horas son reveladoras. Una canción parecida suena en la regional del Centro, Valencia se nos ha puesto muy lejos. Bien hecho en socialismo. Planificación de futuro adelantada por burócratas cuyas mejores virtudes parecieren ser el apego irrestricto a las ordenes de su comandante presidente. Se les cayó el viaducto de la autopista Caracas-La Guaira en diciembre de 2006 y en ese entonces, Chávez dijo haber iniciado el proyecto para una vía alterna que estaría lista en tres años. No la han comenzado. Dudo que tengan tan siquiera un proyecto. Están esperando que se caiga el viaducto de La Cabrera, en la Regional del Centro, para comenzar a pensar. Acaban con todo.

Les bastó sólo un mes, y unas lluvias para acabar con la industria de la construcción de viviendas. Decisiones a manotazos, mal pensadas y peor ejecutadas, acabaron con cualquier intento de algún constructor de poner su dinero en riesgo en la construcción. Ahora una debilitada banca, una destruida producción de materiales de construcción y una inseguridad jurídica sobre la propiedad  de tierras y obras, nos llevan por el firme camino de lograr que una vivienda se convierta en un bien escaso. El comandante debería poner sus ojos en los dos hoteles de Caraballeda que le pertenecen al estado, para reconstruirlos como albergue temporal para los damnificados que se agregan cada año a la lista. Eso cómo que lleva mucho trabajo, es mejor arrebatar algo hecho, o poner carpas en los campos de golf. Acabar si, construir no.

Abra sus ojos y busque cuantos vehículos iraníes están circulando, de los bien hechos en socialismo. Avíseme cuando vea alguno. No fabrican vehículos, pero acaban con la industria automotriz existente. Baja aceleradamente la producción de cemento, pero importan cemento cubano. El acero de Guayana se convirtió en una pesadilla, hay cuando se paga peaje a unos fulanos de roja vestimenta.

Acabaron con la sagrada Constitución. Se orinaron encima del librito que tanto enseñaban a las cámaras de televisión. La han emprendido en una loca carrera de producción de leyes, que no pasan un sólo filtro en sus adecuaciones a la carta magna. Inventan nuevos estratos de gobierno, que no existen, al tiempo que acaban con los que la constitución soporta. Construyen un socialismo sin amparo alguno en el contrato social que aceptamos los venezolanos hace una década. Acaban con el poder legislativo, por la vía de haber hipotecado el futuro de su accionar, en una entrega irrestricta de poderes al comandante presidente, quién por demás, no hace uso de esos poderes para mejorar nuestra calidad de vida. Qué manera de acabar un país.

Estos barbarazos… acabaron con todo. Menos mal que van de salida.

CORRUPTISSIMA REPUBLICA. HUMBERTO SEIJAS PITTALUGA   

No, amigo lector, el título no tiene tres errores ortográficos —una doble "s" y dos acentos faltantes—, lo que pasa es que no está escrito en español sino en latín (ya más de uno estará farfullando: "Otra vez Pittaluga con sus latinajos"). Es el comienzo de algo que escribió Terencio siglo y medio antes de que naciera Cristo: "Corruptissima republica, plurimae leges". Con esa frase quería significar que pareciera que es en los Estados más corruptos donde proliferan más leyes. Que como que es el caso de Venezuela, un país donde se pudren miles de toneladas de comida y sólo hay tres detenidos —que ya saldrán como inocentes, porque parece que ya el TSJ recibió órdenes y dio los primeros pasos en ese sentido— pero donde la anterior Asamblea se prodigó en la aprobación como leyes de cuanto texto le mandara Elke Tekonté, sin importar si violaba la Constitución, si era en verdad necesaria para el bien general o, siquiera, si estaba bien redactada. Tanto es así, que en 21 días aprobó 22 leyes. Ninguna de las cuales tendía a solucionar los problemas que acogotan a los venezolanos —como seguridad, empleo y salud— sino a complicarles más la existencia. La única característica era el concederle más poder, en un país de excesivo presidencialismo, a Boves II.

Tanto fue la obsecuencia y vasallaje de esa gente, en buena hora despedida por la votación popular, que no vacilaron en incurrir exceso de poder y hasta en ultra petita al otorgar al Ejecutivo capacidades legislativas que no tenían facultad de delegar. Porque el viejo axioma filosófico explica que "nadie puede dar lo que no tiene". Si ellos cesaban en sus posibilidades de hacer leyes el cuatro de enero, no podían ceder esa potestad. Porque sencillamente no la tenían. Es igualito que cuando se muere una persona: cualquier poder que esta hubiese otorgado en vida cesa al momento de la defunción. Para alegría general de la nación, y para el bien de la república, esa asamblea sumisa, monocolor, áulica, estiró la pata y cedió el paso a un nuevo grupo de diputados que sí tendrá que debatir los grandes problemas del país. Que no son precisamente el pensamiento político único ni el endiosamiento presidencia que tanto desea Esteban Dolero.

A pesar de las vivezas pendejas de las que hablaba en mi último escrito del año pasado, de las marramucias para impedir las denuncias de los nuevos diputados desde el Palacio Federal, estos darán la pelea para lograr algo de sensatez legislativa y de moralidad en los nombramientos para los altos cargos nacionales. Todos debemos ayudarlos a ese logro. Todos.

Otro sí largo

Acabo de terminar de leer un libro que me regaló mi hija Martha por Navidad: "Jews, God and History", de Max I. Dimont. De todos los libros que he leído sobre el judaísmo, este me parece el más interesante porque no enfoca la sobrevivencia del pueblo hebreo en términos de reyes, guerras y persecuciones sino en el de las ideas que generaba ese pueblo en respuesta a los retos lanzados a él por la siempre acelerante fuerza de la historia. Lo recomiendo ampliamente. Del libro extraje y les traduje algunas frases que narran hechos de un pasado bochornoso porque pueden servir para compararlas con el estado de cosas actual en Venezuela:

"La pregunta que causa perplejidad es, ¿cómo pudo sucederse la infamia nazi en Alemania, una creadora de cultura en la civilización occidental? La respuesta es que Alemania es la fusión de dos tendencias contradictorias de pensamiento y sentimiento. Una es la Alemania de Beethoven, y Brahms, de Goethe y Schiller, la Alemania del elevado idealismo, del universo abierto, de las ilimitadas posibilidades de la realización humana (…) Pero hay la otra Alemania de los militaristas y los filósofos autoritarios, del universo cerrado y los masse-mensch (hombres-masa). Fue esta Alemania la que subvirtió las venas idealistas y liberales de la otra"

Más adelante, explica que al final de la Primera Guerra Mundial "a pedido del presidente Wilson, certificados de democracia fueron extendidos a gente que no tenía un concepto de lo que era democracia, y a gobernantes que no tenían la intención de cumplir y hacer cumplir esos principios. (…) Fue en esos países de 'democracia instantánea' (…) donde los trabajadores lanzaron miradas coquetas al comunismo como solución a sus problemas. En vez de contrarrestar esas amenazas con inyecciones de democracia verdadera, los mandatarios de esos países del este de Europa recurrieron al fascismo. (…) La carrera de Hitler, el Führer, había comenzado. Sin la ayuda de los Junker, los empresarios y los militaristas que cometieron el error de él era su instrumento, eso hubiera sido imposible. (…) Una vez que Hitler tuvo el poder no hubo quien lo refrenara. El Estado fue reorganizado para la brutalidad"…

raulamiel@gmail.com
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