sábado, 8 de enero de 2011

TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. RAUL AMIEL. 08/01/11. OPINIONES DE JAGDISH BHAGWATI, GEORGE YOUKHADAR ALLIS Y JESÚS RUIZ NESTOSA

"Sólo es posible avanzar cuando se mira lejos. Solo cabe progresar cuando se piensa en grande." José Ortega y Gasset
 *LA POBREZA SÓLO SE REDUCE CON LIBERTAD ECONÓMICA. JAGDISH BHAGWATI
*LOS NOBLES FINES DEL LIBERALISMO Y SUS ENEMIGOS. GEORGE YOUKHADAR ALLIS 
* REACCIONARIOS Y BURGUESES. JESÚS RUIZ NESTOSA

Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 732 días. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel

LA POBREZA SÓLO SE REDUCE CON LIBERTAD ECONÓMICA. JAGDISH BHAGWATI

No es difícil afirmar que la libertad económica tiene un efecto favorable en la prosperidad económica, por la simple razón que los últimos cincuenta años de experiencia internacional generalmente confirman el hecho que en donde el gobierno usó los mercados más y usó políticas más abiertas en comercio e inversión exterior, o de mayor libertad económica en sus diferentes aspectos, sus países han tendido a prosperar. En contraste, aquellos países que se orientaron hacia adentro y que tuvieron extensas regulaciones de todo tipo para la toma de decisiones económicas domésticas relativas a la producción, inversión e innovación, son los países a los que no les ha ido bien.

*LOS NOBLES FINES DEL LIBERALISMO Y SUS ENEMIGOS. GEORGE YOUKHADAR ALLIS 

El liberalismo, como una corriente de pensamiento económico y político, ha sido objeto de un amplio abanico de ataques procedentes tanto del mundo académico como político; muchos de los cuestionamientos que se le han hecho al liberalismo carecen de una seria fundamentación académica y política.

Los factores que han motivado estos ataques son múltiples y complejos, pues los supuestos básicos del esquema de pensamiento económico, filosófico, político y social del liberalismo ha puesto en entredicho, a lo largo de su historia, toda forma de organización política que contravenga primero a la libertad, como un derecho natural e inviolable a todo ser humano, la cual ha precedido cualquier forma de organización–gubernamental que el hombre haya creado.

En segundo lugar, el principio inalienable de la igualdad de todos los hombres, independientemente de su raza, credo político, condición social y económica, ante la ley y el Estado y, por último, el derecho a la propiedad e iniciativa privada, como el principal motor de la generación de riqueza y progreso económico que el hombre haya creado a lo largo de la historia.

Todas las doctrinas políticas que han cuestionado al liberalismo a lo largo de la historia, a través de diferentes formas de gobierno –sean absolutistas, comunistas–totalitarias, fascistas–dictatoriales– y demás regímenes democráticos o seudo democráticos, por medio de políticas económicas mercantilistas, keynesianas y estatistas que se han sustentando en la intervención y regulación estatal de la actividad económica, como su motor de desarrollo económico, han terminado generando desde sus entrañas más miseria, desigualdad económica y violencia dentro y fuera de sus respectivas sociedades.

Esta concentración de poder histórico ha comenzado con los gobiernos con formas monárquicas absolutistas, continuando por la extrema izquierda totalitaria, sustentada en los principios de la dictadura del proletariado y del colectivismo marxista y los regímenes fascitas–totalitarios y, por último, pasando por los Estados socialdemócratas y demás variantes de sistemas dictatoriales autoritarios sean de tendencia izquierdista y derechista que surgieron a lo largo del siglo XX. Estos regímenes terminaron conllevando a la limitación o eliminación de los derechos políticos, sociales y económicos que el liberalismo, como doctrina de pensamiento, ha defendido a lo largo de su historia.

He aquí la principal razón por la cual a los liberales en el mundo entero se les ha atacado constantemente desde diferentes ángulos del espectro político–ideológico. La doctrina económica liberal nunca ha defendido intereses económicos oligopólicos, sean privados o estatales, pues ha puesto de manifiesto hasta la saciedad que el libre mercado tiene como fin noble, la libre competencia de miles de oferentes, generadores de riqueza y bienestar económico, que puedan ofrecer los mejores servicios y bienes a los consumidores, con el objetivo de que estos puedan mejorar su calidad de vida económica.

Y no, como los incapaces detractores del liberalismo económico le han hecho creer a los incautos, que por desconocimiento de los verdaderos fundamentos económicos del liberalismo, que las políticas económicas liberales van dirigidas a beneficiar a un pequeño grupo de burgueses privados en detrimento de las grandes mayorías sociales. Cuando la realidad histórica ha demostrado que los grandes logros de bienestar económico que ha experimentado la humanidad en los últimos siglos, y a pesar de ciertas crisis, ha sido el producto de esa iniciativa de la burguesía en producir esa riqueza que ha permeado hasta los sectores más pobres y marginados de las sociedades contemporáneas.

Esa pobreza que aún persiste en gran parte de los países en vías de desarrollo ha sido más el producto de las formas de gobierno antes descritas, que de las políticas liberales, pues la corriente de pensamiento liberal persistentemente ha abogado por el ascenso social de los más necesitados, a través de las mejoras de sus condiciones de vida, ha defendido las libertades políticas, como la libertad de expresión, la tolerancia política, la libertad de culto, la libertad de organización, y demás derechos sociales y económicos, a través del amparo del estado de derecho, sustentado en la división de poderes. Estos han sido los principios más nobles que el liberalismo como doctrina de pensamiento político, social y económico ha sustentado desde su aparición en la historia de la humanidad.

REACCIONARIOS Y BURGUESES. JESÚS RUIZ NESTOSA

Cada vez que escucho que alguien, para descalificar a una persona, utiliza términos tales como “burgués, fascista, reaccionario”, siento como si el tiempo se detuviese y la maquinaria que lo mueve hacia adelante comienza a girar en sentido inverso. Diez, veinte, treinta años atrás se aparecen como fantasmas de los que no podemos desprendernos. Estas fueron las primeras reacciones ante las declaraciones del gobierno de Evo Morales a raíz de la persecución de que es objeto Mario Cossío Cortez, ex gobernador del departamento boliviano de Tarija. No estoy muy seguro de decir “ex  gobernador”, ya que una persona, que ganó el cargo en elecciones libres con más del 50% de los votos a su favor, no puede ser destituido así como así, con base en  unas acusaciones difíciles de entender. Sobre todo cuando la denuncia contra Cossío proviene de un político afín a Morales que acaba de ser nombrado secretario del Departamento de Transparencia.

Los motivos son transparentes: Cossío no pertenece a la línea política de Evo Morales y su Movimiento al Socialismo (MAS) goza de una enorme popularidad en Tarija, uno de los departamentos que se oponen a Morales, ganó cinco elecciones consecutivas, fue miembro del Comité Cívico, prefecto, diputado y dos veces gobernador. En las últimas elecciones ganó por cien mil votos, lo que significa más del cincuenta por ciento del electorado de Tarija. Producida su vacancia, fue sustituido, como era de esperar, por un fiel seguidor a Morales, Lindo Condori, dirigente del MAS local, quien ante los 100.000 votos de Cossío obtuvo ¡1.500!

Una de las irregularidades cometidas en el defenestramiento del gobernador es que la Asamblea departamental, dominada por partidarios de Morales, sostuvo que por el simple hecho de estar imputado por la ley el gobernador puede ser destituido, cuando en realidad lo que se exige es una sentencia firme y ejecutoriada de los tribunales correspondientes. Cossío, que era considerado como “burgués” y “reaccionario” en los círculos del Palacio del Quemado de La Paz, había cometido el peor de los errores que podía cometer: sin agitar al viento proclamas marxistas, sin ataques al capitalismo ni al imperialismo colonialista, llevó adelante programas sociales consiguiendo un gran éxito en la salud pública y la educación, cosa que los del MAS a la luz de Marx, Lenin, Stalin, Fidel Castro y Chávez no han logrado aún hacer.

Es notable cómo los dictadores, ya sean de derechas, ya sean de izquierdas, se parecen todos: utilizan el mismo lenguaje, los mismos términos, los mismos métodos, las mismas técnicas para desacreditar a las personas y dejar fuera de juego a sus enemigos políticos más peligrosos. Los más peligrosos son aquellos que mayor posibilidad tienen de hacerles sombra en alguna futura elección. Si alguien lo duda que le pregunte a Vladimir Putin sobre Mijail Jodorkovski, que acaba de ser condenado por un tribunal de Moscú a catorce años de cárcel y hay que esperar lo que dirá el juez que tiene pendiente otro juicio que involucra al ex magnate ruso del petróleo. Esto asegurará que esté en la cárcel y no pueda presentarse a las elecciones de 2012 para disputarle el puesto a Putin. Lo mismo viene haciendo Hugo Chávez en Venezuela, quien aparentemente respeta el resultado de las elecciones, pero muestra una habilidad sorprendente para convertir cualquier fracaso en triunfo modificando las leyes a su antojo como cuando prohibió que el intendente electo de Caracas, enemigo político suyo, entrara al centro de la ciudad.

La ventaja que tiene Morales es que habla poco, es muy callado, todo lo contrario de su colega bolivariano venezolano que es un bocaza, lo que hace que nada de lo que haga pase desapercibido. En tanto, nuestro vecino va tejiendo con mucha habilidad su dictadura “socialista del siglo XXI” y nosotros miramos el espectáculo como desde un balcón de honor. Hay que preguntarle a Colombia cómo se siente con sus vecinos: Ecuador y Venezuela, cuyos territorios sirven de “nicho” o “santuario” a los criminales de las FARC. 

¿Será Bolivia, con el tiempo, “nicho” o “santuario” para los criminales del EPP? Habría que preguntárselo a Lugo o a Rafael Filizzola, que están más interesados en conseguir los programas informáticos para espiar a sus enemigos en lugar de tomar las cosas en serio, por más que les llamen “reaccionarios” y “burgueses”.

Abrigo la ilusión que estas sugerencias se debatan porque como ha dicho Einstein “pretender la obtención de resultados distintos con las mismas causas es una muestra de insensatez”. El sistema no puede basarse en el simple deseo de que los que ocupen cargos políticos sean buenas personas, sino en incentivos fuertes y limitaciones claras para contar con gobernantes condicionados a no salirse de lo convenido en el contexto de una sociedad de hombres libres. Dados los acontecimientos que son del dominio público, se hace necesario desplegar la imaginación para ponerle coto al Leviatán, debe insistirse en el punto hasta dar en la tecla porque como ha escrito Miguel de Unamuno: “El modo de dar una vez en el calvo, es dar cien veces en la herradura”.

raulamiel@gmail.com
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