sábado, 1 de enero de 2011

TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. RAUL AMIEL. 01/01/2011. ESCRIBEN LUIS M. NAVARRO D., RAMÓN GONZÁLEZ FÉRRIZ Y TRINO MÁRQUEZ

"La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos." Tao Te King

1. VENEZUELA: ¡FELIZ RESISTENCIA 2011! LUIS M. NAVARRO D.
2. FRANCISCO DE MIRANDA UN DEMÓCRATA EN AMÉRICA. RAMÓN GONZÁLEZ FÉRRIZ
3. 2011: LA PROPIEDAD SEGUIRÁ ACORRALADA. TRINO MÁRQUEZ

Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 740 dìas. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel

VENEZUELA: ¡FELIZ RESISTENCIA 2011! LUIS M. NAVARRO D.

Una vez concretado el zarpazo contra la voluntad popular, manifestada en el referéndum de 2006 y refrendado con los resultados de las elecciones a la Asamblea Nacional, en la que las fuerzas democráticas pasaron a ser mayoría -de acuerdo a los sufragios obtenidos-, está claro que el régimen pasó abiertamente del autoritarismo al totalitarismo.

La aprobación de un chorizo de leyes, cada una más violatoria de la Constitución que la otra, apunta -con la excusa de socorrer a los damnificados- a cercenar, acorralar y constreñir los más elementales derechos humanos, las libertades individuales y colectivas, la autonomía universitaria y el valor del sufragio, entre otras aberraciones; además de amargarnos las navidades a la gran mayoría de los venezolanos, da otro paso hacia la meta de apropiarse de todos los bienes de producción y manifestación cultural para, a final de cuentas, implantar todo lo nefasto de los regímenes comunistas y sus consecuencias.

Los totalitarismos de izquierda -que no los gobiernos democráticos izquierdistas como los de las naciones nórdicas, Chile o Brasil-, a través de la historia han demostrado, sin importar su evidente incapacidad para producir riqueza y bienestar, que lo primordial es adueñarse de todos bienes de producción para someter a sus pueblos y obligarlos a mendigar alrededor de la discrecionalidad del Estado, que en estos casos es el mismo gobierno.

Resulta esencial para tales dictaduras doblegar también todas las manifestaciones de formación y manifestación cultural, llámese escuelas, universidades, centros de formación, medios de comunicación social, Iglesia y hasta las fuerzas armadas, para -¡qué horror!- sacar provecho a lo que en términos economicistas capitalistas se denomina plusvalía; sometiendo a tales instituciones y explotando, en estos casos, la plusvalía ideológica, con énfasis en ciudadanos con manifiestas carencias de conciencia y educación: el pensamiento único.

Qué nos queda, entonces, a los que no estamos dispuestos a que en Venezuela se instaure definitivamente las hambreadoras e infaustas políticas represivas y fracasadas como la soviética, cubana y norcoreana: defender la Constitución. Ante cada ley, aprobada entre gallos y media noche en las últimas madrugadas, violatoria de nuestra Carta Magna, sólo tenemos como alternativa cumplir y hacer cumplir el máximo contrato de convivencia social que una nación se puede dar.

El escenario que se nos presenta en este ya por llegar 2011 no es nada fácil. Nos espera un ejercicio diario de resistencia democrática y constitucional, que busque obligar al régimen a regresar al redil de la Constitución, de donde se salió hace tiempo y hacer respetar nuestros derechos y nuestra condición de mayoría evidente.

Toda esta situación -la aprobación de la ley anti salto de talanquera hasta la de universidades- pone en evidencia a un régimen aterrorizado por el miedo que da el saberse cada día más en franca minoría y aborrecido por un pueblo que alguna vez le depositó sus esperanzas de cambio y bienestar, basado en un proyecto que degeneró en un plan maquiavélico unipersonal para, a toda costa, mantenerse en el poder; incluso por encima de la voluntad mayoritaria y de la vida de quienes osen oponerse a un régimen que ha demostrado, hasta la saciedad, no tener escrúpulos a la hora de subyugar a todo un pueblo.

Es por ello que debemos estar preparados. No basta con meras declaraciones epilépticas y reactivas por parte de los representantes de los partidos políticos, es necesario ir más allá. Traducir los pensamientos y deseos en acción y la mejor de ellas es exigir cumplir la Constitución. Ninguna ley está por encima de ella. Menos aquellas leyes clandestinas. De lo abstracto a lo concreto, no sólo hay que hacer sentir la sensación de que somos mayorías hay que demostrarlo con acciones que se reproduzcan en todo el país.

Debido a las circunstancias y al panorama que está por venir y con el respeto que se merecen mis conciudadanos y lectores, cambio el tradicional feliz año nuevo 2011 por el de una ¡Feliz resistencia 2011! La lucha que nos espera es ardua pero lo mejor es que no existe justificación alguna para claudicar hasta ver libre a Venezuela de la tiranía. ¡Viva la libertad, feliz resistencia 2011!

FRANCISCO DE MIRANDA UN DEMÓCRATA EN AMÉRICA. RAMÓN GONZÁLEZ FÉRRIZ

Más liberal que libertador, el libro con el que Xavier Reyes Matheus ganó el Premio Bicentenario 1808 y que ha publicado la editorial Gota a Gota de la Fundación faes, reconstruye la vida y las ideas de Francisco de Miranda y propone una interpretación de su peripecia que poco tiene que ver con la imagen redentora y utopista que en ocasiones se tiene de los padres de la independencia americana. Hablamos brevemente con su autor sobre el personaje y su concepción de la política.

De acuerdo con su libro, se diría que a Miranda no le interesaba tanto la independencia de América en sí misma como la creación de un marco que permitiera diseñar instituciones democráticas. ¿Es así?

Lo que es evidente es que para Miranda la independencia era solo un medio. Odiaba del régimen español lo mismo que odiaban los liberales peninsulares, pero al negociar sus planes con el gobierno británico insistía en que no se le obligase a combatir a España por ninguna otra causa que no fuera la emancipación americana.

La evolución de su pensamiento político es clara a lo largo de su carrera, porque va comprendiendo de manera progresiva que la verdadera democracia consiste en un orden de libertades: estas últimas no pueden existir más que garantizadas por lo primero.

Miranda, además, parece estar fascinado por el proceso de independencia de Estados Unidos, pero sobre todo por su Constitución y unas instituciones que contraponen sus poderes.

El proceso de Estados Unidos, bajo la dirección de los Founding Fathers, se vuelve especialmente ejemplar a los ojos de Miranda tras la experiencia de la Revolución francesa. Creo que el venezolano advirtió lúcidamente que la diferencia entre uno y otra radicaba, sobre todo, en que los norteamericanos, aun lanzados a un proyecto grandioso, supieron comprender la naturaleza del poder y de las pasiones humanas, y este sentido de la prudencia sirvió para alejarlos del frenesí ideológico que en Francia mostró por primera vez la cara más brutal de la modernidad política.

Además del caso estadounidense, Miranda también conoció de cerca otros sistemas políticos. Fue casi un turista político, un viajero que iba tomando notas de modelos institucionales para ver cuáles funcionarían mejor en América.

Es exactamente así, porque la evaluación de los distintos regímenes no es un aspecto accesorio de los viajes de Miranda, sino el propósito deliberado de un filósofo político que, como hijo de su tiempo, buscaba además la comprobación empírica de sus ideas.

Fue uno de los contados hombres que experimentó todos los sistemas de entonces, Turquía, los despotismos ilustrados, la Inglaterra liberal, la naciente república norteamericana y la Francia revolucionaria, y es admirable que lo hiciera no como simple espectador, sino de manera protagónica, pues fue coronel en Rusia y mariscal de campo en Francia, y departió con todas las grandes figuras contemporáneas: Goethe, Pitt, Napoleón, Haydn, Washington, Jefferson, Bentham, Federico el Grande... Como militar tuvo bajo sus órdenes al futuro rey Luis Felipe de Francia y a Simón Bolívar.

En su libro trata también las opiniones de Miranda acerca del comercio y la economía.

Miranda tenía muy claro que la libertad de comercio es fundamental para la creación de riqueza, y juzgaba que este último atributo era inseparable de un continente con tantas materias primas como la América meridional. Advierte que Inglaterra es la locomotora a la que debe engancharse el mercado americano, y avista ya que para la expansión de este último hay que abrirse a China y que servir de puente al tránsito interoceánico construyendo un canal en el istmo de Panamá (donde quería situar la capital del continente, que pretendía denominar Colombo).

Sin embargo, no escapaba a Miranda que el desarrollo industrial de Inglaterra y su control marítimo hacían difícil la inserción del Nuevo Mundo, en condiciones que le fueran favorables, al mercado mundial. Es significativa la cercanía de Miranda a James Mill, con quien publica varios artículos, cuando este esboza la ley de la ventaja comparativa: un plan de división internacional del trabajo que permitiría a los países menos competitivos hacerse un hueco en el escenario de la productividad global.

Según su libro debemos ver en Miranda a un hombre de su tiempo, ligado a la Ilustración y a la filosofía política que más adelante daría pie a las democracias liberales. En ese sentido, la mitología americana sobre los libertadores es, cuando menos, confusa, ¿no es así?

Esto es clarísimo. La democracia liberal es un proyecto ilustrado, pero, atención: no solo en cuanto mecánica del Estado, sino en cuanto ética, es decir, ciencia de lo que, en el contexto de la naturaleza humana, debería ser. Por eso es fundamental la virtud republicana, que es un pacto social sobre los valores que resguardan el bien común.

El problema es que la generación de los libertadores, posterior a Miranda (entre él y Bolívar, por ejemplo, había una diferencia de 33 años), pertenece ya de lleno al romanticismo de signo voluntarista. Para esta mentalidad el hombre libre no es el que puede realizarse en el bien, sino el que impone su voluntad. Lo malo, claro, es que esa voluntad siempre se impone apabullando la voluntad ajena: este es el caudillo.

Miranda nació en Venezuela, hijo de canarios relativamente humildes, aunque su padre llegó a tener cierta presencia en la vida pública. Tuvo que dejar sus estudios y ni siquiera sabemos a ciencia cierta si llegó a licenciarse. ¿Cuáles son los orígenes del pensamiento de Miranda?

En cualquier caso la universidad hispana no era en aquella época fuente de ideas ilustradas, pues era una institución anacrónica, anclada en la escolástica. Como para tantos hispanoamericanos de entonces, el contacto de Miranda con las Luces comienza mediante el contrabando de libros extranjeros o traducidos clandestinamente al español para burlar el control inquisitorial. Por eso se esmerará mucho en los idiomas –Barras dijo de él que era capaz de expresarse en cualquier lengua–, y su biblioteca será una de las más celebradas del Londres donde vivió.

Algo muy notable en el pensamiento de Miranda es la forma en que se fue alejando de Rousseau, que para todos los hispanoamericanos de aquel tiempo era como la Biblia de las ideas nuevas. El buensalvajismo que persiste, por ejemplo, en un Simón Rodríguez (el maestro de Bolívar) sucumbe en Miranda a un valor que este defiende tenazmente en medio del horror jacobino: la civilización.

Miranda acabó su vida traicionado y en la cárcel. ¿Cómo cree que habría evaluado el trabajo de toda una vida dedicada a la política y la democracia en América?

Es muy conocida la frase que pronunció cuando sus propios subordinados (Bolívar entre ellos) lo arrestaron a traición: “¡Bochinche, bochinche! ¡Esta gente no sabe hacer más que bochinche!” Él, que con tantos años de exilio se expresaba sobre todo en inglés y en francés, tuvo que recurrir a una voz de su tierra para poder describirla con exactitud: bochinche es tumulto, alboroto, indisciplina, negligencia.

El fracaso de Miranda no deja de ser típico en América Latina en la medida en que es el fracaso de las ideas de la clase media, a la que él perteneció. Chocó con las oligarquías locales, que querían un cambio de régimen solo para afianzar su statu quo, y no contó en lo absoluto con un pueblo marginal cuyas mejoras habían dependido siempre de la caridad de los señores.

2011: LA PROPIEDAD SEGUIRÁ ACORRALADA. TRINO MÁRQUEZ

El futuro de la democracia y la libertad de América Latina, se juega hoy, al igual que hace doscientos años, en Venezuela. - Mario Vargas Llosa

Por su condición de país petrolero, en Venezuela tradicionalmente el Estado ha mantenido una fuerte presencia en la economía. Durante los últimos doce años esta intervención se ha incrementado hasta tal punto, que en la actualidad en ningún otro país de América Latina -y probablemente del mundo, exceptuando Corea del Norte- la economía de mercado, la libre iniciativa y la propiedad privada, se encuentran tan seriamente amenazadas.

Ni siquiera en Bolivia, Ecuador y Nicaragua, donde gobiernan mandatarios de izquierda que se autodefinen marxistas, la empresa particular se halla tan perseguida y acosada. El giro acelerado hacia el comunismo emprendido por el régimen a partir de su derrota en las elecciones legislativas del 26-S, cuando perdió la mayoría del electorado, se mantendrá durante 2011. Al menos esa es la tendencia que puede apreciarse cuando 2010 llega a su final.

Una mirada retrospectiva

El cerco a la propiedad privada comenzó, aunque de forma incipiente, en 1999 al Hugo Chávez asumir la Presidencia. Ese año, alentadas por el nuevo Gobierno, se produjeron las primeras invasiones de fincas y propiedades agrícolas, y tomas de terrenos e inmuebles urbanos. Esto hechos alertaron a los productores del campo y de la ciudad acerca de los peligros que se cernían.

En 2001, el presidente Chávez -haciendo uso de las facultades que le concedía la Ley Habilitante otorgada por la Asamblea Nacional- aprobó un conjunto de leyes que debilitaban la propiedad urbana, especialmente la situada en un radio menor a 300 metros de las llamada "zonas de seguridad", es decir, aquellos cuarteles militares o edificios gubernamentales considerados "estratégicos" por el Gobierno. Esas leyes, entre otras medidas, provocaron el movimiento popular que concluyó con la salida temporal del jefe del Estado del poder en abril de 2002.

El jefe del Estado, obligado por la movilización popular y por el hecho de que en 2004 se realizaría un referendo revocatorio que decidiría si él continuaba o no en la Presidencia, redujo la presión sobre la propiedad privada y permitió que la economía de mercado fluyera sin la intervención desmedida del Estado, al menos sin que esa injerencia fuese abusiva.

Deterioro

Esta atmósfera de relativa armonía comenzó a deteriorarse luego del nuevo triunfo electoral obtenido por Chávez en los comicios del 6 de diciembre de 2006 (6-D). En esa oportunidad obtuvo 63% de los votos. A partir de ese momento asumió que ese caudal electoral le permitía empezar a implantar de forma desembozada el socialismo del siglo XXI (SSXXI), proyecto político, económico y social dirigido, en el plano político, a liquidar la democracia representativa, y, en el plano económico, a acabar con las relaciones mercantiles y la economía de mercado. El SSXXI se sitúa en abierta contradicción con los principios y valores económicos y políticos contenidos en la Constitución aprobada en 1999.

El nuevo ciclo que se inicia luego del 6-D concluye, en su primera fase, el 2 de diciembre de 2007 (2-D), cuando Chávez somete a consideración de los venezolanos el proyecto de reforma constitucional orientado a adecuar el texto constitucional del 99 a los preceptos del SSXXI, tal como estos habían sido elaborados por los intelectuales simpatizantes del régimen agrupados en el Centro Internacional Miranda.

Esa proposición restringía severamente la economía de mercado, la libre iniciativa y la propiedad privada de los medios de producción, mientras realzaba el peso de la propiedad social, la propiedad pública y otras formas de propiedad colectiva y estatal. Este aspecto de la propuesta de cambio causó tanto malestar y preocupación entre la población, que terminó por alarmar al electorado y provocar la derrota del SSXXI y de Hugo Chávez, no obstante las presiones y el ventajismo descarado del Gobierno y del jefe del Estado durante la campaña electoral.

"Ni una coma"

A pesar de este fracaso, el primer Mandatario no se dio por vencido. Luego del 2-D señaló que "ni una coma" de su proyecto de reforma sería modificada. A partir de entonces adoptó una estrategia distinta. Los cambios constitucionales rechazados el 2-D serían introducidos en el ordenamiento legal de manera subrepticia. Se abrió así la segunda fase del ciclo iniciado en 2006. Valiéndose de su abierta mayoría en la Asamblea Nacional luego de 2005 (por la ausencia de participación electoral de la oposición en los comicios legislativos de diciembre de ese año), Hugo Chávez logra que el Parlamento sancione un cuerpo de leyes que restringen drásticamente la propiedad privada de los medios de producción y, en consecuencia, la libertad de mercado y la libre iniciativa. También hace aprobar el Primer Plan Socialista de la Nación.

Entre esos instrumentos legislativos hay que destacar la Ley de Propiedad Social, la Ley de Acceso a los Bienes y Servicios y la Ley para el Fomento del Sistema Económico Comunal. Esta última propone eliminar la propiedad privada, la circulación de monedas comunales de alcance local y el trueque como forma de intercambio, en algunos Distritos Motores del Desarrollo, instancia territorial creada por la Ley del Consejo Federal de Gobierno, pero que no figura en la Constitución.

En los doce años del régimen chavista el asedio a la propiedad privada no ha sido solo legislativo y punitivo -a través de organismos de control y fiscalización como el Indepabis y el Seniat, sino que también en la práctica se ha atacado a la libre empresa a través de estatizaciones, reestatizaciones, expropiaciones, confiscaciones, incautaciones, decomisos e ilegalidades de todo género.

Perspectivas

El acoso a la propiedad privada ha recrudecido después del triunfo electoral de la alternativa democrática el 26-S. Desde esta fecha el Gobierno ha expropiado a las empresas Agroisleña, Owens Illinois y Sidetur, cada una de ellas fundamental en sus respectivos campos de acción: fertilizantes, envases de vidrio y cabillas. El principal consorcio comercial e industrial del país, el grupo Polar, se encuentra bajo el continuo asedio de Chávez.

Las lluvias que han castigado a buena parte del territorio nacional durante las últimas semanas, le han servido de excusa al Gobierno para seguir castigando a la propiedad privada. Fincas productivas, hoteles, clubes, han sido intervenidos arbitrariamente por el régimen, que actúa amparado en el decreto de emergencia que le permite seguir violando los mecanismos legales establecidos en el ordenamiento jurídico nacional. En este ambiente, las inversiones privadas, tanto extranjeras como domésticas, han huido del país.

El acorralamiento a la propiedad particular, de acuerdo con los datos proporcionados por la historia del régimen y por sus recientes acciones, se mantendrá en 2011, si los actores políticos y sociales más organizados no actúan con decisión para resguardar el derecho a ser libre, propietario y próspero.

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.