La sociología define la Anomia como una situación social envuelta en un conflicto de normas tal que los individuos y la sociedad en su conjunto no tienen parámetros claros que sirvan como orientadores de la conducta social.
En sentido literal, según el RAE 1. f. Ausencia de ley. 2. f. Psicol. y Sociol. Conjunto de situaciones que derivan de la carencia de normas sociales o de su degradación.
Y existe una tercera acepción:
3. f. Med. Trastorno del lenguaje que impide llamar a las cosas por su nombre.
Si hay algo que caracteriza a quien hoy nos desgobierna, es su constancia y éxito en la demolición de la estructura ética, moral y cultural de la nación. Lo ha logrado al incrementar constantemente el grado de entropía del sistema, agudizando la discrepancia entre las normas, las metas culturales y las capacidades sociales estructurales de los miembros de la sociedad en su conjunto, que giraban, y a pesar de sus esfuerzos continúan girando alrededor de una economía de mercado y cultura occidental con sus pautas ideológicas incluidas.
Poco a poco, sin pausa, el sátrapa ha ido logrando el recrear una economía primaria, casi totalmente dependiente de estado, atécnica y con el respectivo reflejo cultural propio de esta etapa de las economías. Creando al mismo tiempo, un nuevo sistema de valores cuya principal característica y verdadero fin es el rechazo visceral a la sociedad “moderna” disfrazándolo con un supuesto rechazo al capitalismo salvaje. El que por cierto los boli burgueses practican más, que los más salvajes de los capitalistas.
Resulta más que obvia esta perversa estrategia anomica, cuando constantemente, día a día, exacerban en la sociedad civil el sentimiento anti partidista respecto a las instituciones que en el pasado fueron los principales operadores políticos, y es a ellos contra quienes va dirigida la estrategia, porque conoce la capacidad de organización y de influencia que las organizaciones políticas del stablishment tienen, o podrían tener sobre las estructuras sociales en su conjunto y sobre las normas que rigen sus conglomerados.
Constantemente muchísimos integrantes de nuestra sociedad civil caen en esta trampa y terminan por radicalizarse aun más que los rojos y esto solo conviene a quien nos desgobierna. Caemos en su perverso juego, al establecer nosotros mismos dogmas y premisas insalvables: Blanco o negro, el bien o el mal, Chávez o anti Chávez, esto equivale a lo que Chávez y los chavistas diariamente nos imponen; Quien no está conmigo, está contra mí.
Lo notamos, cuando leemos a no pocos escribidores (sic) de oficio afirmar que el voto de la última elección SOLO es consecuencia de una posición anti chavista.
Nada más lejos de la verdad que esto. Por supuesto que el sentimiento anti Chávez jugó un papel preponderante en la economía del voto, pero a la luz de los resultados, también resulta clarísimo que los partidos políticos jugaron un papel irremplazable en los mismos y que sin ellos, no hubieran sido posible estos resultados. La MUD, por si sola, sin la estructura organizativa de las organizaciones políticas, nunca hubiera logrado lo que logró y esto por el contrario no la desmejora, sino que le otorga el innegable triunfo de haber coordinado a quienes lucían incordinables si nos guiamos por los apetitos personales de algunos de sus integrantes.
Hay mucha gente y ello es preocupante, que firmemente cree que la única alternativa es acabar con los partidos políticos, e inclusive creen que especialmente se debe acabar con partidos como COPEY, o AD, están equivocados. Con los que hay que acabar es con los politiqueros que hicieron y aun hacen de las instituciones, de las organizaciones políticas y privadas, sus vehículos de enriquecimiento y negociado personal, de adquisición de poder político y de vehículo de ascenso social. Algo a lo que, aunque nos cueste aceptarlo, somos muy dados como sociedad.
A los que hay que execrar son a ciertos operadores políticos y no a las instituciones.
Lo que tenemos que cambiar es la forma como ejercemos el control sobre quienes elegimos.
Lo que tenemos que rescatar es el cumplimiento de las normas, de las leyes y de los principios e incorporar la ética y la moral tanto en la actividad política como en nuestro comportamiento social.
La anomia fue y es la estrategia fundamental de quienes hoy nos desgobiernan además de ser su principal fuente de sostenimiento.
Platón, en una de sus más importantes obras; la “República”, establece una relación de causa y efecto entre el tipo de hombre que habita una ciudad y el tipo de gobierno que esta ciudad tiene y afirma que las mismas virtudes o defectos que encontramos en un ciudadano, serán las que encontraremos en el gobierno que rige esta ciudad. (A menos que los gobernantes sean seres sacados de otro país o planeta). Así que es tiempo de no permitir que nos sean impuestas más degradaciones en nuestros sistemas de creencias. Es tiempo de rescatar nuestra patria y ello implica a sus instituciones.
Es tiempo de dejar a nuestros hijos una patria Digna, sin vivos bobos, sin demagogos y oportunistas de esos que tanto abundan por ahí, siempre pletóricos de imposibles pero nunca ahítos de poder. Aun a costa de la miseria de sus congéneres.
Amanecerá y veremos
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