domingo, 4 de julio de 2010

GANADEROS DE VENEZUELA, OSWALDO ÀLVAREZ PAZ, DESDE EL PUENTE

Acaba de realizarse la XVLII Asamblea Anual de la Federación Nacional de Ganaderos. Fue en la sede de los ganaderos del Táchira en San Cristóbal, ASOGATA. Con ambas organizaciones me unen antiguos vínculos de solidaridad por la actividad que desarrollan y de fraterna amistad, desde hace varias décadas, con los directivos del gremio a todos los niveles. Se trata de parte importante de los protagonistas de las actividades primarias de la economía, fundamentales para que el aparato productivo funcione y la economía nacional reciba el impulso necesario para crecer, generar riqueza, ampliar las oportunidades de trabajo y estar a la altura de las necesidades crecientes de una población que está sufriendo las consecuencias de una política estatista, comunistoide, inconstitucional, ineficiente y bastante corrompida.

Los productores agropecuarios son verdaderos héroes de la patria. Quienes aún se mantienen activos en el campo, resistiendo la tentación de irse total o parcialmente, buscando oportunidades que este régimen les niega, lo cual no crítico, lo hacen sometidos a un ambiente tan hostil que no vacilo en calificar como de guerra. En el insólito afán de estatizar todo, obligan a los productores a soportar violaciones a sus derechos fundamentales. Uno de ellos, la propiedad de la tierra y la legítima posesión de la misma ha desaparecido progresivamente por la vía de decretos y reformas legales contrarias a expresas disposiciones constitucionales, y ya rechazadas por el pueblo en el referéndum de 2007. Pero no es sólo la tenencia de la tierra. Se trata también de la inseguridad de las personas y de los bienes que se vive en el campo. La impunidad existente para un hampa politizada y las actuaciones abiertas de las estructuras del crimen organizado, se corresponden con una política de estado que busca paralizar la protesta popular y la disidencia política y gremial, generando además el ambiente de corrupción existente. La libertad de trabajo, la libertad de empresa, el derecho de toda persona, natural o jurídica, de disponer libremente de lo suyo está interferido, eliminado de hecho, violentando el derecho, los usos y las costumbres del sector.

Hay atropellos contra grandes productores, unos altamente productivos y otros no tanto, pero todos vulnerados en elementales derechos. Pero lo más grave son las apropiaciones indebidas calificadas, verdaderos robos, que a mano armada bandas de inescrupulosos cometen a diario contra pequeños y medianos fundos, despojando a esos productores de la tierra, las bienechurìas y objetos personales. Despojan a hijos y nietos de un buen futuro en la actividad familiar, muchas veces de varias generaciones.

Ya basta. Hay que hacer valer la Constitución Nacional y reivindicar los principios y valores que allí están consagrados. Este país no es ni nunca será comunista. Todos juramos sostener y defender, cumplir y hacer cumplir la Constitución y Leyes de la República.

oalvarez@gmail.com Lunes,
5 de julio de 2010
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ENTROPÍA ADIABATICA (I) , ROMULO ENRIQUE LANDER HOFFMANN,

La segunda ley de la termodinámica se refiere a la cantidad de calor de una fuente y a la conversión mediante un proceso, de este calor, en trabajo.

Clausius (ingeniero francés), formuló a mediados del siglo XIX un principio para la segunda ley que dice; “No es posible proceso alguno cuyo único resultado sea la transferencia de calor desde un cuerpo frió a otro mas caliente”.
Aunque El termino Entropía se ha utilizado como definición aplicable a diferentes procesos, en su acepción original fue postulada básicamente como la medición de la cantidad de restricciones que existen para que un proceso se lleve a cabo. Determinando al mismo tiempo la dirección del mismo.

Toda esta explicación viene a cuento, porque es lo que Chávez ha venido haciendo, consistentemente, al aumentar el grado de entropía del sistema.
Chávez ha venido eliminando; sin prisa, pero sin pausa las restricciones que existían, aumentando consecuentemente el desorden y la anarquía de sus componentes.

Es decir, en la situación Chávez; la Entropía, es la medida del orden (o del desorden) del sistema político del país, la cual se ha ido maximizando inversamente proporcional a la eliminación de los grados de restricción que existían en el sistema.

A la Entropía le suceden procesos reversibles o irreversibles, y Chávez, aunque Uds. no lo crean, generó los dos al mismo tiempo; Al proceso inicial que lucía irreversible lo adiabatizó, al imposibilitar cualquier tipo de intercambio entre los actores del sistema (gobierno – oposición).

Y contra natura, lo convirtió en reversible. Y al mismo tiempo, al sentimiento popular, que lucía también irreversible, logró (gracias a dios) reversarlo. (Falta poco para verlo)

Como vemos pues, estos logros son un reto a la imaginación, a los postulados y a las leyes físicas.

El tipo, liberó mucha energía en el proceso, pero no logró convertirla en trabajo. Es decir; ha malgastado toda la energía que el sistema poseía sin generar todos los cambios por el deseados.

No obstante si logró una cosa muy importante por la cual seguramente no faltará alguien que lo postule al Nóbel de física; “Por su contribución en la corroboración de la íntima relación de la Entropía con la teoría del CAOS.”

Amanecerá y veremos.

Romulo E Lander Hoffmann
rlander48@yahoo.com
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"EL ENCUENTRO CONVOCADO POR LOS ALCALDES PUEDE SER EL INICIO DE LA RESISTENCIA", CARLOS BLANCO, TIEMPO DE PALABRA

Golpe bajo

La creación del Estado paralelo es un autogolpe. Chávez cree estar en la construcción del socialismo y lo que construye es una sociedad prefeudal, muy parecida a lo que Marx denominó Modo de Producción Asiático. Éste consistía en un sistema de propiedad ejercida colectivamente en la que nada era de nadie en particular sino de la comuna y que generó una élite dominante, encabezada por un faraón o un inca convertido en jefe y real propietario de lo que supuestamente pertenecía a todos.

Las leyes sobre las comunas, la contraloría social, la propiedad social, son instrumentos para destruir los restos de institucionalidad. Así como las milicias están destinadas a la supresión de la FAN profesional, el dispositivo comunal es la trampa cazabobos dispuesta para un arrase total, momento en el cual el ególatra se transformaría en Faraón.

No lo hace porque se sienta fuerte, más bien su movimiento está arratonada por las putrefacciones y peleas domésticas, por el tesoro o por el poder. Pero, sin duda, estas jugadas atemorizan a la sociedad porque tienden a convertir a los propietarios en poseedores precarios, lo cual es una mutilación de la condición humana. Los ciudadanos no sólo tienen menos debido a la inflación, el desempleo y el crimen, sino que ahora son menos ciudadanos. El mordisco chavista destroza los bolsillos y también el alma.

Nadie sabe si el país podrá resistir este embate; nadie sabe si el régimen tiene fuerza para imponerse como el tuerto del país de los ciegos; nadie sabe si éste es un desafío que obligará a sacar los ímpetus de donde no existan para ponerle freno. Sea lo que sea es un golpe de estado desde el gobierno.

La Revolución Nonata.


Aquí no hay revolución, en el sentido de un cambio progresivo de las estructuras económicas y sociales del país. Lo que ha habido es un asalto al poder de una camarilla inescrupulosa, prevalida del apoyo que las élites le dieron en los orígenes de su aventura. Durante mucho tiempo el resultado ha tenido más el sabor del abordaje de las mafias rusas al Estado ex soviético que la gesta romántica, a ratos gloriosa, y siempre sangrienta de la revolución cubana.

La característica esencial de este cambio en Venezuela es que ha sido impulsado desde arriba, con apoyo social pero sin participación popular. Las masas de Chávez no han sido actoras sino sólo la audiencia entusiasta que aplaude su soliloquio. Las revoluciones, al menos durante un tiempo, tienen a las masas como las protagonistas, con su insólita y mortífera belleza, con la guillotina o los fusilamientos como instrumentos de su justicia poética. En Venezuela no ha habido ni hay revolución y ya, a estas alturas, no puede haberla, aunque eso es lo que intentan ahora con el poder comunal.

Ha sido un simple asalto al poder de un grupo que una vez obtenida la carta blanca del control de todos los poderes, ha hecho y deshecho, con las solas sujeciones de la sociedad civil en la calle y la necesidad de guardar ciertas apariencias ante la comunidad internacional. Al amparo de este alboroto se ha formado una nueva casta enriquecida, formada por viejos empresarios, varios de los nuevos, entre los cuales se cuentan doctores, tenientes, capitanes, generales y "luchadores sociales", especímenes éstos que abominan de sus condiciones económicas previas y aseguran que ni por un santiamén regresarán al barrio o a la modesta urbanización que los vio hacer "trabajo de masas". En este contexto se ha producido el encumbramiento de Chávez, convertido en propietario de los recursos del Estado con más boato, excentricidades y ridiculeces que los ricos que critica.

Chávez quiere sinceramente una sociedad que se enrumbe al comunismo. Tiene dos problemas; no sabe mucho en qué consiste y tampoco sabe cómo se construye. Como ha confesado que es un marxista sin haber leído a Marx, algún alma caritativa debiera decirle que es fascista sin haber explorado el pensamiento de Mussolini. En todo caso, Chávez tiene una deuda pendiente con él que es la construcción del socialismo, tras haberlo pavimentado con boliburgueses, con personajes impúdicos como Rafael Ramírez y generales serviles.

El Comun(al)ismo.


Ahora pretenden resolver el problema de la carencia de pueblo a través de las comunas. De este modo ensayan darle al asalto al poder un barniz de revolución socialista. Sin embargo, ya es tarde para construir una genuina fuerza popular. Este régimen tiene una falla de origen: recibió apoyo popular pero no promovió la participación popular; usa a la gente, pero no la respeta; invoca las necesidades del pueblo pero quien habla en su nombre y al final lo sustituye es Chávez. Cuando él bosteza es porque el pueblo tiene sueño; cuando enloquece -¡exprópiese! ¡Exprópiese!- se ve en el espejo y sólo alcanza a ver al pueblo desquiciado.

Ahora pretende que el pueblo participe; pero eso sí, "mi pueblo", el suyo nada más. El que él decide. Pero además, debe hacerlo bajo estricta dependencia de un ministerio y de la Presidencia, tanto para los recursos como para las decisiones. Ese pequeño íncubo que ha dado a luz en forma de comuna puede convertirse en su más poderoso instrumento para la anunciada degollina institucional. Los consejos comunales pueden hacer y deshacer; ellos serían el poder, aunque en realidad sólo sean el muñeco del ventrílocuo. En vez de tener al Faraón apuntando con su dedo para decidir una confiscación se tendría la mano interpuesta de la comuna.

En esta armazón desaparece la participación porque basta que cuatro gatos se reúnan y se constituyan en poder comunal para que sus decisiones sean de obligatorio cumplimiento. Recuérdese que en la derrotada reforma constitucional de 2007 Chávez proponía el siguiente artículo: "El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Este no nace del sufragio ni de elección, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población. El Poder Popular se expresa constituyendo las comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, los consejos obreros, los consejos campesinos, los consejos estudiantiles y otros entes que señale la ley". No hay sufragio, no hay elección, sólo la voluntad popular constituida en asamblea. ¡Ah! ¡El Terror! ¡Ay, Robespierre!

El encuentro convocado por los alcaldes Gerardo Blyde, Emilio Graterón, Myriam Do Nascimento y Ovidio Lozada puede ser la base de un movimiento de resistencia. Insertar la participación electoral en la lucha contra este autogolpe parece un camino capaz de llevar a la disidencia democrática a caminar con las dos piernas: elecciones y conflicto social. ¿Qué tal si la convocatoria de la semana que viene es el prólogo para un Congreso Federal por la Democracia y la Libertad?

http://www.tiempodepalabra.com/, twitter @carlosblancog

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EL COMUNALISMO, AGUSTIN BLANCO M.

El escándalo ‘pudreval’ debe verse como una clara expresión de la sobre-descomposición que recae hoy sobre este ex-país.

Nadie puede negar que estamos ante “una revolución” corrupta en todos los sentidos e incapaz de ir más allá del brutal despilfarro de la renta petrolera.

La actual crisis económica es insuperable en el corto y mediano plazo. Todo apunta hacia un abismo-hundimiento de proporciones gigantescas.

Y esto se debe en lo fundamental a la improvisación de este régimen empeñado en pasar del sistema capitalista al socialista vía comunismo, para lo cual debe enfrentar y destruir lo existente para crear la nueva realidad.

Una década después se sabe que no hay avances sino una crisis insalvable en el corto y mediano plazo.

Esta situación, expresada en los llamados indicadores económicos y que se sintetiza en la progresiva escasez de dólares, tiene una seria repercusión a lo interno del PSUV, donde se enfrentan entre sí las diferentes tendencias, desde las institucionalistas hasta los radicales y burócratas de la corrupción.

Una situación que se intenta corregir con La Comuna como un ‘nuevo modelo productivo’, que le resulta al régimen indispensable para implantar una nueva estructura geopolítica que le acerque al dominio de todos los desórdenes que conforman este ex país.

La agrupación de Comunas como centros de producción independientes y autónomos se convierte en una vía para el establecimiento de ‘unas relaciones y un modo de producción solidarios’. Es el fin del capitalismo y la explotación. Sin violencia y bajo la guía de un líder-héroe-caudillo, que es el máximo representante del Estado revolucionario.

Las Comunas son entonces centros de producción, de vida en general y de guerra. Es la nueva organización de la sociedad que nace supeditada y controlada por el centralismo estatal.

Y cada unidad exhibirá su comunalismo, con su atraso, ausencia de lucha de clases y de mercado, trueque y ‘moneda solidaria’. Una entidad creada a fuerza de inversiones que conduce indefectiblemente hacia otro fracaso.

El camino hacia el comunalismo, que no comunismo, es un serio intento por reproducir aquí la tragedia cubana, con el agravante de que es inestimable el capital que se perderá en esta ‘revolución de y para la destrucción’. Sancho. Ese comunalismo venecubano no recorre el mundo sino todas las miserias!

abm333@gmail.com
Últimas Noticias, 03 de julio del 2010
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¿QUÉ VAMOS A CONMEMORAR ESTE 5 DE JULIO?, ALFONSO SAFFER

Nuevamente no logro conciliar el sueño, tengo una angustia que me oprime el pecho, perturba y nubla toda idea de sosiego que intento alcanzar.

Pienso y me duele saber que la sangre y entrega de todos los próceres que dieron su vida por esta nación, que por más de 187 años permaneció libre y soberana, sumado al esfuerzo de todas las generaciones que forjaron a Venezuela, como una de las más bellas y prosperas naciones del continente, a la vista de nuestra situación y condición actual, la perdimos.

Nos ha sido arrebatada nuestra independencia y libertad, por un enemigo que usando a unos cuantos lacayos y traidores y a ese sistema llamado “democracia”, nos reconquisto y convirtió en una “Colonia Cubana/Terrorista”.

Ya este nuevo feudo de Cuba, ha sido recolonizado por las huestes fidelistas y terroristas, de todos los confines de la tierra.

Los que alguna vez vistieron el uniforme del ejercito libertador de América y que creíamos defensores de una Venezuela libre y soberana, hoy solo reconocen a Fidel Castro como su comandante general, disparan y confinan a nuestros policías, mujeres y ancianos, envenenan las mentes de nuestros hijos y se apropian por la fuerza y a mansalva, de todo el esfuerzo y trabajo de este pueblo.

Todos los poderes públicos han sido copados y secuestrados por lacayos que entregaron y vendieron cobardemente a Venezuela a cambio de la triste y penosa figuración que ostentan y unas cuantas monedas, además de poder enajenar y robar impunemente.

Al igual que todos los Judas Iscariote de la política, que conocemos desde hace mas de 2000 años, requieren de la sangre, traición y miseria masiva, para obtener ruines y personales beneficios momentáneos, sirviendo al ejercito invasor de Cubanos y Terroristas, para someter y vejar a toda Venezuela.

¿Qué puedo conmemorar este 5 de Julio, que no sea la vergüenza de haber sido incapaz, en estos últimos diez años de expulsar de Venezuela a este déspota invasor, que nos tiene subyugados a su doctrina y miseria, a través de su regente y representante local “el chacal Hugo Rafael Chávez Frías?

Propongo que este 5 de Julio, hagamos una profunda reflexión y nos encontremos todos, en el fondo más recóndito de nuestro corazón, y con toda nuestra energía y sentimiento de vida, nos comprometamos a reconquistar y liberar a Venezuela, devolviéndole su independencia y soberanía, la cual perdimos en 1998.

A partir de este momento se que esta es mi única e inmediata obligación, no existe nada mas importante para cada uno de nosotros, que volver a tener una nación libre, “la libertad es la herencia de los bravos” y “es preferible yacer en la tumba venerada eternamente por liberados, que vivir bajo opresión o como esclavos”.

Devolvamos a Venezuela y a su historia, su glorioso día de independencia, como tienen todas las demás naciones libres del mundo.

Chávez, Castro y su mafia "El Cartel Rojo", son engendros que jamás podrán, si es nuestro deseo y convicción, detener o secuestrar nuestras ansias de libertad para esta nación.

¿Cuándo podremos volver a conmemorar el 5 de Julio? ¡De nosotros depende!

Alfonso Saffer
01/07/2010
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LA QUIMERA DE LA IGUALDAD, ALBERTO MEDINA MÉNDEZ

En el discurso político y ciudadano se ha instalado una certeza que pretende ser irrefutable. Se ha constituido en, algo así como, un monumento a la verdad inmaculada. Es la obsesión de un fundamentalista objetivo ya no solo retórico, sino de orden práctico, que se plasma a diario en implementaciones concretas en todo el globo.

Muchos, casi todos, dicen luchar por la igualdad y se ufanan de ello como si el término en si mismo representara un valor indiscutible. Se lo menciona como si el vocablo tuviera un aura especial, una bendición superior, como si se tratara de una virtud superlativa, de una utopía por la que valiera la pena trabajar incansablemente.

Habrá que decir, sin vueltas ni tapujos, sin rodeos ni eufemismos, que la igualdad, esa de la que tanto hablan, es el atributo que menos describe a la especie humana. Los individuos no somos iguales en casi nada. Si algo nos distingue, son nuestras diferencias, aquello que nos hace naturalmente distintos.

No nos parecemos ni físicamente, ni en nuestra personalidad, mucho menos en las intransferibles vivencias que nos tocan en suerte. Todo, absolutamente todo, nos hace seres infinitamente distintos, y esa desigualdad, si que es un cualidad, una característica única e irrepetible.

Son nuestras diferencias, las que nos hicieron progresar y sobrevivir como especie. Es justamente eso lo que nos ha permitido evolucionar. Esas disparidades, nos hace creativos, competitivos y se convierte en el principal motor que nos moviliza lo suficiente como para esmerarnos y superarnos a nosotros mismos.

No es la igualdad, sino justamente su opuesto, la desigualdad, lo que mejor describe nuestros talentos y mayores virtudes. También es ella la que identifica claramente nuestros peores defectos, y nos posibilita la chance de ocuparnos de ellos.

No somos iguales, no deberíamos querer serlo. Sin embargo, una corriente cada vez mayor, casi unánime, parece ser el discurso esperado, el políticamente correcto, ese que dice pretender ajustar lo que presenta como desvíos. La sociedad parece aplaudir, algunos porque suponen que alguien tiene el poder de otorgarles lo que no tienen, y otros porque no se animan siquiera a decir lo que piensan y defender lo propio.

Resulta deseable que todos juguemos bajo las mismas reglas. Se puede pretender cierta igualdad ante la ley, frente a los objetivos criterios que rigen la convivencia humana, pero solo eso, solo esa cuestión de rutina, que es casi una cuestión de sentido común.

En el resto, habrá que comprender que las diferencias, la desigualdad y nuestras propias particularidades, deben ser bienvenidas. Por eso, resulta difícil entender como esa palabra, igualdad, ha pasado a ocupar un lugar de privilegio en los discursos, y como su implementación efectiva ha significado despojarnos de nuestra propia singularidad.

Y es que la política ha convertido ese culto a la igualdad en una práctica cotidiana que consiste en quitar talentos a los mejores, poner límites al progreso, establecer pisos artificiales intentando brindar coercitivamente a unos lo que naturalmente no tienen, sin dejar previamente de despojar a otros para que lo anterior suceda.

La redistribución tan mentada sigue haciendo estragos. Bajo esa muletilla que se ha puesto de moda, el paradigma de la justicia humana, hace eso, quita a unos y otorga a otros, discrecional, arbitraria, selectiva y coactivamente.

La sociedad parece aclamar la destrucción de su mayor virtud. Supone que se puede igualar a una comunidad, por medio de leyes, decretos y normas. Que sacando a unos y entregando a otros, se nos ayuda a evolucionar. Nada más alejado de la realidad. Esos mecanismos, solo consiguen desestimular a los talentosos y paradójicamente también a los menos hábiles, ya que así, tampoco precisan de incentivos para progresar, para superarse. Después de todo, algún Mesías, se ocupará de darles lo que no son capaces de conseguir por si mismos. Pero en este caso, con el agravante de tratarlos indignamente como verdaderos incompetentes e inútiles, rebajándolos a la deshonrosa categoría de mendicantes de favores. Debilitan así su desgastada autoestima para condenarlos eternamente a la frágil e indecorosa posición de parásitos sociales, esos que a partir de ahora dependerán exclusivamente de la dádiva clientelista del mandamás de turno. Eso ocurrirá, claro está, cuando el poderoso decida otorgarle esa limosna. Antes se ocupará de esquilmar a algunos, esos que producen y generan riqueza a su alrededor, para poder concretar su generosa acción popular.

Ese mecanismo, que aparentemente goza de una impunidad sin igual en el planeta, parece haber venido para quedarse. Se trata de prácticas que celebran políticos y votantes al unísono. Diera la sensación, que cierto sector de la humanidad está dispuesto a bajar los brazos definitivamente, para vivir de lo que otros generen, para dejarse humillar por los que se han empeñado en demostrarle su demostrada incapacidad, como una fotografía estática de ese presente inmutable e inmodificable.

Ellos, no parecen estar listos para dar la batalla, ese difícil pero imprescindible desafío para recuperar la fe, de iniciar la búsqueda de su propia felicidad e intentarlo en la satisfacción de identificar sus arraigadas y desconocidas fortalezas, esas que todo ser humano tiene, ese don preciado que hemos recibido cada uno de nosotros en forma particular, individual e indelegable, ese atributo magnífico que nos hace esencialmente diferentes y por ello únicos e inimitables. Extraordinariamente distintos. Fantásticamente desiguales.

Ninguna ley funcionará como los políticos y muchos ingenuos ciudadanos suponen. Las normas podrán saquear a unos para regalar a otros, pero no crearán talento allí donde este está ausente o simplemente dormido. Tampoco generarán creatividad, en ese espacio en el que ellos mismos se ocuparon de apagar la voluntad.

Esos atributos, la creatividad, el talento, la perseverancia, el esfuerzo, la capacidad, el esmero, no son solo cuestiones innatas, las más de ellas se desarrollan y se logran solo cuando se atraviesan momentos difíciles, verdaderas crisis, situaciones que requieren de retos frente a los escollos que nos propone siempre el presente.

La innumerable lista de invenciones de la historia humana, esa nómina inagotable que nos hace la especie que mas se ha desarrollado como tal, proviene de los mejores. Son ellos y no otros, los que sentaron las bases del progreso.

Si eliminamos las diferencias, si seguimos venerando la homogeneidad, estaremos condenándonos a pedirle a los que se destacan, a que ya no lo hagan y a los peores, a despreocuparse por la ausencia de habilidades, pues algún político, apoyado por la inmensa mayoría de ciudadanos, pondrá las cosas en su lugar.

Evidentemente, la humanidad ha comprado esta falsa ilusión de que la igualdad es un objetivo en si mismo. La fantasía de la igualdad parece estar apoderándose de nosotros sin resistencia alguna y con una tácita aprobación cívica que explica el discurso de los políticos, que es solo una mera consecuencia y no su verdadera causa.

Alberto Medina Méndez
amedinamendez@gmail.com
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¿SE NOS PUDRIÓ LA ESPERANZA?, JUAN CARLOS APITZ

El convencimiento de que nada se puede hacer porque de todas maneras el resultado va a ser el mismo y que, una vez más, todo va a salir mal, hace que se realice la profecía que se cumple a sí misma. Para el que no siente esperanza no es posible que vea las oportunidades y posibilidades de cambio, aunque las tenga enfrente. Pareciera que, a la oposición democrática venezolana se le pudre la esperanza.

Cuenta la leyenda que, dos ratoncitos cayeron al mismo tiempo en dos potes que contenían leche. El primer ratoncito pensaba: "No podré salir de esta lata, porque las paredes son muy lisas, ya he escuchado anteriormente acerca de muertes como ésta. No podré respirar en la leche, voy a asfixiarme, estoy perdido". Y, ante esto que pensaba, dejó de intentar hacer algo para salir de la vasija y en efecto, se asfixió y murió. El segundo ratoncito no sabía tampoco qué hacer; pero al contrario que el primer ratoncito, él pensaba que debía de haber algo que pudiera hacer para salir de la vasija, "posiblemente mi situación pueda ser diferente a las de otros que he escuchado que no han podido salir de estas situaciones", entonces el ratoncito trató de hacer algo y se agitó en todos sentidos. Como se estaba moviendo continuamente, batió la leche con tanto vigor que ésta se transformó en mantequilla. El ratoncito entonces se sentó sobre la mantequilla y pudo respirar libremente. Entonces, ¿Qué rasgos distinguen a estos dos ratoncitos? ¿Qué impidió al primer ratoncito intentar salir de la vasija de leche? ¿Qué permitió al segundo ratoncito seguir luchando? Respuesta definitiva: la desesperanza aprendida.

La desesperanza aprendida se da cuando una o varias personas han tenido experiencias negativas en el pasado, en las cuales han fracasado varias veces, van a terminar convenciéndose a sí mismas de que toda situación negativa que les toque enfrentar estará fuera de su control. Y por lo tanto, lo único que harán es resignarse, y aceptar lo malo que están viviendo, sin intentar luchar. El elemento más esencial de la desesperanza aprendida es sentir y creer que no se puede hacer nada, que no se tiene ningún control sobre el medio ambiente. Siempre que alguien cae en el conformismo, y no lucha contra una contrariedad, contra la cual, sin embargo, tiene las condiciones para enfrentar y vencer, estamos frente a una situación de desesperanza aprendida. Es decir, es el convencimiento íntimo de que no se puede ejercer ningún control ni cambio en el medio ambiente para mejorar o revertir una situación.

Inocularnos la desesperanza aprendida a los venezolanos es la estrategia del Gobierno nacional, a través de sus malos tratos, la violencia o las experiencias emocionales traumáticas, donde han sido afectados severamente nuestros sentimientos; lo que hace sentirnos acorralados, nos autoinculpamos y justificamos nuestra impotencia, permitiéndole a nuestro agresor que nos siga dominando.

Lo importante que se debe resaltar es que, así como hay una desesperanza aprendida, también puede haber un optimismo aprendido. No es el momento de descalificarnos. Asumamos todos la tarea urgente de convencer a los venezolanos de que a pesar de todos los obstáculos y de todas las amenazas de este populismo reaccionario que se empeña en vivir en el pasado, saldremos adelante como siempre. No dejemos pudrir nuestra esperanza. ¡Sí se pudo y sí se puede!

http://www.juancarlosapitz.com/
justiciapitz@hotmail.com
twitter: @justicapitz
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