viernes, 2 de julio de 2010

CORPORATIVISMO FACHO BOLIVARIANO, LOS TRABAJADORES FUERON ORGANIZADOS EN CORPORACIONES, BAJO LA TUTELA DEL PATRÓN ESTADO, JOSÉ RAFAEL LÓPEZ PADRINO

El fascismo italiano instauró un corporativismo estatal (Ley Rocco, 1926) que le permitió al Estado una grotesca intervención en los asuntos sindicales de ese país. La meta fue eliminar a las organizaciones sindicales a fin de constituir una sociedad sin contradicciones entre explotados y explotadores, es decir el fin de la lucha de clases. Los trabajadores fueron organizados en corporaciones, bajo la tutela del patrón Estado, y sus derechos laborales fueron eliminados, entre ellos el derecho a la huelga y el de discutir mejoras socioeconómicas (1927).

Al mejor estilo mussoliniano el régimen del tte coronel ha dictado un decreto mediante el cual se corporativiza a los trabajadores del Estado venezolano. Decreto que elimina los contratos colectivos existentes en la administración pública centralizada y descentralizada, y los sustituye en forma inconsulta por un contrato marco con vigencia para todos los empleados públicos. Con esta corporativización, el iletrado de Miraflores pretende enterrar las contrataciones colectivas impulsadas por los sindicatos, figura que se institucionalizó en el año 1936 como expresión de la libertad sindical. Se olvidan estos enemigos de la clase obrera que las contrataciones colectivas no son dádivas sujetas a la discrecionalidad de un comandante tropero, sino que es un derecho ganado por los trabajadores organizados. Igualmente, con este decreto se aspira destruir a las organizaciones sindicales clasistas, reemplazándolas por entelequias paraestatales, las cuales se han convertido en verdaderos diques de contención de las justas luchas de los trabajadores. Estos sindicatos de Estado representan meros instrumentos políticos al servicio del proyecto de dominación del inquilino de Miraflores.

Este nefasto decreto no representa ninguna conquista para los trabajadores venezolanos como falazmente publicitan los medios oficiales y repiten sin cesar una camada de falsos dirigentes sindicales corruptos y patronales. Además, violenta la Constitución Nacional (1999), cuyo artículo 96 establece: "Todos los trabajadores del sector público y del privado tienen derecho a la negociación colectiva voluntaria y a celebrar convenciones colectivas de trabajo, sin más requisitos que los que establezca la ley". El talante antiobrero de este perverso decreto nos retrotrae a la "Carta del Lavoro" (1927), la cual le permitió al Duce Mussolini corporativizar a los trabajadores italianos y eliminar sus conquistas e instrumentos de lucha. El socialismo siglo XXI, no es más que un capitalismo de Estado militarizado, disfrazado de socialismo, que representa amedrentamiento, coacción, represión y una mayor explotación de los trabajadores.

Estamos ante la absurda paradoja de una "revolución" que impone una política contraria a los intereses de clase del sujeto social que dice representar.

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CHAVEZ EL CULPABLE DE NUESTROS MALES, REVELA ENCUESTA DE CONSULTORES 21

Más de 55% de los consultados considera que el presidente Hugo Chávez es el culpable de los problemas que sufre Venezuela, según encuesta realizada entre el 22 de mayo y el 4 de junio en 66 centros poblados del país.

La mayoría de los entrevistados cree que el mandatario tiene más interés en obtener beneficios personales que en lograr el bienestar del pueblo.

El estudio de opinión pública de Consultores 21 reveló que 59% de los encuestados piensa que el gobierno de Chávez es malo y que más de 55% cree que el jefe del Estado es incapaz de resolver los problemas que aquejan a la población.

El número de personas que se convence de la ineficiencia de Chávez ha ido en aumento: en 2006, más de 60% pensaba que el presidente sabía cómo solucionar las dificultades del país.

Al ser consultados sobre cuáles organismos, instituciones o gobernantes trabajan más por resolver la situación de Venezuela, los entrevistados ubicaron en el último lugar al presidente Chávez. Los medios y las empresas privadas son, según la mayoría, los que más se esfuerzan por el país.

Acerca de las expropiaciones, 60% de los entrevistados cree que el Ejecutivo las ordena con el fin de controlarlo todo, y no para proteger al pueblo de la especulación.

Más de 65% de los consultados asegura que Chávez quiere acabar con la propiedad privada.

Para la mayoría, la situación económica es el principal problema que afronta el país, seguido de las dificultades sociales y políticas.

Las cifras demuestran que la popularidad de Chávez ha caído en 45 puntos porcentuales desde su llegada a Miraflores. El presidente tiene actualmente el mismo nivel de aceptación que Manuel Rosales (37%)

Los líderes de la oposición encabezan la lista de los dirigentes que gozan de más popularidad. Henrique Capriles Radonski se ubica de primero, con 51% de agrado en la población, seguido por Leopoldo López, con 50% de aceptación. También figuran Antonio Ledezma, Enrique Salas Feo, Julio Borges y Enrique Mendoza.

Ficha técnica
Tamaño de la muestra: 1.500 casos
Fecha: 22 de mayo al 4 de junio
Cobertura: 66 centros poblados de Venezuela
Error muestral: 2,58%.

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LA MUD SUFRE DILEMAS ARTISTICOS, CLODOVALDO HERNANDEZ, TRIBUNA LIBERTARIA, RAUL AMIEL

Se corre el riesgo de que las ruedas de prensa de la MUD parezcan episodios de Los Muppets. Confrontacionistas y eclécticos. Confrontacionistas y eclécticos... Leo la cosa y reviso el cabezal de la página de EL UNIVERSAL para cerciorarme de que no estoy leyendo en la sección cultural alguna nota relativa a sectas literarias, sino una noticia de la vulgar y ramplona política local. Compruebo que estoy donde creía estar, en un análisis acerca de las vicisitudes de la Mesa de la Unidad Democrática.

Según cuenta el trabajo periodístico, los miembros de la MUD se encuentran democráticamente divididos en confrontacionistas y eclécticos. "¡Cónfiro -exclamo en voz alta- esta gente sí que tiene el tacón alto!".
Recordé los folklóricos tiempos en que los masistas tenían los santos riñones de dividirse en tendencias (como si alguna vez hubiesen contado con gente suficiente como para darse ese lujo) y entonces había tucanes, perros y creo que chigüires. O cuando los copeyanos se autodenominaban calderistas, eduardistas o herreropedropablistas y los adecos, lusinchistas, perecistas o alfaristas.

Eran tiempos más elementales, claro, nada que ver con esta década de opresión postmoderna que ha llevado a la dirigencia opositora a debatirse entre dos corrientes que parecen sacadas de un libro de Educación Artística.

En dos platos -ya que de mesa hablamos- se trata de lo siguiente: los confrontacionistas quieren pasarse la campaña respondiéndole, de igual a igual, al presidente Chávez y argumentan que para eso hay en la MUD bastantes camorreros profesionales. Por otro lado, los eclécticos creen que no se debe caer en las provocaciones del tirano. Los datos son vagos acerca de qué harían en lugar de caerse a piñas verbales con el comandante, pues al parecer el resto de su propuesta política es mejor callarla que proclamarla. Por eso es que se pusieron ese nombre -eclécticos- que es una manera elegantísima de decir "como vaya viniendo vamos viendo".

El problema de asumir la línea confrontacionista es quién sería el vocero. Usted no puede lanzarse a un combate por el campeonato mundial y meter en el ring al gordito Borges, obviamente fuera de forma, o al gentilhombre don Ramón Guillermo de Aveledo y Costilla, que está mejor, en tal caso, para pelear espada.

Además, de inmediato estallarían los celos y se desataría el pescueceo, que es el arte de mover el cuello ágilmente para aparecer en la foto o en el video.

Al final, en el confrontacionismo la mayor figuración la ganarían los ancianitos buscapleitos de la banda, Henry Ramos Allup y Teodoro Petkoff y se correría el riesgo de que cada rueda de prensa de la MUD se pareciera a un episodio de LOS MUPPETS. Algo que sería -consulto mi libro de Artística- como sacado de la escuela kitsch.

CLODOHER@YAHOO.COM
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VENECONOMIA SEMANA, EL CORRAL

Hugo Chávez está levantando un cerco legal alrededor del pueblo venezolano para asegurarse de que la gente quede encerrada, como si fuese ganado, dentro de un corral. Desde que perdió el referendo para la Reforma Constitucional en diciembre de 2007, Chávez ha ignorado la voluntad del pueblo y ha creado nuevas instituciones de gobierno bolivarianas (entiéndase marxistas), que ya están suplantando las instituciones democráticas consagradas en la Constitución. El corral del Presidente alrededor de la gente estará listo para cuando los votantes elijan una nueva Asamblea Nacional el 26 de septiembre de 2010.

El Consejo Federal de Gobierno, los consejos comunales y una serie de nuevas leyes que establecen comunas, con cambios en el modelo económico y socio geográfico, otorgan al Estado poder absoluto sobre la propiedad de la tierra, así como sobre la producción y distribución de alimentos. Además ha redactado una nueva legislación que da a los inquilinos derechos sobre las propiedades de los arrendadores. Toda una red que apunta a la consolidación de un régimen totalitario de corte castro-comunista disfrazado de democracia. Lo peor de todo es que Chávez parece estar logrando todo lo que quiere.

La oposición política se queja, con razón, de que Chávez está re-centralizándolo todo. Sin embargo, no está claro si los líderes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) entienden a cabalidad que están parados al borde de la tumba abierta de la democracia venezolana como si ésta estuviese enterrada viva por la revolución.

El caso es que, aunque la MUD ganara las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre, es muy probable que la Mesa y los venezolanos que creen en la democracia, libertad y propiedad privada todavía salgan perdedores.
Chávez está haciéndole a los municipios y a las gobernaciones lo que le hizo al Alcalde Metropolitano, Antonio Ledezma. Y, antes de que llegue el 26 de septiembre, Chávez también neutralizará a la Asamblea Nacional. Si el PSUV conserva su mayoría será mucho mejor para él, pues el nuevo Parlamento simplemente seguirá aprobando leyes hechas a la medida de las prioridades del Presidente. Por supuesto, el poder seguirá siendo transferido de facto a las nuevas instituciones bolivarianas (marxistas) que sustituirán todos los consejos municipales, gobernaciones y legislaturas elegidos por el voto popular en Venezuela.

Sin embargo, si la MUD logra lo aparentemente imposible y rompe en los comicios del 26 de septiembre la mayoría absoluta que tiene en la Asamblea el PSUV, Chávez simplemente ignorará la nueva Asamblea Nacional y tal vez, estrangule a la institución a través del recorte de recursos fiscales, como hizo con Ledezma y otros gobernadores y alcaldes de oposición.

Por ejemplo, la Asamblea Nacional acaba de aprobar en primera discusión una propuesta de Reforma de la Ley de Arrendamiento , la cual define la vivienda como un derecho humano y estipula que es un derecho social, no mercantil. Bajo esta nueva Ley que, sin duda, la AN aprobará muy pronto, los propietarios pierden todos los derechos sobre sus propiedades y los inquilinos serían invulnerables ante el desalojo, aunque dejen de pagar el alquiler. Todas las propiedades de más de 20 años estarían cubiertas por la nueva Ley, sin excepción.

Según esta nueva Ley, los inquilinos también pueden comprar las viviendas donde residen a precios que serán fijados por el Estado, y podrán amortizar la “hipoteca” con los pagos de alquiler que venían realizando. Una progresión lógica de este proceso es que, a la larga, la revolución decidirá cuánto espacio necesitan las familias para poder vivir con “decencia” y los apartamentos y casas unifamiliares más grandes (es decir, cualquiera que tenga más de 150 metros cuadrados) pasarán a ser viviendas multifamiliares, igual que en Cuba.

La Asamblea Nacional también se está dando prisa para aprobar otras joyitas del marxismo al estilo cubano, con el fin de transformar a Venezuela desde el punto de vista geoeconómico, social y político en un Estado Comunal. La nueva Ley de Comunas y la Ley Orgánica para el Fomento y Desarrollo del Sistema Económico Comunal llevan el cerco alrededor del pueblo venezolano a nuevas alturas. La Ley de Comunas creará comunas o ciudades comunales que sustituirían las empresas privadas como el principal motor del desarrollo económico. Estas comunas serían definidas geográficamente por el régimen, lo que crearía, de hecho, ghettos socioeconómicos a lo largo y ancho de toda Venezuela. De nuevo se recuerda la analogía de una gran manada de ganado que para ser controlada tiene que ser dividida en muchos corrales pequeños.

Con esta Ley, las instituciones constitucionales de gobernabilidad territorial, es decir, estados, municipios y parroquias, serían borrados de un plumazo. Dentro de cada comuna se crearían parlamentos comunales que decidirían los bienes y servicios que serán producidos, así como las cantidades y a quién designará la revolución para producir los bienes y servicios. Los parlamentos comunales también tendrán poder para regular la vida social y de la comunidad y mantener el orden público. El “bien comunal” siempre tendría prevalencia legal sobre todos los demás intereses individuales. Se crearía un sistema de justicia comunal en cada comuna para proporcionar justicia alternativa a sus miembros.

El nuevo modelo comunal borraría la división del trabajo tradicional basada en el sistema capitalista y la sustituiría con “nuevas formas de generación, apropiación y reinversión social de la plusvalía”. Se implantarían monedas y sistemas de trueque comunales para sustituir la moneda nacional. El Estado controlaría el valor del trabajo y el intercambio de bienes y servicios. La meta es consolidar un monopolio total del Estado sobre todas las actividades económicas y la propiedad privada. No sorprende entonces que el presidente Chávez, según se ha venido informando, suspendiera dentro de poco todos los contratos colectivos entre el Estado y los sindicatos.

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LA JAULA LISTA PARA LOS VENEZOLANOS, CARLOS ALBERTO MONTANER:

Carlos Alberto Montaner dijo en reciente entrevista: ….

“Para Chávez, Obama es mucho más difícil de atacar y para Estados Unidos, Venezuela es sólo un suministrador de petróleo y seguirán comprándole, disminuyendo cada vez su dependencia. Estados Unidos no va a hacer nada para sacar a Chávez, sólo lo harían si sienten que la alianza Venezuela - Irán y sus relaciones con el islamismo terrorista, se convierten en algo muy peligroso para ellos”…
Montaner, es un analista que se pasea por realidades que muchos no quieren ver y otros ven pero prefieren no hablar. Así cree, que la Venezuela que se caracterizaba por: “extrema cordialidad y superficialidad, hoy luce que éstas eran su máscara para ocultar su irresponsabilidad política". Cualquiera que observe el comportamiento en ocasiones ridícula e inmotivadamente alegre de los venezolanos, tiene que coincidir con esa apreciación de Montaner.

Montaner dice: “Así era Cuba y llegará un momento en Venezuela, como ocurrió en aquel país, que se convertirá en delito el tener una carga afectiva positiva hacia alguien que tenga ideas políticas diferentes.... Hoy el cubano no es cordial, es sombrío y desconfiado".

En otro momento de la entrevista, Montaner dice: “El interés de los Castro por Venezuela es su riqueza petrolera y siempre estuvo dentro de sus objetivos”. Y agrega: “De otra parte, el interés de Chávez por Cuba es su sólido sistema de seguridad, el cual, Fidel Castro le vendió como la clave para retener el poder”.

Según Montaner: “Chávez aprendió de la mano de Fidel a desconfiar de su equipo de seguridad venezolana. Hoy Cuba le proporciona seguridad e información. Todo el sistema de espionaje venezolano fue montado por Cuba y es operado por cubanos que a su vez reportan a Castro. Por esa vía, el gobierno de Venezuela se convirtió en rehén de Castro. La ironía es que el castrismo está suministrando a Chávez lo mismo que Rusia suministró a la isla en los años sesenta: la construcción de la jaula cubana”.

Y, Montaner: “Venezuela poco a poco construye su jaula”, la misma que durante 50 años ha encerrado al pueblo cubano. Dice el periodista y sus palabras llaman a reflexión: “Cuando comenzó la revolución cubana, el gobierno de Fidel Castro no sabía cómo hacer un Estado totalitario. Podían tener la vocación, pero no sabían. Hacerlo es toda una técnica y “esa siniestra tecnología, aprendida de los rusos, es la que Fidel Castro puso a disposición de Hugo Chávez”

Para Montaner es “viable” instaurar un proyecto como el cubano en Venezuela, y opina, que si el costo para oponerse al proyecto político del mandatario venezolano es muy “alto”, es probable que los sectores del país que persisten en el juego de la “extrema cordialidad e indiferencia”, prefieran “acomodarse” antes que rebelarse. Montaner es lapidario: "Hay algo terrible en estas dictaduras y es que llega un punto, en que la rebelión es tan costosa y tan difícil que lo único que queda es escapar”.

Finaliza : “En aquellos pueblos donde el comunismo logró instalarse, éste sólo terminó cuando les invadió su propia miseria y desolación, nunca porque la gente lo haya aniquilado luchando contra los comunistas. En lo individual, sólo lo logran escapando de la jaula, al precio de pagar el intento con su vida. Se reduce el tiempo para que Chávez cierre el círculo aumentando la represión. Tiene el control de los tribunales y pronto, tendrá el control absoluto de los medios de comunicación, empresas, sindicatos y universidades. Cuando ello se cumpla... dará un portazo y cerrará la jaula”.
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JIMMY CARTER, EL FAVORITO DE LOS TOTALITARIOS

Uno de los más desprestigiados ex-presidentes de los Estados Unidos llegó ayer a España para apoyar al nacionalismo catalán en su empeño por ponernos de rodillas a todos los españoles (al módico precio de 100.000 euros, eso sí). Sin cortarse un pelo, dijo que “Cataluña y Estados Unidos compartimos el amor por la democracia y la libertad”. Se refería a la Cataluña del “cordón sanitario” contra la oposición democrática, de la imposición lingüística en las escuelas, de las multas a comerciantes que rotulan en castellano y de la violencia mafiosa contra quienes tienen la osadía de contradecir el pensamiento único nacionalista. ¿Será eso lo que Carter entiende por amor a la democracia y la libertad? No me extrañaría. Hagamos un repaso por el historial de peculiares servicios a la democracia de ese personaje.

Carter apoyó al sandinismo y al Ayatolá Jomeini. En 1978 estalló en Nicaragua la llamada “revolución sandinista”, que llevó a la instauración de un régimen liberticida controlado por la izquierda radical. Carter no sólo apoyó el nuevo régimen nicaragüense: entre 1979 y 1981 EEUU fue el principal sostén económico del sandinismo, aportando el 32% de la ayuda internacional a ese país (la dictadura castrista aportaba el 19%). El régimen sandinista no caería hasta 1990.


En febrero de 1979, siendo todavía presidente, Carter apoyó la llegada del Ayatolá Jomeini al poder en Irán, instaurando una dictadura islámica que lleva pisoteando los derechos humanos desde hace ya tres décadas. Unos meses después de su bajada de pantalones ante el fundamentalismo chiíta, éste se lo pagó asaltando la Embajada de EEUU en Teherán y secuestrando en ella a 66 diplomáticos y ciudadanos de EEUU durante 444 días. La crisis le costó la presidencia a Carter, que ya estaba muy minado políticamente por su desastrosa gestión económica.


Los nefastos efectos del apaciguamiento. Durante su presidencia (1977-1981), Carter quiso aplacar la amenaza soviética por la vía del apaciguamiento, una apuesta en la que ya habían fracasado Chamberlain y Daladier frente a Hitler en 1938. En 1977, en su Directiva Presidencial NSC-6, entonces secreta, Carter apuntaba: “he concluido que deberíamos tratar de lograr la normalización de nuestras relaciones con Cuba”. Igual que ocurrió con Hitler, los totalitarios vieron en los intentos de apaciguamiento de Carter un gesto de cesión que usaron en su provecho: durante el mandato de Carter la URSS y Cuba apoyan golpes de estado afines en Etiopía, Yemen del Sur y Afganistán y, finalmente, se produce la invasión soviética de este último país, sin que los EEUU reaccionaran en consecuencia, como reconoció en 1981 Zbigniew Brzezinski, catedrático de historia y consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca con Jimmy Carter.

Carter tampoco escatimó piropos a sangrientos dictadores. Al comunista yugoslavo Tito (con más de dos millones de víctimas) lo definió como “un hombre que cree en los derechos humanos”. Del comunista rumano Nicolae Ceaucescu (responsable de 80.000 asesinatos sólo para frenar -sin éxito- la revolución que acabó con él) dijo: “Nuestros objetivos son los mismos: tener un sistema justo de la economía y la política… Creemos en la mejora de los derechos humanos”. En su visita a Polonia en 1977, Carter dijo al mandatario comunista Edward Gierek: “Nuestro concepto de los derechos humanos se conserva en Polonia.”
La parcialidad de Carter en el conflicto palestino-israelí


También han sido objeto de polémica las excelentes relaciones entre Carter y Yasser Arafat, llegando a escribirle incendiarios discursos a éste. En uno de ellos, Carter escribió para ser leídas por Arafat unas palabras en las que hablaba de los palestinos como personas “que se enfrentan a las balas israelíes” pero “no tienen armas: sólo unas pocas piedras restantes cuando nuestras casas son destruidas por los bulldozers israelíes”. Carter no decía ni pío del armamento que tenía la OLP. Casualmente, el Carter Center recibe donaciones millonarias de países árabes como Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí.


Tal vez sea esto lo que explica la descarada falta de imparcialidad del ex-presidente en las cuestiones relativas a Oriente Medio, sus sistemáticas críticas a Israel y las acusaciones de racismo de Carter contra los israelíes, mientras se muestra muy comprensivo con la violencia palestina e incluso con su afición al terrorismo: “Es imperativo que la comunidad en general, los árabes y todos los grupos palestinos significativos dejen claro que van a terminar los atentados suicidas y otros actos de terrorismo, cuando las leyes internacionales y los objetivos últimos de la Hoja de Ruta para la Paz sean aceptadas por Israel“, escribió Carter hace tres años en su libro “Palestine: Peace Not Apartheid”. ¿Significa eso que hasta entonces considera legítimo el uso del terrorismo?


Un buen amigo de Hamás. Ciertos hechos evidencian, desde luego, que al ex-presidente no parece preocuparle la amenaza terrorista que se cierne sobre la única democracia de Oriente Medio, Israel, una amenaza que en Gaza tiene nombre propio: Hamás, una organización incluida en las listas de grupos terroristas de la Unión Europea y Estados Unidos. Hace dos años, Carter viajó a Oriente Medio para reunirse con la cúpula de Hamás, desoyendo las advertencias de la administración Obama. En la ciudad de Ramala, en Cisjordania, Carter abrazó a Nasser al-Shaer, uno de los principales líderes de Hamás. A mediados del pasado mes de junio, Carter pedía a Obama que sacase a Hamás de la lista de grupos terroristas. Según el ex-presidente, “los líderes de Hamas quieren la paz” no sólo con los demás palestinos, “sino también eventualmente con los israelíes”. Carter olvidó decir que a día de hoy la llamada Constitución de Hamás aún afirma:
El dia del juicio final no vendrá hasta que los musulmanes derroten a los judíos (y los asesinen), cuando los judíos se escondan detras de rocas y árboles, las rocas y los árboles dirán: “Oh Musulmanes, Oh Abdulla, aquí esta un judío escondiéndose, ven y mátalo”. Toda una demostración del ansia de paz de Hamás…

Carter, traidor a su propio país. La actuación de Carter a favor de países árabes llegó a su extremo más esperpéntico cuando Iraq, entonces bajo la dictadura de Sadam Hussein, invadió Kuwait en agosto 1990. El equipo del entonces presidente George Bush (padre) emprendió los contactos necesarios para organizar una coalición internacional a fin de liberar Kuwait de las fuerzas invasoras. En noviembre Carter escribió a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para pedirles que frustraran los esfuerzos de los EEUU por formar esa coalición. Pero el ex-presidente no se conformó con eso: seis días antes de la intervención militar internacional en Kuwait, el 10 de enero de 1991 Carter escribió a los gobiernos de Egipto, Arabia Saudí y Siria para pedirles que se opusieran a esa acción militar. Muchos consideraron la actuación de Carter como un acto de traición. No sería el último.

En 1994 el ex-presidente enfureció a la administración Clinton viajando a Corea del Norte en plena tensión entre ese país y EEUU por la decisión del dictador Kim Il Sung de procesar plutonio para hacer armas nucleares. Las intenciones de Carter eran claras: minar los intentos de que la ONU sancionara al régimen norcoreano. Carter piropeó al brutal déspota norcoreano, al que definió como “vigoroso” e “inteligente”. Dijo de Corea del Norte que no era una “una nación fuera de la ley” e incluso elogió al férreo régimen comunista diciendo que Pyonyang era una ciudad “animada”, comparándola con Americus (Georgia, EEUU). De locos. Pero el historial de zancadillas a la política exterior de su propio país no acaba ahí. Hace sólo una semana, Carter completaba su largo historial de servicios a las dictaduras pidiendo a Obama que levantase el bloqueo a Cuba.


El blanqueador de los pucherazos chavistas. Estos últimos años Carter se ha dedicado a avalar ante el mundo los comicios manipulados que han afianzado en el poder a un déspota como Hugo Chávez en Venezuela y a sus títeres en Bolivia, Evo Morales, y Ecuador, Rafael Correa. Chávez ha llegado a elogiar en público a Carter por los servicios prestados a su régimen. Y es que en el caso venezolano, la actuación del ex-presidente estadounidense roza lo escandaloso: la web del Carter Center no menciona las agresiones chavistas a la libertad de expresión y de información, pero critica a los medios venezolanos diciendo que “a menudo exacerban la brecha existente”. Y es que según el Carter Center, el problema en Venezuela es la “polarización de los medios”. Que a los periodistas de oposición les lleven detenidos o se cierren emisoras de radio y TV críticas con el gobierno, por lo visto, no es un problema.


En fin, a la vista de este currículum de favores a los enemigos de la libertad y de la democracia, podemos hacernos una ligera idea de cuál sería el resultado de una mediación de este personaje en Cataluña. Ya se pueden ir preparando los catalanes porque allí donde media Carter, salen ganando los totalitarios.

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