viernes, 17 de diciembre de 2010

CONTROLAR EL PODER. NELSON MAICA C. POLITICA

Confucio: “Recordar esto, hijos míos: el gobierno opresor es mas terrible que los tigres”.
El propósito de controlar el poder es una tarea muy antigua. Para los taoístas (siglo VI a.c.) es imposible controlar el poder, en consecuencia recomendaban y le anteponían la anarquía.
Los hijos de Confucio (551 – 479 a.C.), pensaban que el poder conllevaba cierta ética y practica que cambiaba a los poseedores de poder haciéndolos sabios, moderados y benevolentes.
En Grecia antigua, en casi todo su tiempo, edad oscura 1100 a.C., hasta los tiempos modernos, la democracia, la oligarquía y la tiranía, luchaban por imponerse. Con la democracia se pretendía reducir los abusos del poder, pero casi siempre era victima de la popularidad temporal de un demagogo.
Platón, 427-347 a.C., griego, filosofo, noble y aristócrata, buscándole solución al problema de controlar el poder, propuso el gobierno de hombres sabios.
Sidney James Webb, ingles, 1859 – 1947, político socialista fabiano, y su grupo, reformulo la proposición de Platón, en el sentido de que debería existir una oligarquía en la cual al poder le convendría ser ejercido por aquellos que tienen vocación para dirigir.
En el mundo, en el devenir, se ha observado la practica del poder como: autocracia incluida la militar; la monarquía en diversas facetas incluyendo la hereditaria; la oligarquía; la democracia; la teocracia; gobierno de santos y sabios; de liberales, de militares, demagogos, parlamentario, de consejos, de sóviets, de comunas, socialistas, comunistas, fascistas, social nacionalistas, socialdemócratas, socialcristianos, progres, elites, totalitarios, autoritarios, etc. etc.
Para los liberales, a la democracia con todas sus imperfecciones, ya la historia le otorgo reconocimiento por el logro de una parte de la solución de este problema, de controlar el poder.
La solución plena, como tal, todavía no se ha logrado ni practicado, todavía, a pesar del tiempo y la experiencia, se trabaja en eso y para eso, para que el pueblo, el ciudadano, controle el poder del gobierno.
Casi todas las críticas sobre la democracia desembocan en una afirmación parecida a la siguiente: la democracia no garantiza un buen gobierno; pero no cabe la menor duda de que es capaz de alertar algunos peligros a la sociedad, al pueblo, a los ciudadanos que la practican y suministrarles importantes tiempos de paz y prosperidad y progreso colectivo e individual.
Recordemos que la democracia ha evolucionado y sigue evolucionando. El parlamento del siglo XVIII y comienzos del XIX era favorable a los ciudadanos con bienes de fortuna en detrimento de los trabajadores urbanos y rurales; pero el liberalismo, mediante el impulso a la democracia, hizo posible las organizaciones sindicales y, en consecuencia, las conquistas reivindicativas de los trabajadores.
La historia nos muestra como en donde una minoría tiene un monopolio, como el caso de los rojos, rojitos, ahora, del poder político, la mayoría será empujada a aceptar algún tipo de esclavitud y/o servilismo.
De igual manera no se puede confiar en las minorías, robolucionarias, fanáticas y/o tipo mafia y/o tipo banda y/o tipo oligarquía, etc., etc., el cuido de los intereses de la mayoría.
Todavía persiste en el tiempo, en materia del poder político, las calificaciones de gobiernos buenos y malos. La oligarquía zarista era mala para los comunistas; pero la oligarquía comunista era buena para los comunistas. La oligarquía burguesa criolla es mala para los rojos rojitos; pero la oligarquía roja rojita, boliburguesa y corrupta nueva y actual es buena para los rojos rojitos. Esta actitud y práctica impide la vida social, económica, política, cultural, etc.
Por medio de la fuerza bruta, y para eso se están prestando los mandos de las fuerzas armadas, el gobierno rojo rojito pretende decidir y mostrar cual grupo de ciudadanos, cual parte del pueblo, es buena y cual es mala. Eso rompe la vida social, económica, política, cultural, etc., de un país. Y, sin correctivos inmediatos, lo lleva a la guerra civil.
Se olvida el gobierno que esa decisión, en cualquier momento y por cualquier minúscula, insignificante e insospechada causa puede revertirse, en un santiamén. Una insurrección popular, del pueblo, de los ciudadanos, casi nunca avisa. Ahí esta el muro de Berlin.
Toda vida social, política, etc., exige ciertas condiciones. No puede haber desarrollo de vida social, política, en donde quien tiene el gobierno no se preocupe por los intereses de sus oponentes; lo torturará permanentemente la idea de una insurrección, de una traición.
La vida social, política, etc., requiere de cierta imparcialidad porque debe estar, además, respaldada por una gran mayoría para que los asuntos de gobierno, que son acciones colectivas, beneficien a los gobernados y sus acciones no se conviertan en pancadas de una tiranía para beneficiar a una minoría.
Ojo. La democracia no es la única que puede y esta hecha y trabaja para controlar el poder. Una mayoría, en una democracia, puede también convertirse en una tiranía. El respeto y la salvaguarda de las minorías es una parte esencial de la democracia, pero también es una parte importante para el control del poder.
El papel que juega el pueblo, los ciudadanos, es sumamente importante para el control del poder.
El pueblo debería actuar, accionar en la calle, permanentemente sobre el poder, sobre el gobierno, mediante todo tipo de agites, en todos aquellos asuntos y/o intereses que le parezca o sientan que les afecta colectivamente. En su gran mayoría asuntos que tienen que ver con el ámbito en donde están asentados, en donde viven. Por ejemplo: vías de comunicación de todo tipo, aguas, alcantarillados, luz, gas, aire puro, plagas, sanidad y asistencia social, vivienda, guerras, seguridad, servicio civil, cárceles, aseo urbano, todo servicio publico. Preservar a toda costa la libertad y los derechos inalienables del hombre.
Afortunadamente en el mundo de hoy las cuestiones teológicas no tienen la misma importancia de años y épocas anteriores. Las diferencias políticas hoy no deberían ser motivo de persecución, afortunadamente las constituciones modernas lo impiden; pero los socialistas comunistas rojos rojitos parece que viven en la época de los dinosaurios y que ellos no necesitan que les respeten sus propios derechos humanos, ellos se muestran como que no son humanos.
Existe una realidad, aparentemente nueva, preocupante para conseguir el control del poder. En la democracia de hoy el ciudadano común aparentemente muestra poco o muy poco entendimiento, comprensión, parece no encontrarle algún sentido, importancia, a su relación con el poder político.
Todavía como que no esta muy claro con relación a la importancia de su voto, por los últimos altos niveles de abstención. Todavía como que no capta o acepta o percibe cuales son las consecuencias de una elección; pareciera que percibe como muy lejanas a su vida cotidiana, fuera de su experiencia y que su voto, en la practica, no tiene ningún valor, en consecuencia es despreciable.
Cuando la democracia se practicaba en ciudades estados pequeñas, las personas participaban mas personalmente, directamente o casi en su totalidad; pero en la medida que los estados son muy grandes y hay mas población apareció la representación, y parece que se ha hecho mas importante participar porque las decisiones afectan a mayor numero de personas.
Tal vez las materias que motivan más a las personas para participar en decisiones políticas, en elecciones, etc., son la guerra, las relaciones con potenciales enemigos y los efectos económicos en su estomago.
Pero debemos tener perfectamente claro que los organismos públicos, cualquiera de ellos, con sus acciones afectan los modos de vida de la población, del ciudadano. Y que por ejemplo, un hombre de negocios, a cualquier nivel, que no participe en la política no podrá intervenir en la mayoría de los asuntos locales, regionales y/o nacionales y/o internacionales que le interesen.
La democracia para existir necesita la organización de los diversos intereses y su representación en el ámbito político. Esa representación debería ser ejercida por ciudadanos que gocen del respaldo y del entusiasmo de sus representados. Así la democracia puede cumplir mejor la misión de controlar el poder.
El estado federal venezolano, descentralizado (art. 4 CN), y el gobierno (art. 6 CN), alternativo y de mandatos revocables, responden a los intereses y sentimientos de la población expresados en el año 1999. Es de hacer notar que la reelección sucesiva es contraria a esta constitución, por lo tanto es contraria al pacto político constitucional, es contraria a los sentimientos e intereses del pueblo. Eso debe ser revisado, así como toda la metodología para convertir votos en cargos.
La federación, la descentralización, la forma de estado federal, es una forma, también, que apunta al control, al limite, del poder y apunta, también, a que el ciudadano, las personas, el pueblo, este mas cerca del gobierno y lo pueda vigilar y controlar.
En la democracia se hace más importante la necesidad de que el ciudadano, el pueblo, se prepare y capacite para defenderse de las tiranías. Recordemos que las tesis sobre la separación de las ramas del poder público, los pesos y balances, varias doctrinas políticas y, en especial, la tesis liberal del siglo XIX, estaban dirigidas también a regular y controlar el poder.
Debemos estar claros, además, de que los métodos de los siglos XVIII y XIX para impedir los excesos y abusos del poder no se adaptan del todo al mundo de hoy y los nuevos métodos que se aplican todavía no dan sus frutos eficientemente, sobre todo en este supuesto país con esta nueva constitución.
Sentimos, cada día más, la necesidad y acciones contundentes de las asociaciones no gubernamentales para defender toda forma de libertad y para criticar constructivamente a la burocracia gubernamental, los organismos dedicados a la seguridad y a los magistrados y jueces que no cumplen o se exceden en sus actuaciones y prerrogativas.
Es necesario, para la salud de la vida en sociedad política, cierto equilibrio político en todas las ramas que tienen que ver con los servicios públicos. Esta, también es una forma de actuar para controlar el poder.
Atención especial merecen las policías (todo aparato represivo basado en la fuerza bruta y la violencia). Es un gran peligro para toda la sociedad el que cualquiera de las policías adquiera un poder independiente y nada deseable. Las policías deben ser excesivamente vigiladas y controladas tanto por los ciudadanos, el pueblo, como por la propia burocracia gubernamental y por los tribunales de justicia. Debería existir un órgano muy profesional exclusivo para vigilar las policías.
Uno de los puntos neurálgicos que han destacado ciertos especialistas en la materia para ejercer control sobre las policías es la conveniencia de que una confesión no sea aceptada como evidencia para apresar o condenar a un ciudadano, debe ser indispensable la evidencia, las pruebas, de diversa naturaleza e índole.
Los ciudadanos que respetan la ley merecen ser protegidos de igual forma y manera contra los excesos y abusos policiales. Y este es, también, una cualidad de no solo controlar el poder de la policía sino controlar igualmente el mismo poder del gobierno.
¿Estaremos a tiempo para controlar al rojo de hoy?

“Mientras mas corrupto es el Estado, mas numerosas son las leyes”
Cornelio Tácito, 55-120a.C, historiador, cónsul, senador, gobernador del imperio romano.
Caracas, 15/12/2010.

Nelson Maica
nelsonmaica@gmail.com
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