miércoles, 17 de noviembre de 2010

UNA NUEVA LÓGICA DE ASAMBLEA NACIONAL. JUAN DE DIOS RIVAS V. UTOPÍAS Y LÓGICAS

Los Parlamentos (Asamblea Nacional) son “para parlamentar, debatir civilizadamente, buscar puntos de acuerdo o encuentro, hacer contraloría de calidad a los poderes públicos, interpelar a los funcionarios públicos y a los ciudadanos, hacer leyes justas para todos, designar a otros poderes públicos, aprobar presupuestos, funcionarios diplomáticos y hacer seguimiento del acontecer de la República”. El País quiere ver a sus diputados cumpliendo con el mandato constitucional, dando ejemplos de sindéresis, sentido común, educación, capacidad intelectual y humana; el pueblo no quiere Diputados “focas” o “vende patria” o “serviles a intereses codiciosos y perversos”; por sentido común, los nuevos Diputados están a ahí para servir a un pueblo muy sacrificado, empobrecido y azotado por un caos que les impide vivir con felicidad y seguridad.
La Asamblea Nacional “AN”, está obligada a poner orden en el Estado. Se debe poner énfasis en concertar ‘Un Nuevo Pacto Social’, que sin duda debería plasmarse en una Constitución “de pocos artículos”; pero, que sea justa, equitativa y conceptualmente muy pluralista, democrática y de verdadero respeto para todos los ciudadanos, donde se castigue la corrupción, la delincuencia y el mal gobierno. La V República deja un déficit enorme de cumplimiento de promesas y realizaciones, que sea el pueblo y la historia quien juzgue, los Diputados a trabajar, a ser los más importantes pedagogos del país, a promover Paz, Trabajo y Bienestar. La naciente AN va (o debe) evitar que “implosione” el Estado por efecto de acumulación de crisis endógenas y exógenas de la finanzas publicas, pasivos laborales, falta de mantenimiento a la infraestructura vial y el Metro de Caracas, falta de millones de viviendas, pésimos salarios y sistema de seguridad social y salud colapsado, malas policías (por diversas razones) que permiten que a el pueblo lo asesinen sin contemplación. El gobierno debería reconocerlo (o si no la AN debería hacérselo reconocer) que la mala calidad de vida de hoy es el producto de desaciertos –intencionados y por mala praxis administrativa-, insistencia de recurrir a rotación de hombres corrompidos e ineptos, además persistir en la adopción de estrategias o políticas incoherentes, fracasadas y de poco valor técnico y científico. Es evidente que de seguir por ese camino, nada saldrá bien dentro de ese círculo vicioso. Por eso la AN debe actuar y corregir el rumbo del Estado-Nación.

Ya se observa el cansancio de esperar rectificaciones, cumplimiento de promesas, ver y oír echarle la culpa a los fantasmas (gringos, adecos-copeyanos o a la burguesía) de la infamia, son 12 años “por Dios ¿cómo puede ser posible esta mentira repetitiva?”. Si esto no cambia “urgentemente” vamos al despeñadero de la ingobernabilidad; hay que pararle a lo que dice la gente en todas partes; esa protesta de El Metro no fue preparada, fue espontánea y es la consecuencia de la rabia que está aflorando en todos los sitios, lugares y conversaciones.
Los ciudadanos en cualquier estrato o nivel social están reaccionando -poco a poco- ya el miedo comienza a transformarse en repudio e indignación contra la inseguridad asesina y los malos servicios públicos que acogota a Venezuela. Esto es el resultado del crecimiento de la pobreza, hoy hay pobreza y miseria en zonas que antes no la había, hoy los rojos–rojitos son los únicos que se hacen ricos, comen bien y son ostentosos; sin embargo, están preocupados “porque a ellos también los asaltan, matan y secuestran”; las esperanzas de los pobres mueren a diario en cada consejo comunal ¿o comuna?; en cada barrio los rojitos “más vivos” se reparten y se roban los pocos recursos que les bajan para atender los problemas graves de ranchos en riesgos de derrumbe, calles plagadas de huecos enormes y carencias de todo tipo. Sólo los activistas del PSUV y las “mafias saqueadoras” se están beneficiando de los reales “cada día más escasos”. La mayoría o casi todas las instituciones, o el poder público, no operan en función de verdades, moral y ética pública y menos sirve al bien común, son fichas en un juego macabro, que impone el zurdo de Miraflores. Esto no lo resiste ningún humano, sea cristiano, ateo, musulmán, taoísta, etc.

¿Qué hacer? Ponerle coraje y voluntad, hay que REPENSAR EL PAÍS Y LA ASAMBLEA NACIONAL TIENE LA PALABRA, ello implica utilizar una nueva lógica de entendimiento y concertación; ser civilizados no es renunciar a ideologías, doctrinas o convicciones, es simplemente “buscar un acuerdo parlamentario” con apego a realidades, sentido común y lógica, para lograr el bienestar, el desarrollo y la gobernabilidad.

El nuevo modelo de país -civilizado y humano- a construir requiere de innovar con sentido común, responsabilidad, amor a la patria y tener propuestas, planes e ideas para que el Estado sea fructificador, eficaz y capaz; es el deber ser de cada diputado, y si entre todos se logra reducir (lo lógico sería acabar) la pobreza, estaríamos cumpliendo con el mandato por el cual fuimos elegidos.
Los diputados y los gobernantes deben enfrentar (solucionar) a la pobreza en todas sus manifestaciones, sitios y consecuencias, el gobernante que recibe un municipio o un estado o un país o un consejo comunal, etc., etc., y se va del gobierno dejando los índices de pobreza en el mismo porcentaje que lo encontró o mayores, deberá paga –en castigo- un periodo igual (al que gobernó) en trabajos voluntario en la comunidad que esté más pobre en su jurisdicción donde se gobernó ¡hay que ser duro en el castigo a la demagogia, corrupción, ineficacia y fracaso!, sólo así saldremos adelante. En Venezuela, si se puede ser asertivo y servir eficazmente a un pueblo, lo lógico debería ser que pongamos a gobernar a gente sin vicios e intereses perversos. Se necesita gente con nuevos valores, ideales, procedimientos y actitudes, para asumir el poder. ¿Es posible organizar una fuerza de cambio político y social? Ello es obvio, sólo hay que organizarla y lograr la natural convergencia y concertación de gente de trabajo, emprendedores y descontenta con los malos hábitos y actitudes que nos condujeron hasta el fracaso de hoy. Hay cómo y con quién construir un amplio movimiento de factores de recambio, donde estén las fuerzas de los independientes, ni-ni, los frustrados del mal llamado proceso, gente humanista, cristianos, liberales y republicanos auténticos, desprendidos y probos. El Estado a estructurarse tendría una gerencia honesta y apta.

¿Entonces es posible una nueva política en Venezuela? Claro que sí, y es factible un Estado promotor, responsable, justo e impulsor de una nueva lógica de civilización y convivencia humana; hay que hacer de Venezuela un modelo de nación a seguir ¡que orgullo!, ese Estado fructificador debe proveer los derechos humanos fundamentales (educación, salud, vivienda, justicia e igualdad de oportunidades para todos) para ello, el sistema de gobierno será de valores y principios, basados en la moral humanista y en la ética de un PACTO SOCIAL UNIFICADOR, comprometido en un desarrollo socioeconómico planificado y concertado para erradicar la pobreza, sembrar el territorio de fábricas y empresas productivas, que exporten y mercadeen en el mundo global nuestros productos y salir del esquema mono productor, que nos ató a corrupciones y perversiones. Ello haría factible una democracia social y política de justicia distributiva, de régimen parlamentario muy representativo y pluralista, habría un ejecutivo nacional gerente, con credencial y apegado al deber ser, donde el poder sea distributivo, pluralista, alternado, descentralizado y vigilado por instancias ciudadanas “cogobierno social” y “red de diputados ciudadanos”, y entes contralores especializados y autónomos (no manipulable).
La nueva lógica de país se soporta en redefinir el sistema educativo –sin reprimir la libertad de enseñanza– que estimule las iniciativas –privadas y sociales- de enseñanza y posibilite el acceso a los conocimientos modernos, tecnológicos, humanos y que se fundamente en estudios de técnicas para el trabajo y el desarrollo industrial y fabril en todas las áreas o sectores de la economía; la nueva lógica de país debe garantizar una población mayoritaria de propietarios con conciencia del “deber social” y la “solidaridad vecinal”. Vamos a concertar esa Venezuela donde todos debemos ser felices.

Juan de Dios Rivas Velásquez
rvjuandedios@gmail.com
http://solidaridadindependiente.blogspot.com/
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