martes, 19 de octubre de 2010

SUGERENCIAS A LOS DOGMÁTICOS. EDDIE A. RAMÍREZ S.

La descalificación injusta a los nuestros por los nuestros dificulta la lucha por la democracia. No se trata de realizar acusaciones a quienes piensan diferente, sino de buscar consensos mínimos para derrotar al totalitarismo. Veamos algunas de las descalificaciones más frecuentes que utilizan quienes se creen dueños de la verdad.

1- "Como somos demócratas el voto es la única vía": esta aseveración no tiene sentido cuando nos enfrentamos a un régimen que viola la Constitución. Derrocar a Pérez Jiménez por medio de una insurrección fue válido y quienes participaron eran demócratas ¿Qué hacer cuando hay un Presidente electo pero que atropella a sus ciudadanos? ¿Permitirle sus abusos hasta que haya otra elección o proceder como los demócratas hondureños con Zelaya? No es este el espacio para la discusión de si hay golpes buenos o malos pero ¿acaso no hay golpes que dan los propios gobiernos aunque sean electos? Todo indica que en este momento lo procedente es intensificar las protestas y considerar que el voto es la opción con mayores probabilidades de éxito.

2- "Quienes votan son colaboracionistas": los que sostienen esta tesis piensan que las máquinas cambian la intención del voto, el Registro Electoral está abultado, existen miles de doble cedulados, en la sala de totalización alteran los resultados, qué dictador no sale con votos y que ni su familia lo apoya. Al respecto la experiencia indica que la trampa la realiza el oficialismo con el ventajismo de la campaña, en las mesas cuando no tenemos testigos y no recabamos las Actas. Ciertamente en el CNE pueden alterar los números pero ello puede ser detectado; seguramente algunos pueden votar más de una vez, pero no es algo masivo y con buena organización puede controlarse, y existen ejemplos de dictadores que han salido por votos. Además, los votos nos han dado algunos resultados positivos.

3- "Todas las acciones realizadas antes del 2006 fueron estupideces": quienes descalifican lo actuado no entienden que los ciudadanos deben reaccionar de inmediato cuando se atropella la Constitución y se cometen injusticias. Sería muy cómodo esperar que se den las condiciones óptimas para proceder. El mérito está en actuar corriendo el riesgo de fracasar. Fue necesario ir a un paro petrolero en abril 2002 para protestar y tratar de impedir la politización de Pdvsa; fue necesario el paro cívico apoyado por todos los partidos para exigir avances en la Mesa de Negociaciones y la realización del Referendo Revocatorio; fue necesario la plaza de Altamira para evidenciar que muchos militares tienen dignidad y fue necesario abstenernos en las parlamentarias del 2005 para denunciar la parcialidad del CNE. Todas estas acciones han contribuido al desprestigio y debilitamiento del régimen. Hoy apostamos al voto, lo cual es correcto, pero tengamos en cuenta que también seguiremos requiriendo la presión de acciones de calle.

Como en botica: El coronel Carlos Osorio, ministro de Alimentación, quiere privatizar Cargill y Polar. Con su ignorancia del tema contribuirá al desprestigio de nuestra Fuerza Armada. Extraña que Marino Alvarado, director de Provea, asegure la inocencia del etarra Arturo Cubillas, cuando su función debe ser garantizarle su derecho a la debida defensa. La Defensora del Pueblo debería saber que es el Estado el único que viola los derechos humanos. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com
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