“Comenzó como una tragedia y terminó como un milagro”
El 5 de agosto de este año una triste noticia dio la vuelta al mundo, 33 personas habían quedado prácticamente enterradas en las entrañas de una montaña en el desierto de Atacama en Chile a unos 800 kilómetros de su ciudad Capital Santiago.
Tras un derrumbe en la conocida mina San José donde se extrae cobre y oro, 33 mineros con edades que oscilan ente los 20 y 60 años quedaron aislados de la superficie a una profundidad de 700 metros donde cotidianamente laboraban.
A siete días del suceso el ministro de Minería Laurence Golborne afirmó ante una radio emisora que las posibilidades de rescatar con vida a estas personas eran casi inexistentes, sin embargo algunos familiares eran optimistas y pensaban que podrían estar con vida.
Vinieron días de incertidumbre y desasosiego de parte de los familiares y de todas las personas involucradas, el gobierno chileno decidió hacer todo lo posible por rescatarlos y no escatimó esfuerzos, por el contrario se dio a la tarea de forma inmediata para el posible rescate que ha sido un ejemplo de profesionalidad.
Luego de saberse que los 33 mineros estaban con vida en un refugio de la mina se diseñó un plan de rescate que consistía en cavar tres pozos diferentes pensando en que alguno de ellos podría enfrentar problemas o atrasos a la hora de la excavación. La labor la efectuó un grupo de 500 personas.
El rescate se programó cuidadosamente, se planificó la alimentación, la comunicación, y la preparación mental para la extracción, ningún detalle se obvió. El incidente que no tiene ningún antecedente en la historia, es único, su éxito se debe al esfuerzo y la tenacidad de muchos, refleja el ejemplo, el coraje, la valentía, la esperanza, y la solidaridad del ser humano.
Setenta días después se concretó el rescate, uno a uno los mineros fueron extraídos en la cápsula Fenix y recibidos por sus familiares y por todas las personas que se encontraban allí para recibirlos, entre ellas el presidente de Chile, Sebastián Piñera con su esposa y algunos de sus colaboradores, los trabajadores que ayudaron al rescate y cientos de corresponsales de todo el mundo que llegaron a transmitir el suceso.
Los mineros fueron transportados a un hospital para ser examinados adecuadamente, serán recompensados con un conjunto de premios que les han ofrecido; entre los mencionados están invitaciones para ver jugar al Real Madrid de España, al Manchester de Inglaterra, al Barcelona, a la selección chilena, regalos que incluyen ropa interior para sus allegados, cajas de vino, el ofrecimiento de 8000 euros a cada uno de ellos que hizo un empresario, viaje en un crucero y se estudia la posibilidad en el parlamento chileno de darles una pensión de gracia.
El rescate terminó el día 13-10-10 que al sumarlos nos da el número 33, número cabalístico que curiosamente ha aparecido como una constante en este evento desde que comenzó.
Enhorabuena, un suceso trágico termina como un milagro y se convierte en un hito histórico en el mundo.
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