Las personas más criticas son aquellas cuyo vacio espiritual es mayor
Tenemos que pedirle al Señor la gracia de detectar en nosotros toda esa complicidad con el MAL mediante la cual, en lugar de contrarrestarlo, le infundimos vida.
Cuando prestamos demasiada atención a lo que no "marcha bien", cuando lo convertirmos en el tema predilecto de nuestra conversación, cuando nos quejamos de nuestros problemas y nos desanimamos , terminamos proporcionando al MAL más consistencia de la que en realidad posee. Algunas veces, nuestra manera de deplorar el MAL sólo logra reforzarlo. En lo personal "No me voy a pasar la vida denunciando el PECADO-MAL: eso seria hacerle demasiado honor. Prefiero alentar el bien antes que condenar el MAL". Y creo que no estoy equivocad
o. La postura que aconsejo no es la del avestruz, que se niega a ver la realidad, ni la de impedir que se actúe, sino el optimismo propio de la caridad y del AMOR desinteresado que permite movilizar todas nuestras energias en pos del BIEN: el AMOR no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el MAL recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
El AMOR todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Está es una verdad que se aplica tambien hacia uno mismo: caminaremos de forma mucho más segura y eficaz si nos entregamos de lleno al BIEN que somos capaces de hacer, a pesar de nuestras fallas, que inquietándonos exageradamente por éstas. De igual modo, a cualquiera se lo alienta mejor hacia la conversión y el crecimiento espiritual animándolo con lo positivo antes que insistiendo en cada uno de sus errores. El BIEN posee más consistencia y entidad que el MAL, y su impulso es capaz de hacerlo triunfar sobre este último.
Reviste mayor importancia esa perversa satisfacción que se apodera de nosotros al detectar y poner en evidencia el MAL, con el propósito de justificar nuestros rencores y amarguras; lo cual representa una cómoda manera de desentendernos de lo que nos rodea, cuando en realidad el origen se encuentra en el vacio espiritual que anida en nosotros y en la insatisfacción que genera. Mas de una vez he constatado cómo las personas más criticas son aquellas cuyo vacio espiritual es mayor, y uno acaba preguntándose si es que algunos (a semejanza de lo que ocurre con ideologias como el marxismo), para existir, no se habrá tenido que fabricar enemigos; tan grande es su vacio interior.
Un Peatón sin Barreras
peatones.sin.barreras@gmail.com
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