Aunque estos días y por causa de la campaña electoral hayan insistido en que “esto” no es comunismo, lo es, ¡claro que lo es!
Escribo este artículo antes de conocer los resultados de las elecciones de ayer. Hoy sabremos si la mayoría legislativa seguirá impulsando el sistema comunista que desechó la mayoría del país hace dos años, y que de la manera más descarada, abusiva y arbitraria el Presidente Chávez y sus acólitos nos han imponiendo paso a paso en contra de nuestra voluntad, o si por el contrario, y a pesar de los abusos electorales y leyes anticonstitucionales, se impondrá la libertad. Es así de dramático.
Un amigo mío, Rolando Chacón, ha vivido en Alemania por más de tres décadas. Por supuesto, le tocó la época de las dos Alemanias. Él, que vivía en Alemania Occidental, vivió de cerca el "socialismo" cuando viajaba a la República “Democrática” de Alemania, como turista o por razones de su trabajo en las Universidades de Dresden o Leipzig. Es patético escuchar sus historias.
“Alemania Oriental daba pena, por el estado de atraso tecnológico. A quienes veníamos del oeste nos mantenían en constante observación. No nos permitían llevar ningún tipo de prensa, ni siquiera revistas. Nos obligaban a consumir cincuenta marcos alemanes diarios, un monto 1000 veces superior a lo que ganaba un obrero u operario en esa época.
Mi carro era exhaustivamente revisado. Hasta las llantas las desmontaban, para ver si el interior llevaba alguna "mercancía prohibida". Esto significaba un mínimo de tres a cuatro horas de requisa, porque en el socialismo ése era el modus operandi”.
A la vuelta de unos años, Rolando se fue a Berlín a echarle pico y pala al bien llamado “muro de la vergüenza" y se siente orgulloso de haber contribuido con su gesto a derribar un sistema que costó millones de muertes. Hoy se siente devastado al constatar los pasos que Venezuela da en ese sentido.
Y es que aunque estos días y por causa de la campaña electoral hayan insistido en que “esto” no es comunismo, lo es, ¡claro que lo es!
¡Qué angustia debe haber pasado la periodista Vanessa Davies cuando recibió la respuesta de Fidel Castro de que el socialismo del siglo XXI no era otra cosa que el comunismo, tal como lo definió Marx! Si ella no hubiera insistido, Castro no hubiera tenido chance de decir ante todo el mundo lo que en Venezuela todos sabemos: que vamos en rauda marcha hacia el comunismo.
¡Y pensar que cuando el Cardenal Urosa manifestó su genuina preocupación, fue insultado por el presidente Chávez y diputados de la Asamblea Nacional, más tarde interpelado y aún más, amenazado de “romper el acuerdo con el Vaticano”, hasta que Fidel Castro lo salvó “como la campana”!
Sólo espero que Venezuela no pase a ser el más reciente ejemplo del fracaso del comunismo en el mundo. El resultado no sería algo muy distinto a que dentro de cincuenta años un decrépito Chávez desde una paupérrima Venezuela le declare a un periodista gringo que el comunismo no funcionó. Que encima le advierta al mundo del peligro de una guerra nuclear (si es que todavía existe el mundo de aquí a allá, y si no existe tal vez sea por obra y gracia de su pana Ahmadinejad). Por supuesto, jamás mencionará que fue su mentor, Fidel Castro quien puso al mundo en jaque ante la amenaza más real que la humanidad haya vivido de una catástrofe nuclear, cuando les recomendó a los soviéticos considerar un ataque nuclear contra Estados Unidos. Y tal vez hasta manifieste, como abiertamente lo hizo Fidel Castro, una súbita simpatía por el Estado de Israel, con declaraciones pro-judías y en contra de Ahmadinejad.
¡Cuánto más nos costará esta marcha anti histórica! Veo con envidia los progresos de Colombia y Perú. La primera, decididamente actuando para acabar con las FARC, con una economía pujante y el país unido en el deseo de vivir en paz. El segundo, despegado a un porvenir de prosperidad para todos los peruanos. Atrás quedó la pesadilla de Sendero Luminoso.
Pero independientemente del resultado de las elecciones, los demócratas de este país seguiremos soñando, trabajando y luchando por un país mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.