Según los despachos de prensa, durante la audiencia de confirmación en el cargo como Embajador en Venezuela, Larry Palmer habría “advertido al Senado de la baja moral” de las fuerzas militares venezolanas y de “la intromisión de Cuba” en nuestro país. También habría dicho que Venezuela tiene la obligación de investigar las acusaciones formuladas por Colombia ante el Consejo Permanente de la OEA sobre la presencia de guerrilleros de las FARC y del ELN en Venezuela.
Independientemente de que todo eso es verdad, cuando leí las informaciones de prensa pensé que el candidato a Embajador en Venezuela había sido, por decir lo menos, imprudente con sus declaraciones y que ello podía descalificarlo para el cargo. Llegué incluso a pensar que, llegado el caso, no debería otorgársele el placet.
Pero corriendo el riesgo de caer en la boca de los chavistas como vendido al imperio, después de leer las respuestas por escrito del Embajador Palmer a las preguntas que le formuló, también por escrito el Senador Richard Luger, considero que la prensa tergiversó lo dicho por el candidato a Embajador en Caracas quien más bien fue sumamente discreto y cuidadoso en sus apreciaciones sobre la situación venezolana.
Luger le hizo doce preguntas a Palmer y éste respondió reflejando lo que ha sido la política de los Estados Unidos hacia Venezuela y la posición oficial del Departamento de Estado sobre la situación política, económica y social de nuestro país. También se refirió a informes de de entidades oficiales venezolanas (Banco Central, PDVSA) y recogió opiniones de analistas venezolanos e internacionales que son del dominio público.
El Embajador Palmer no inventó nada y más bien se cuidó de emitir opiniones personales. Cuando lo hizo empleó un lenguaje profesional, sereno y respetuoso hacia nuestro país:
“Si resulto confirmado, continuaré insistiendo en que el gobierno venezolano cumpla con sus obligaciones como miembro de la OEA e impida el uso de su territorio por miembros de organizaciones terroristas extranjeras”
“Los Estados Unidos tiene una relación energética mutuamente beneficiosa que esperamos ver que continúe”.
“Nuestro interés en la región es promover e impulsar la gobernabilidad y los valores democráticos”.
“Creo que los contactos pueblo con pueblo son importantes y tenemos la oportunidad de involucrar al pueblo de Venezuela en áreas de interés común que incluyen el comercio, la cultura, la democracia, la educación y los derechos humanos… Involucrando a todos los sectores del país espero fortalecer nuestros vínculos comunes y promover el dialogo sobre nuestros intereses comunes”
No puedo dejar de destacar, por su extrema importancia, lo que dijo en relación con la Carta Democrática Interamericana: “Creo que hay que hacer más para convertir la Carta Democrática en un instrumento más efectivo para la promoción y la defensa de la democracia, incluso en Venezuela. Se requiere más voluntad política de los Estados Miembros de la OEA, incluida Venezuela, para honrar los compromisos contraídos en la Carta y para cumplir plenamente sus normas democráticas.”
En todo caso el Embajador Palmer evidenció en sus respuestas una clara comprensión de la situación actual de nuestro país y, sobre todo, un firme propósito de contribuir a afianzar y consolidar las relaciones venezolano-norteamericanas.
Ojalá el gobierno no copie la actitud racista del articulista Clodovaldo Hernández quien en su artículo en este mismo diario (EU, 06-08-10, Pág.- 3-8) lo llama “negro con copete blanco” y otorgue el agrément cuando se lo soliciten.
adolfotaylhardat@gmail.com
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