No es a un magnicidio físico al que tiene que temerle sino al magnicidio político. EL primer disparo lo hizo el ex -presidente Uribe cuando denunció en la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), con pruebas, la presencia de la guerrilla en el territorio soberano de Venezuela. Lo desnudó ante el mundo. El segundo lo hace también Uribe anunciando su acusación en el Tribunal Internacional de la Haya por violación de los Derechos Humanos señalando las pruebas respectivas que el Tribunal Internacional deberá evaluar. Miedo. EL tercer disparo vino de Santos, actual Presidente de Colombia, que lo cita a un “cara a cara” y aquí en Colombia, no allá en Venezuela, porque aquí se disfruta de la “seguridad democrática”. Y para allá se fué mansa y rápidamente. Y como si no fuera todo esto suficiente CNN le hace el cuarto disparo sacando al aire un programa especial donde reporteros españoles con experiencia en zonas peligrosas, se metieron en territorio venezolano y conversaron con campesinos y guerrilleros. A solicitud de los oyentes el programa fue repetido varias veces. Como un cristiano no sabe odiar esto no debe alegrar a nadie. Esto lo que da es lástima. Pobre Hugo, en que lío estás metido tu y tus colaboradores más cercanos que son corresponsables…
HOMICIDIOS EN SECRETO.
La catarata de homicidios, eso, no importa ni amerita tampoco ser informado al país. La desidia oficial para detener ese aguacero semanal de venezolanos asesinados en las calles, eso, tampoco merece ser divulgado sino mantenido en secreto para no perjudicar al régimen que hace lo que puede aunque no se vean por ninguna parte los resultados. Imítenme a mí que jamás hablo de los homicidios en mis cadenas. Silencio respetuoso hacia los muertos. En la guerra de Afganistán no mueren tantos ciudadanos cada semana como en la tierra de Bolívar. Y a quien informe sobre esta matazón el estado comunista lo imputará pues para eso tiene todos los poderes del Estado a la orden. El caso de El Nacional y Tal Cual es patético. Como se niegan a ocultar la matanza de venezolanos, la mayoría de ellos jóvenes, están ahora siendo imputados. Este es el Socialismo del Siglo XXI, perdón, el Comunismo según dijo Fidel. Veamos si Hugo lo desmiente y llama a Fidel contra- revolucionario.
LEYES Y BANDOS.
El régimen desconoce tanto la Constitución como las leyes vigentes de la República Democrática. Impone, por la fuerza, sus “bandos militaristas”. De esta manera está creando un orden o mejor un desorden jurídico nuevo que responde a un estado comunista que es la meta final. No hay leyes sin respeto a la Constitución vigente y no hay Constitución nueva tampoco si el Soberano no la aprueba en elecciones transparentes. Lo otro es un montaje de normas que no obligan al ciudadano.
EL PAREDÓN ERA MEJOR.
Cuando se le quita la vida a un ciudadano por considerarlo enemigo de un régimen Comunista se está cometiendo un crimen contra una sola persona. Cuando, por incapacidad o por ser una política de Estado, todos los ciudadanos están expuestos por igual a ser asesinados en plena vía pública, especialmente los más jóvenes y pobres, se comete un crimen colectivo porque afecta a todos. En Cuba sucedía lo primero y en Venezuela está ocurriendo lo segundo. Sin duda que con el paredón se perdieron menos vidas. Aquí para generar terror no fusilan pero dejan matar que para el caso es lo mismo. O peor…
FIDEL DERRIBÓ LA FACHADA.
Hugo encubría su régimen comunista llamándole “democracia participativa y protagónica” como fachada para ocultarle la verdad a los venezolanos y al mundo entero. Ahora se topa con Fidel Castro, quien, resucitado, en una conferencia de prensa y a la pregunta de qué era el Socialismo Siglo XXI respondió, claro y raspado, que eso era Comunismo. Lo mismo pensaba Hugo cuando anunció que Venezuela iba para el mismo “Mar de la Felicidad” de Cuba. Lo mismo denunció Miquelena y lo mismo también dijeron el Cardenal Urosa y la Conferencia Episcopal. La verdad es que el pana Fidel, resucitado, lo dejó desnudo ante Venezuela y ante el mundo entero. Lo dejó como mentiroso. Y es que la verdad no puede nunca ocultarse. Siempre brilla al final. Como también brilla el amor frente al odio opaco.
Valentín Arenas Amigo. Profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela).
E-mail: alenri@gmail.com
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