La Mesa de la Unidad Democrática se dirige al país y a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional. Expresamos nuestra confianza en el patriotismo y lealtad constitucional de los oficiales generales y almirantes, oficiales superiores y subalternos, oficiales técnicos, tropa profesional, y personal alistado, a quienes saludamos con cordialidad venezolana.
Queremos compartir con el país nuestra preocupación sobre cómo se desvirtúa la misión de la FAN, para convertirla en un apéndice del partido de gobierno y del Presidente de la República.
Lo dijo el Soldado más completo de la República, el Mariscal Antonio José de Sucre, en fecha tan temprana como 1817. En una carta, le dice al Libertador Simón Bolívar lo que define a la Institución Armada, al hablar del general Mariño, expresa lo siguiente, “(…)Yo no dudo que el general Mariño se convendrá al orden no teniendo otro arbitrio sino ese o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria(…)”.
Sucre habló de la importancia de la disciplina y de la subordinación como pilares para el ejercicio de la autoridad dentro de la Institución Armada, y no de “guerrillas” como modelo militar.
Este principio lo recoge nuestra Carta Magna. En su Exposición de motivos, se afirma que “En el cumplimiento de sus funciones, la Fuerza Armada Nacional está al servicio exclusivo de la Nación y de la Constitución, en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia, y la subordinación conforme a lo establecido en la Constitución y en las leyes”.
El martes 13 de abril de 2010, el país fue testigo de un acto sin precedentes en la historia republicana. Un acto que irrespetó a los venezolanos y a las venezolanas, y a la Fuerza Armada Nacional. Un evento para amedrentar al país y a la FAN profesional, con un solo mensaje: que se está dispuesto a irrespetar la soberanía popular, la que se expresa mediante el voto, y para eso se apela al recurso de la amenaza con las armas. Amenaza, que también fue dirigida a la FAN.
Un evento insólito no sólo porque está al margen de los artículos 328 y 330 de la Constitución Nacional, sino porque también violó la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aprobada en 2008. Esta norma, en su artículo 43, establece que la Milicia, “Es un cuerpo especial organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Reserva Militar y la Milicia Territorial destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa Integral de la Nación, para contribuir en garantizar su independencia y soberanía”.
El día 13 de abril, el país fue testigo cómo el Presidente de la República, vistiendo un uniforme con un grado militar auto designado, convirtió un cuerpo creado por el Estado y que complementa a la FAN, en su ejército particular. Así se destruye la idea de la disciplina, del orden, y de la subordinación que caracteriza a la FAN, para llevarla a lo que el país civil y militar superó: las montoneras al mando de caudillos. La era de los guerreros “chopo e’piedra” del Siglo XIX.
Con el acto del 13 de abril, el Presidente asestó un golpe a la naturaleza profesional de la Fuerza Armada, que no es otra que la de defender la Carta Magna que los venezolanos se dieron en diciembre de 1999. Esa es la naturaleza del Ejército. Así lo dice el insigne poeta Andrés Eloy Blanco, “¿Qué es el Ejército? Es el pueblo uniformado que marcha hacia una idea o que reposa, custodiándola. Es la guardia armada de la Constitución. Y como la Constitución, se parece a sus autores. Su autor es el Pueblo, debe parecerse al Pueblo más que a un hombre”.
Disciplina no son sólo maniobras de formación y voces de mando. Disciplina es la sujeción a valores profesionales establecidos en la Carta Magna, y a la capacidad para hacerlos valer cuando aquéllos se violan de manera sistemática.
Pero el evento del 13 de abril no es sino un paso más –el más grave- dado por el gobierno para desvirtuar el propósito constitucional de la FAN, y convertirla en el apéndice armado de un partido y de un individuo. Para ese fin se le quiere reducir su carácter profesional, al oponerlo falsamente al pueblo, al decir que el profesional militar es la negación del pueblo, y que el verdadero militar es un guerrillero armado con un color político. Inventivas en lo que el gobierno sabe hacer: dividir al pueblo, y en el campo militar, eso pasa por la división de lo civil y de lo militar, que se esconde en una falsa “unidad cívico-militar”. No hay tal unidad, lo que hay es el uso ilegal y abusivo de un cuerpo del Estado para propósitos de ambición personal.
Ni Bolívar ni Sucre lucharon por eso. Tampoco fue la lucha de la generación civil y la generación militar que sentó las bases de la Patria. Esa generación tuvo como objetivo la paz, y ésta pasaba por la creación de una FAN profesional, alejada del caudillismo el cual fue el principal promotor de la violencia y de las guerras civiles que vivió el país desde su Independencia hasta 1903.
La profesionalización de la FAN hasta convertirla en una institución del Estado, es –junto a la expresión de la soberanía popular a través del voto y de la libertad- el logro más importante de la República. El Jefe del Estado quiere acabar con ese logro, con esa conquista de millones de venezolanos y venezolanas civiles y militares, para regresar a la Institución Armada a etapas superadas. En los gobiernos civiles, la FAN tuvo un desarrollo importante, y el mejor ejemplo es que, en los desfiles militares, cuando pasan las unidades y se dice la fecha de creación, la gran mayoría fueron creadas en los gobiernos civiles. Si algún gobierno entiende y respeta las necesidades de los militares, son los gobiernos civiles.
La Mesa de la Unidad Democrática reconoce el comportamiento institucional de los profesionales de la FAN en todos los grados y situación, en preservar el legado de Bolívar y Sucre. Esto no ha sido, no es, ni será fácil. Desde 1992, quienes hoy gobiernan se empeñan en desprofesionalizar a la FAN para convertirla en una montonera al mando de un caudillo con un grado militar, obtenido sin mayor brillo, sólo por el capricho de mandar, y para mandar mal.
Se han ensayado muchas vías para lograr este despropósito. Se involucra a la FAN en la administración pública, y en el uso de los dineros del Estado. Se usa de manera excesiva en tareas que van más allá de su deber constitucional. Se le obliga a participar en actos políticos. Se fuerza a sus integrantes a repetir una consigna como saludo, contraria a la Constitución Nacional. Se obliga a celebrar con desfiles militares fechas en que ocurrieron golpes de Estado. Se le exige a sus integrantes participar en eventos de corte partidista. Se obliga a estudiantes a desfilar vistiendo uniforme de campaña. Se obliga a maestros a inscribirse en una milicia. Se crean organismos paralelos para mediatizarla, porque no se confía en la FAN. Se le reorganizó para disminuir su capacidad operacional. Se centralizó todo en una instancia y en una persona. Se disminuyen sus centros de formación, como la Escuela de Aviación Militar. Se cambian sus símbolos, sus grados, el color de los uniformes, por el color de una ideología. Incluso, el tradicional paso redoblado se quiere sustituir por el “paso socialista”. Sus voceros no rinden cuentas sobre el gasto militar, y renunciaron a la soberanía, porque los anuncios de compra de armas, los hacen quienes las venden. No se ha presentado el Concepto Estratégico de la Nación. El Consejo de Defensa de la Nación (Codena), máximo organismo de consulta para los asuntos relacionados a la defensa del país, duerme el sueño de los justos. La Comisión de Defensa de la AN sólo escucha una sola y e impositiva voz. No hay “Libro blanco” de seguridad y defensa, como se estila en los países en donde hay una verdadera relación civil-militar. Tampoco se conoce el Concepto Estratégico de Guerra: se habla de guerra asimétrica, mientras se adquieren sistemas de armas para la guerra convencional. Cientos de profesionales militares están en sus casas. Otros han sido retirados o forzados a hacerlo. El Presidente de la República en un exceso, exige a los oficiales que pidan la baja, “si no están con el proceso”. Los ascensos militares hoy son un secreto. El narcotráfico señorea en el territorio nacional, junto a grupos irregulares que secuestran, matan, cobran vacuna, todo con la indiferencia del gobierno nacional. Se habla de la influencia del gobierno de Cuba sobre el aparato militar venezolano, con la presencia de comisarios políticos dentro de la FAN. Según voceros del gobierno, hay 15 millones de armas en la calle, muchas de ellas usadas para enlutar a familias en hechos delictivos, y otras tantas para agredir a la disidencia política. Aumentó el gasto en armas, pero no así la calidad de vida del personal militar. Al igual que la población civil, no se tiene una eficiente y amplia seguridad social para el personal militar, y es palpable la difícil situación económica de la mayoría de la oficialidad, con sueldos por detrás de la inflación, como son los ingresos de las familias venezolanas.
En resumen, el concepto del profesional militar, preparado, con una óptima calidad de vida, se quiere cambiar por el de un miliciano ideologizado, que vive en la precariedad económica. La idea de una FAN al servicio de la Nación y para la defensa de la soberanía, se transforma en una FAN al servicio de una persona y para la defensa de un gobierno.
Ninguna de estas iniciativas ha funcionado, ni va a funcionar. A pesar que el gobierno intenta hacer ver que la FAN es un apéndice del partido en el poder, la realidad es que salvo la cúpula que rodea al Jefe del Estado, la que tiene responsabilidad en permitir la personalización de la FAN, al evadir su deber constitucional; la convicción profesional de la FAN se mantiene. De aquí la amenaza a la FAN y al país el día 13 de abril. Esa convicción rechaza convertir a la Milicia en un ejército personal, y rechaza con mayor fuerza, que se pretenda amenazar con las armas de la República, al país y a la Institución Armada. La FAN es una institución con valores democráticos, y lucha y luchará por la vigencia de los mismos, junto a la sociedad. La verdadera integración civil y militar es la defensa de la democracia y de la Constitución Nacional.
La Mesa de la Unidad Democrática, en nombre de millones de venezolanos y de venezolanas, pide a los profesionales militares que no cesen en su empeño por mantener los valores profesionales y democráticos, que hoy son atacados por el gobierno. Sabemos que la mayoría de los militares rechaza la ideologización de la FAN, y diariamente tiene que lidiar con un gobierno que intenta acabar con la institución. Los exhortamos a defender los valores profesionales y democráticos que caracterizan la mejor tradición de la FAN desde la época de Bolívar y de Sucre.
En septiembre vamos a elecciones. Las fuerzas democráticas obtendrán una contundente victoria en la Asamblea Nacional. Una victoria que no será para aplastar ni para humillar. Será un mandato del pueblo para construir, a través de la legislación, el país previsto en el Preámbulo de la Constitución. La mayoría democrática que saldrá en los votos el 26 de septiembre, legislará para evitar que la FAN se convierta en un apéndice del partido de gobierno. Va a legislar para tener una FAN con un alto apresto operacional, y con una calidad de vida adecuada para todos sus integrantes.
La FAN está obligada a respetar el veredicto que la soberanía popular emita el 26 de septiembre, y rechazar cualquier intento para desvirtuar la voluntad de los electores. El país va hacia momentos estelares en su devenir político. La Mesa de la Unidad Democrática hace un llamado a todos, civiles y militares, a transitar juntos el camino de la paz, del equilibrio, de la responsabilidad, y del reconocimiento.
La Mesa de la Unidad Democrática invita al pueblo civil y al pueblo militar, a no caer en los planes del gobierno. A no entrar en el juego de dividir a la sociedad. De separar a los venezolanos y a las venezolanas. De dividir a la sociedad civil y a la sociedad militar. En pretender separar a sectores que reclaman unidad, concordia, entendimiento, paz, y diálogo. A los profesionales militares, la Mesa de la Unidad Democrática, en nombre de millones de venezolanos y venezolanas, le dice que ese juego del gobierno es falso, porque busca mantener el poder al precio de separar a personas e instituciones. Que busca sembrar el odio para seguir usufructuando los dineros públicos. El pueblo civil y el pueblo militar son uno solo, cuyo centro es la democracia y el respeto a la soberanía popular que se expresa en el voto.
A los militares profesionales de Venezuela, la Mesa de la Unidad Democrática, en representación de millones de venezolanos y venezolanas, se compromete a lograr una Patria próspera, en la cual todos y todas vivamos con bienestar, futuro, y libertad.
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES ASAMBLEA NACIONAL, UNIDAD ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
Queremos compartir con el país nuestra preocupación sobre cómo se desvirtúa la misión de la FAN, para convertirla en un apéndice del partido de gobierno y del Presidente de la República.
Lo dijo el Soldado más completo de la República, el Mariscal Antonio José de Sucre, en fecha tan temprana como 1817. En una carta, le dice al Libertador Simón Bolívar lo que define a la Institución Armada, al hablar del general Mariño, expresa lo siguiente, “(…)Yo no dudo que el general Mariño se convendrá al orden no teniendo otro arbitrio sino ese o el de ser un guerrillero en los montes de Güiria(…)”.
Sucre habló de la importancia de la disciplina y de la subordinación como pilares para el ejercicio de la autoridad dentro de la Institución Armada, y no de “guerrillas” como modelo militar.
Este principio lo recoge nuestra Carta Magna. En su Exposición de motivos, se afirma que “En el cumplimiento de sus funciones, la Fuerza Armada Nacional está al servicio exclusivo de la Nación y de la Constitución, en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la disciplina, la obediencia, y la subordinación conforme a lo establecido en la Constitución y en las leyes”.
El martes 13 de abril de 2010, el país fue testigo de un acto sin precedentes en la historia republicana. Un acto que irrespetó a los venezolanos y a las venezolanas, y a la Fuerza Armada Nacional. Un evento para amedrentar al país y a la FAN profesional, con un solo mensaje: que se está dispuesto a irrespetar la soberanía popular, la que se expresa mediante el voto, y para eso se apela al recurso de la amenaza con las armas. Amenaza, que también fue dirigida a la FAN.
Un evento insólito no sólo porque está al margen de los artículos 328 y 330 de la Constitución Nacional, sino porque también violó la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aprobada en 2008. Esta norma, en su artículo 43, establece que la Milicia, “Es un cuerpo especial organizado por el Estado Venezolano, integrado por la Reserva Militar y la Milicia Territorial destinada a complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa Integral de la Nación, para contribuir en garantizar su independencia y soberanía”.
El día 13 de abril, el país fue testigo cómo el Presidente de la República, vistiendo un uniforme con un grado militar auto designado, convirtió un cuerpo creado por el Estado y que complementa a la FAN, en su ejército particular. Así se destruye la idea de la disciplina, del orden, y de la subordinación que caracteriza a la FAN, para llevarla a lo que el país civil y militar superó: las montoneras al mando de caudillos. La era de los guerreros “chopo e’piedra” del Siglo XIX.
Con el acto del 13 de abril, el Presidente asestó un golpe a la naturaleza profesional de la Fuerza Armada, que no es otra que la de defender la Carta Magna que los venezolanos se dieron en diciembre de 1999. Esa es la naturaleza del Ejército. Así lo dice el insigne poeta Andrés Eloy Blanco, “¿Qué es el Ejército? Es el pueblo uniformado que marcha hacia una idea o que reposa, custodiándola. Es la guardia armada de la Constitución. Y como la Constitución, se parece a sus autores. Su autor es el Pueblo, debe parecerse al Pueblo más que a un hombre”.
Disciplina no son sólo maniobras de formación y voces de mando. Disciplina es la sujeción a valores profesionales establecidos en la Carta Magna, y a la capacidad para hacerlos valer cuando aquéllos se violan de manera sistemática.
Pero el evento del 13 de abril no es sino un paso más –el más grave- dado por el gobierno para desvirtuar el propósito constitucional de la FAN, y convertirla en el apéndice armado de un partido y de un individuo. Para ese fin se le quiere reducir su carácter profesional, al oponerlo falsamente al pueblo, al decir que el profesional militar es la negación del pueblo, y que el verdadero militar es un guerrillero armado con un color político. Inventivas en lo que el gobierno sabe hacer: dividir al pueblo, y en el campo militar, eso pasa por la división de lo civil y de lo militar, que se esconde en una falsa “unidad cívico-militar”. No hay tal unidad, lo que hay es el uso ilegal y abusivo de un cuerpo del Estado para propósitos de ambición personal.
Ni Bolívar ni Sucre lucharon por eso. Tampoco fue la lucha de la generación civil y la generación militar que sentó las bases de la Patria. Esa generación tuvo como objetivo la paz, y ésta pasaba por la creación de una FAN profesional, alejada del caudillismo el cual fue el principal promotor de la violencia y de las guerras civiles que vivió el país desde su Independencia hasta 1903.
La profesionalización de la FAN hasta convertirla en una institución del Estado, es –junto a la expresión de la soberanía popular a través del voto y de la libertad- el logro más importante de la República. El Jefe del Estado quiere acabar con ese logro, con esa conquista de millones de venezolanos y venezolanas civiles y militares, para regresar a la Institución Armada a etapas superadas. En los gobiernos civiles, la FAN tuvo un desarrollo importante, y el mejor ejemplo es que, en los desfiles militares, cuando pasan las unidades y se dice la fecha de creación, la gran mayoría fueron creadas en los gobiernos civiles. Si algún gobierno entiende y respeta las necesidades de los militares, son los gobiernos civiles.
La Mesa de la Unidad Democrática reconoce el comportamiento institucional de los profesionales de la FAN en todos los grados y situación, en preservar el legado de Bolívar y Sucre. Esto no ha sido, no es, ni será fácil. Desde 1992, quienes hoy gobiernan se empeñan en desprofesionalizar a la FAN para convertirla en una montonera al mando de un caudillo con un grado militar, obtenido sin mayor brillo, sólo por el capricho de mandar, y para mandar mal.
Se han ensayado muchas vías para lograr este despropósito. Se involucra a la FAN en la administración pública, y en el uso de los dineros del Estado. Se usa de manera excesiva en tareas que van más allá de su deber constitucional. Se le obliga a participar en actos políticos. Se fuerza a sus integrantes a repetir una consigna como saludo, contraria a la Constitución Nacional. Se obliga a celebrar con desfiles militares fechas en que ocurrieron golpes de Estado. Se le exige a sus integrantes participar en eventos de corte partidista. Se obliga a estudiantes a desfilar vistiendo uniforme de campaña. Se obliga a maestros a inscribirse en una milicia. Se crean organismos paralelos para mediatizarla, porque no se confía en la FAN. Se le reorganizó para disminuir su capacidad operacional. Se centralizó todo en una instancia y en una persona. Se disminuyen sus centros de formación, como la Escuela de Aviación Militar. Se cambian sus símbolos, sus grados, el color de los uniformes, por el color de una ideología. Incluso, el tradicional paso redoblado se quiere sustituir por el “paso socialista”. Sus voceros no rinden cuentas sobre el gasto militar, y renunciaron a la soberanía, porque los anuncios de compra de armas, los hacen quienes las venden. No se ha presentado el Concepto Estratégico de la Nación. El Consejo de Defensa de la Nación (Codena), máximo organismo de consulta para los asuntos relacionados a la defensa del país, duerme el sueño de los justos. La Comisión de Defensa de la AN sólo escucha una sola y e impositiva voz. No hay “Libro blanco” de seguridad y defensa, como se estila en los países en donde hay una verdadera relación civil-militar. Tampoco se conoce el Concepto Estratégico de Guerra: se habla de guerra asimétrica, mientras se adquieren sistemas de armas para la guerra convencional. Cientos de profesionales militares están en sus casas. Otros han sido retirados o forzados a hacerlo. El Presidente de la República en un exceso, exige a los oficiales que pidan la baja, “si no están con el proceso”. Los ascensos militares hoy son un secreto. El narcotráfico señorea en el territorio nacional, junto a grupos irregulares que secuestran, matan, cobran vacuna, todo con la indiferencia del gobierno nacional. Se habla de la influencia del gobierno de Cuba sobre el aparato militar venezolano, con la presencia de comisarios políticos dentro de la FAN. Según voceros del gobierno, hay 15 millones de armas en la calle, muchas de ellas usadas para enlutar a familias en hechos delictivos, y otras tantas para agredir a la disidencia política. Aumentó el gasto en armas, pero no así la calidad de vida del personal militar. Al igual que la población civil, no se tiene una eficiente y amplia seguridad social para el personal militar, y es palpable la difícil situación económica de la mayoría de la oficialidad, con sueldos por detrás de la inflación, como son los ingresos de las familias venezolanas.
En resumen, el concepto del profesional militar, preparado, con una óptima calidad de vida, se quiere cambiar por el de un miliciano ideologizado, que vive en la precariedad económica. La idea de una FAN al servicio de la Nación y para la defensa de la soberanía, se transforma en una FAN al servicio de una persona y para la defensa de un gobierno.
Ninguna de estas iniciativas ha funcionado, ni va a funcionar. A pesar que el gobierno intenta hacer ver que la FAN es un apéndice del partido en el poder, la realidad es que salvo la cúpula que rodea al Jefe del Estado, la que tiene responsabilidad en permitir la personalización de la FAN, al evadir su deber constitucional; la convicción profesional de la FAN se mantiene. De aquí la amenaza a la FAN y al país el día 13 de abril. Esa convicción rechaza convertir a la Milicia en un ejército personal, y rechaza con mayor fuerza, que se pretenda amenazar con las armas de la República, al país y a la Institución Armada. La FAN es una institución con valores democráticos, y lucha y luchará por la vigencia de los mismos, junto a la sociedad. La verdadera integración civil y militar es la defensa de la democracia y de la Constitución Nacional.
La Mesa de la Unidad Democrática, en nombre de millones de venezolanos y de venezolanas, pide a los profesionales militares que no cesen en su empeño por mantener los valores profesionales y democráticos, que hoy son atacados por el gobierno. Sabemos que la mayoría de los militares rechaza la ideologización de la FAN, y diariamente tiene que lidiar con un gobierno que intenta acabar con la institución. Los exhortamos a defender los valores profesionales y democráticos que caracterizan la mejor tradición de la FAN desde la época de Bolívar y de Sucre.
En septiembre vamos a elecciones. Las fuerzas democráticas obtendrán una contundente victoria en la Asamblea Nacional. Una victoria que no será para aplastar ni para humillar. Será un mandato del pueblo para construir, a través de la legislación, el país previsto en el Preámbulo de la Constitución. La mayoría democrática que saldrá en los votos el 26 de septiembre, legislará para evitar que la FAN se convierta en un apéndice del partido de gobierno. Va a legislar para tener una FAN con un alto apresto operacional, y con una calidad de vida adecuada para todos sus integrantes.
La FAN está obligada a respetar el veredicto que la soberanía popular emita el 26 de septiembre, y rechazar cualquier intento para desvirtuar la voluntad de los electores. El país va hacia momentos estelares en su devenir político. La Mesa de la Unidad Democrática hace un llamado a todos, civiles y militares, a transitar juntos el camino de la paz, del equilibrio, de la responsabilidad, y del reconocimiento.
La Mesa de la Unidad Democrática invita al pueblo civil y al pueblo militar, a no caer en los planes del gobierno. A no entrar en el juego de dividir a la sociedad. De separar a los venezolanos y a las venezolanas. De dividir a la sociedad civil y a la sociedad militar. En pretender separar a sectores que reclaman unidad, concordia, entendimiento, paz, y diálogo. A los profesionales militares, la Mesa de la Unidad Democrática, en nombre de millones de venezolanos y venezolanas, le dice que ese juego del gobierno es falso, porque busca mantener el poder al precio de separar a personas e instituciones. Que busca sembrar el odio para seguir usufructuando los dineros públicos. El pueblo civil y el pueblo militar son uno solo, cuyo centro es la democracia y el respeto a la soberanía popular que se expresa en el voto.
A los militares profesionales de Venezuela, la Mesa de la Unidad Democrática, en representación de millones de venezolanos y venezolanas, se compromete a lograr una Patria próspera, en la cual todos y todas vivamos con bienestar, futuro, y libertad.
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES ASAMBLEA NACIONAL, UNIDAD ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.