¡HASTA CUANDO! / DESDE PZA.VENEZUELA, CHACAITO Y EN TODA LA RUTA MARCHAREMOS
MARCHA ESTE SABADO DESDE PLAZA VENEZUELA, DESDE CHACAITO Y DESDE TODA LA RUTA HASTA PETARE, TODOS MARCHAREMOS
Ya lo hemos dicho: el régimen hará todo lo posible para revolcar a los demócratas en cualquier terreno, incluyendo el electoral. Por eso actúa con premeditación y alevosía. Modifica las leyes electorales, embasura el registro electoral y acomoda los circuitos. Pero, si con todo y eso sospecha que está perdido
MARCHA ESTE SABADO DESDE PLAZA VENEZUELA, DESDE CHACAITO Y DESDE TODA LA RUTA HASTA PETARE, TODOS MARCHAREMOS
Ya lo hemos dicho: el régimen hará todo lo posible para revolcar a los demócratas en cualquier terreno, incluyendo el electoral. Por eso actúa con premeditación y alevosía. Modifica las leyes electorales, embasura el registro electoral y acomoda los circuitos. Pero, si con todo y eso sospecha que está perdido¡Hasta cuándo!
SEGUIR EL EJEMPLO QUE CARACAS DIO
Pablo Aure
El sector democrático está transitando caminos paralelos, y no tengo dudas de que el oficialismo también. Se vislumbra el 26 de septiembre como la fecha en que tendrá lugar la elección de la nueva Asamblea Nacional, pero el comportamiento del régimen, así como el desespero opositor, nos hace pensar que en cualquier momento pudiera saltar un conejo para anarquizar más de lo que está el país.
El mundo militar es hermético. Me refiero a los militares astutos. Ellos sólo filtran lo que les conviene. De lo demás nadie puede enterarse sino hasta que ocurre el acontecimiento.
Al parecer, parte de lo que está detrás de ese hermetismo estuvo a punto de expresarse el pasado miércoles en la noche, cuando los caraqueños al ritmo de cacerolas, cuales tambores de guerra, invocaban la bajada de los cerros. Chávez reculó con la medida del racionamiento eléctrico en Caracas porque le informaron que en sus narices se cocinaba un nuevo caracazo (y si de algo sabe el presidente es, precisamente, definir cuándo tiene que correr). Hasta los momentos ese instinto le ha dado buenos resultados. No le importa rendirse, esconderse, echarle la culpa a otros de su incapacidad y fracaso. No tiene escrúpulos. Por eso, ese hombre es un peligro. No le importa sacrificar a la nación, con tal de permanecer en el poder. Eso es lo que ha hecho a lo largo de los años que discurren desde su inscripción en la Academia militar, hasta nuestros días: engañar.
Pues bien, hemos dicho que hay dos caminos por donde transitan tanto el oficialismo como el sector democrático. Uno, es el de la elección de la nueva Asamblea Nacional, y el otro, quizá, es el de darle una patada a la lámpara. Este camino evitaría continuar con el cronograma electoral. Debemos advertir que la vía electoral también puede ser interrumpida por acciones espontáneas del pueblo no militante partidista, que es la mayoría. La escasez de agua, de luz, y de alimentos, serían los detonantes. Sólo falta uno de esos.
Mientras siguen transcurriendo los días, no podemos descuidarnos, y saber que en cualquier momento se nos puede presentar algo que anarquice más de lo que está al país, y para eso debemos estar preparados, organizados y unidos. Ahora, si todo sigue igual y llegamos al 26 de septiembre sin ninguna novedad, pues entonces también debemos estar organizados, y sobre todas las cosas unidos. No esperemos que nos agarre el catarro sin pañuelo. Estamos a tiempo.
Ya lo hemos dicho: el régimen hará todo lo posible para revolcar a los demócratas en cualquier terreno, incluyendo el electoral. Por eso actúa con premeditación y alevosía. Modifica las leyes electorales, embasura el registro electoral y acomoda los circuitos. Pero, si con todo y eso sospecha que está perdido, no tengo dudas de que hará lo que esté a su alcance para suspender las elecciones, y pudiera ser con una sentencia del sumiso Tribunal Supremo de Justicia que las impida.
Tarea de la sociedad civil
A propósito del evento electoral, la sociedad civil tiene una misión importantísima que cumplir. De la misma manera como en el 2005 se presionó a los partidos políticos para no presentarse en las elecciones de diputados, ahora, se debe presionar para que se produzca la unidad, so pena de ser sancionados con el reproche generalizado que seguramente se traduciría en una abstención descomunal.
Sabemos que los partidos están conformados por seres humanos, lo que significa que tienen defectos. Todos los tenemos. Pero, como dicen, eso es lo que hay. Son nuestros partidos, no tenemos otros. La sociedad civil, los independientes, los no afiliados a ninguna organización partidista, tenemos que exigirles que sepan entender que en la medida que procuren la unidad y seleccionen a los mejores candidatos tendrán mayor respaldo de la gente. Si se empeñan en colocar personas sin méritos seguirán obteniendo los mismos resultados.
A aquellos independientes o individualidades que con legítimo derecho creen que pueden hacer un buen papel en la futura Asamblea Nacional, les ruego que no es el momento de personalismos, que sólo con la unidad podremos decirle al régimen que tenemos vigorosos músculos, desunidos seguiremos siendo raquíticos frente al monstruo gubernamental.
Unidad carabobeña
Está llegando el momento de las definiciones. Los carabobeños no podemos darnos el lujo de presentarnos divididos. Sabemos lo que eso significaría.
Desde esta tribuna hago un llamado a la reflexión. Ayudemos a la mesa de la unidad para que seleccione a los mejores. Pidámosle a la organización política Proyecto Venezuela que piense en el país. Nadie duda de que constituyen el factor de mayor peso partidista en la región. Que todos son indispensables para conquistar la unidad, que respete los liderazgos naturales. Tampoco tengo dudas de que de su seno saldrían buenos candidatos. Pero también de Acción Democrática, de Copei, de Primero Justicia, de otras organizaciones políticas y de los independientes. Lo que al pueblo no le gusta es la prepotencia. La humildad y el desprendimiento tiene mejores y mayores aliados.
Pero así como le podemos reclamar a Proyecto Venezuela humildad, también a algunos personeros que por haber estado presos, o salido unas cuantas veces en televisión o en los periódicos se sienten con un derecho pleno de formar parte de la próxima Asamblea Nacional, que va. Venezuela en este momento no quiere individualismo, sino unidad.
A aquellos que se lancen desafiando el sentir unitario, empeñándose en postularse como candidatos, tenemos que identificarlos y señalarlos como colaboradores del régimen.
Hoy los partidos tienen que recuperar el sentido de grandeza que algún día tuvieron; y eso sólo lo lograrán si saben interpretar el sentir popular.
Provincia subestimada
En Caracas suspenden el racionamiento de luz pero lo mantienen en las provincias. La única explicación a eso es el temor que le tienen a Caracas, donde comprobadamente se fraguan los movimientos fuertes y determinantes. Es lamentable que los valencianos no hemos comprendido aun que la calle nos puede devolver muchas cosas, empezando por la luz, el agua y poco a poco la libertad. Insisto, una y mil veces: las dictaduras no se combaten de una manera distinta a la de la protesta callejera con arrojo y sin temor. No esperemos a que nos quiten todo. Es preferible arriesgar el presente antes que resignarnos a perder nuestro futuro. Hoy le digo a nuestro gobernador: retomemos aquella consigna que en algún momento caló bastante: “unidos pueblo y gobierno, Carabobo avanza”; únase y confúndase con el pueblo, para que logremos avanzar hasta reconquistar lo que nos han arrebatado: la libertad.
Pablo Aure
pabloaure@gmail.com
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El sector democrático está transitando caminos paralelos, y no tengo dudas de que el oficialismo también. Se vislumbra el 26 de septiembre como la fecha en que tendrá lugar la elección de la nueva Asamblea Nacional, pero el comportamiento del régimen, así como el desespero opositor, nos hace pensar que en cualquier momento pudiera saltar un conejo para anarquizar más de lo que está el país.
El mundo militar es hermético. Me refiero a los militares astutos. Ellos sólo filtran lo que les conviene. De lo demás nadie puede enterarse sino hasta que ocurre el acontecimiento.
Al parecer, parte de lo que está detrás de ese hermetismo estuvo a punto de expresarse el pasado miércoles en la noche, cuando los caraqueños al ritmo de cacerolas, cuales tambores de guerra, invocaban la bajada de los cerros. Chávez reculó con la medida del racionamiento eléctrico en Caracas porque le informaron que en sus narices se cocinaba un nuevo caracazo (y si de algo sabe el presidente es, precisamente, definir cuándo tiene que correr). Hasta los momentos ese instinto le ha dado buenos resultados. No le importa rendirse, esconderse, echarle la culpa a otros de su incapacidad y fracaso. No tiene escrúpulos. Por eso, ese hombre es un peligro. No le importa sacrificar a la nación, con tal de permanecer en el poder. Eso es lo que ha hecho a lo largo de los años que discurren desde su inscripción en la Academia militar, hasta nuestros días: engañar.
Pues bien, hemos dicho que hay dos caminos por donde transitan tanto el oficialismo como el sector democrático. Uno, es el de la elección de la nueva Asamblea Nacional, y el otro, quizá, es el de darle una patada a la lámpara. Este camino evitaría continuar con el cronograma electoral. Debemos advertir que la vía electoral también puede ser interrumpida por acciones espontáneas del pueblo no militante partidista, que es la mayoría. La escasez de agua, de luz, y de alimentos, serían los detonantes. Sólo falta uno de esos.
Mientras siguen transcurriendo los días, no podemos descuidarnos, y saber que en cualquier momento se nos puede presentar algo que anarquice más de lo que está al país, y para eso debemos estar preparados, organizados y unidos. Ahora, si todo sigue igual y llegamos al 26 de septiembre sin ninguna novedad, pues entonces también debemos estar organizados, y sobre todas las cosas unidos. No esperemos que nos agarre el catarro sin pañuelo. Estamos a tiempo.
Ya lo hemos dicho: el régimen hará todo lo posible para revolcar a los demócratas en cualquier terreno, incluyendo el electoral. Por eso actúa con premeditación y alevosía. Modifica las leyes electorales, embasura el registro electoral y acomoda los circuitos. Pero, si con todo y eso sospecha que está perdido, no tengo dudas de que hará lo que esté a su alcance para suspender las elecciones, y pudiera ser con una sentencia del sumiso Tribunal Supremo de Justicia que las impida.
Tarea de la sociedad civil
A propósito del evento electoral, la sociedad civil tiene una misión importantísima que cumplir. De la misma manera como en el 2005 se presionó a los partidos políticos para no presentarse en las elecciones de diputados, ahora, se debe presionar para que se produzca la unidad, so pena de ser sancionados con el reproche generalizado que seguramente se traduciría en una abstención descomunal.
Sabemos que los partidos están conformados por seres humanos, lo que significa que tienen defectos. Todos los tenemos. Pero, como dicen, eso es lo que hay. Son nuestros partidos, no tenemos otros. La sociedad civil, los independientes, los no afiliados a ninguna organización partidista, tenemos que exigirles que sepan entender que en la medida que procuren la unidad y seleccionen a los mejores candidatos tendrán mayor respaldo de la gente. Si se empeñan en colocar personas sin méritos seguirán obteniendo los mismos resultados.
A aquellos independientes o individualidades que con legítimo derecho creen que pueden hacer un buen papel en la futura Asamblea Nacional, les ruego que no es el momento de personalismos, que sólo con la unidad podremos decirle al régimen que tenemos vigorosos músculos, desunidos seguiremos siendo raquíticos frente al monstruo gubernamental.
Unidad carabobeña
Está llegando el momento de las definiciones. Los carabobeños no podemos darnos el lujo de presentarnos divididos. Sabemos lo que eso significaría.
Desde esta tribuna hago un llamado a la reflexión. Ayudemos a la mesa de la unidad para que seleccione a los mejores. Pidámosle a la organización política Proyecto Venezuela que piense en el país. Nadie duda de que constituyen el factor de mayor peso partidista en la región. Que todos son indispensables para conquistar la unidad, que respete los liderazgos naturales. Tampoco tengo dudas de que de su seno saldrían buenos candidatos. Pero también de Acción Democrática, de Copei, de Primero Justicia, de otras organizaciones políticas y de los independientes. Lo que al pueblo no le gusta es la prepotencia. La humildad y el desprendimiento tiene mejores y mayores aliados.
Pero así como le podemos reclamar a Proyecto Venezuela humildad, también a algunos personeros que por haber estado presos, o salido unas cuantas veces en televisión o en los periódicos se sienten con un derecho pleno de formar parte de la próxima Asamblea Nacional, que va. Venezuela en este momento no quiere individualismo, sino unidad.
A aquellos que se lancen desafiando el sentir unitario, empeñándose en postularse como candidatos, tenemos que identificarlos y señalarlos como colaboradores del régimen.
Hoy los partidos tienen que recuperar el sentido de grandeza que algún día tuvieron; y eso sólo lo lograrán si saben interpretar el sentir popular.
Provincia subestimada
En Caracas suspenden el racionamiento de luz pero lo mantienen en las provincias. La única explicación a eso es el temor que le tienen a Caracas, donde comprobadamente se fraguan los movimientos fuertes y determinantes. Es lamentable que los valencianos no hemos comprendido aun que la calle nos puede devolver muchas cosas, empezando por la luz, el agua y poco a poco la libertad. Insisto, una y mil veces: las dictaduras no se combaten de una manera distinta a la de la protesta callejera con arrojo y sin temor. No esperemos a que nos quiten todo. Es preferible arriesgar el presente antes que resignarnos a perder nuestro futuro. Hoy le digo a nuestro gobernador: retomemos aquella consigna que en algún momento caló bastante: “unidos pueblo y gobierno, Carabobo avanza”; únase y confúndase con el pueblo, para que logremos avanzar hasta reconquistar lo que nos han arrebatado: la libertad.
Pablo Aure
pabloaure@gmail.com
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