ECONOMÍA DEVALUADA, ALEJANDRO HINDS R.

El ajuste cambiario no sólo traerá más inflación sino que deprecia el valor en dólares del producto interno bruto y el salario mínimo.

La economía venezolana era, antes de la devaluación del viernes pasado, la cuarta más grande de América Latina y la trigésima primera (31º) del planeta.

Pero el ajuste cambiario anunciado por el presidente Hugo Chávez, que aumenta el valor del dólar a un promedio de 3,45 bolívares fuertes, hace que el país descienda varios escalones en esta clasificación.

La cuenta es sencilla. Según las estadísticas oficiales del Banco Central de Venezuela, el Producto Interno Bruto en términos nominales sumó 673.727 millones de bolívares fuertes al cierre de 2008 (se toman las cifras de ese año no sólo porque las de 2009 todavía no están disponibles, sino para facilitar la comparación con el resto del mundo).

Este monto –convertido al tipo de cambio oficial de 2,15 bolívares fuertes que estuvo vigente durante casi cinco años– se traducía en un PIB nominal de 313.361 millones de dólares, lo cual colocaba a Venezuela por detrás de Brasil, México y Argentina en la región latinoamericana y a la zaga de una treintena de países en el ámbito mundial.

Pero a una tasa de 3,45 bolívares fuertes –promedio entre el tipo de cambio preferencial de 2,60 y el llamado “petrolero” de 4,30– el PIB nominal del país cae a 195.283 millones de dólares.
Así la economía venezolana cede un lugar en el ranking regional (superada por Colombia) y trece puestos en la clasificación planetaria (hasta la posición 44).

La devaluación del bolívar también impacta de forma negativa al ingreso per cápita (resultado de dividir el Producto Interno Bruto entre el número de habitantes del país). Éste, calculado al antiguo tipo de cambio, ascendía hasta 12.052 dólares, situando a Venezuela como líder de América Latina y número 53 del mundo.

Un PIB nominal de 195.283 millones de dólares, sin embargo, reduce el ingreso per cápita de los venezolanos a 7.511 billetes verdes. Por lo tanto, la nación pasa del primero al sexto lugar de la región (detrás de México, Chile, Uruguay, Argentina y Brasil) y retrocede quince escalafones en la clasificación global (pasando del puesto 53 al 68).

SALARIO DEPRECIADO

La devaluación, por otra parte, impedirá que los funcionarios del gobierno nacional sigan alardeando con el hecho de que los trabajadores venezolanos cuentan con el sueldo mínimo más alto de América Latina.

El ingreso base del país se encuentra actualmente en 959 bolívares fuertes mensuales, que representaban 446 dólares con la anterior paridad oficial.

Sólo convirtiendo el salario básico al tipo de cambio preferencial de 2,60 bolívares fuertes, lo que arroja un resultado de 3,69 dólares, Venezuela pudiera conservar la primera posición latinoamericana. A la tasa promedio de 3,45 bolívares fuertes, el sueldo mínimo se reduce a 278 dólares, dejando al país por detrás de Argentina (310 dólares).

El resultado es todavía peor si el tipo de cambio que se toma en cuenta para hacer el cálculo es 4,30 bolívares fuertes por dólar. Entonces el salario básico desciende a 223 dólares, haciendo que Venezuela caiga al quinto lugar de la región (por detrás de Argentina, Chile, Brasil y Colombia).

AUMENTO PROPORCIONAL

La devaluación, al depreciar el valor en dólares de la deuda interna, hace que los compromisos venezolanos se reduzcan de 50.335 millones a 42.633 millones de dólares.

Pero esta disminución nominal oculta un aumento en términos porcentuales. El endeudamiento de 50.335 millones equivalía al 16,1% del PIB de 313.361 millones, mientras que las deudas de 42.633 millones representan 21,8% del producto de 195.283 millones.

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