miércoles, 25 de noviembre de 2009

LA ECONOMÍA LO DOBLEGARÁ SIN PIEDAD, ROBERTO CARLO OLIVARES

Si este año ha sido infinitamente catastrófico para los venezolanos, el que viene será todavía peor. Sobre todo en el plano económico. Mientras que el dictador bipolar anda desatado buscando “camorra” con medio mundo, la economía sufrió una desaceleración estrepitosa en los dos últimos trimestres del año. El Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro ex país, registró una contracción de 4,5% en el tercer trimestre del año, lo que aunado a la contracción del segundo trimestre, se traduce oficialmente en una recesión. Por lo menos así se maneja desde el punto de vista macroeconómico a nivel internacional.

Algo que obviamente ni el monarca caribeño, ni sus payasos de comparsa, aceptarán bajo ningún concepto. Ya saldrán con cualquier necedad virtual, alegando pamplinadas para desacreditar a los economistas y continuar engañando a diestra y siniestra. Pero, ni los números ni la matemática fallan, son exactos e inequívocos. El barranco por el que se precipita el país es dramático y permite vaticinar una desolación total. Solo basta preguntarle al ciudadano de a pie, que aunque no conoce de índices macroeconómicos, es experto maromeando con los “reales”. Los demonios se han desatado y el año que viene será apocalíptico.

Las exportaciones a los EE.UU. han disminuido en un 50%, algo nunca experimentado en nuestros años de democracia “marchita”, y causal determinante de nuestra penuria actual. El desplome fue irreverente y nuestras ventas petroleras al gigante del norte,alcanzaron únicamente la suma de 8.237 millones de dólares. La contracción fue precisamente de 8 mil millones de dólares, si se compara con el año anterior. En el mismo periodo del año pasado, la suma llegaba a 16.807 millones de dólares americanos. Cifras ofrecidas por Venamcham (Cámara Venezolana-Americana de Industrias y Comercio).
La caída de la economía venezolana, se ha sentido copiosamente en el sector petrolero, que ha retrocedido en un -9.5% en lo que va de año. Y como somos un país netamente monoproductor, estamos precisamente a la merced de los embates petroleros. Según los expertos, la contracción de la economía es todavía más aguda, y las cifras del Banco Central de Venezuela han sido maquilladas para evitar el pánico y la fuga de capitales. Algo que sabe hacer magistralmente este desgobierno, desinformar y engañar a placer. No sabe Hugo I de Barinas lo que se le viene encima.

Es la economía Hugo Rafael, no hay babalao cubano, ni santero africano que la levante.

De repente será la bendita economía la que lo destrone finalmente, como siempre ha dicho el cronista Rafael Poleo, el muchachón tiene mucho tiempo jugando en las Grandes Ligas y su talento no pasa de “caimaneras” callejeras. Es el inexorable peso del destino. Una cosa es robarse los votos y hacer fraude continuado, otra muy distinta es tratar de apaciguar el hambre con discursos obscenos, y mandar a la gente a dormir famélicos en nombre de la anacrónica robo-ilusión.

Sin agua, sin luz, sin comida y secuestrados por el hampa, no creo que la “totuma” del dictador de para tanto.

O termina de imponer su dictadura férrea y despótica a la cubana, o seguramente terminará de florecer el germen impredecible de la rebelión. Ni los déspotas más acérrimos e inteligentes de la historia moderna universal, han podido contener a un pueblo hambriento, burlado y trastocado.

El proceso continúa y la procesión va por dentro, al dictador no le temen, le temen al hambre y al hampa. Hace tiempo que dejaron de respetarlo. El círculo cada día se cierra más, y aunque la dirigencia opositora y tarifada le siga haciendo el juego electoral al tirano caribeño, el encoleramiento general se cocina a fuego lento.

Una pantomima electoral fueron las risibles elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), realizadas este fin de semana pasado. La abstención rondó el 70% y según cifras internas del mismo partido, solo sufragaron 950 mil personas. No llegaron ni al millón de militantes. ¿Dónde están entonces los 8 millones de comunistas de los que tanto alarde hace el ex militar golpista y su combo de mercenarios? Me imagino que están en la sala virtual del Consejo Nacional Electoral, y en los cheques jugosos que reparte la dictadura a la dirigencia apátrida opositora. Síganse prestando a la farsa electoral, que el sabio pueblo se encargará de ustedes oportunamente y sin vacilaciones.

Aunque no llego hasta el punto de pronosticar la salida del dictador en el año 2010, puedo dar fe de que la fetidez que emana de Miraflores, tiende a recrudecerse de manera exponencial. Ojo que se inventan diligentemente un incidente militar en la frontera con Colombia, o un intento frustrado de magnicidio en cadena nacional de radio y televisión, para terminar de arrasar con la poca legalidad que queda en el país. Así podrían utilizar esos acontecimientos para suprimir las garantías, o echarse al pico a los gobernadores de oposición que presiden estados fronterizos (Pablo Pérez y Pérez Vivas).

Nunca el proceso castro-comunista del ex militar golpista, se había encontrado en una encrucijada tan diezmada y poco probable como la actual, cualquier cosa puede pasar y ningún escenario esta descartado. Al final del día, las fichas serán jugadas en detrimento del pueblo, y a favor del dictador y su camarilla de aduladores. Eventualmente, la situación se agravará de manera acelerada, y las aguas se desbordarán inclementemente. No podemos desmayar, aunque la lógica nos contradiga, es preciso mantenernos de pie y no dejarnos doblegar. Mi pobre patria afligida y mancillada, todavía respira estertóreamente aires maltrechos de libertad.

“La época de hacer milagros ha pasado ya”
Simón Bolívar

¡Patria, Democracia y Libertad!

Roberto Carlo Olivares
robertocarlo14@hotmail.com
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LOS MUROS CHAVISTAS AL COMERCIO INTERNACIONAL, FREDDY RÍOS RÍOS

La compra de alimentos, medicinas, repuestos y los productos de uso familiar se ha convertido, poco a poco, en una dura tarea diaria. Además de los precios altos, es reconocible el desabastecimiento y los estragos de la especulación. La inflación se come el salario.

Un ejemplo es como Chávez arraso con la producción agrícola y en consecuencia con la agroindustria, es decir con toda la cadena productiva sectorial, con el pequeño cloister existente. Al mismo tiempo intento sustituir la producción nacional con importaciones subsidiadas. Resucito Corpomercadeo y lo bautizo Mercal, lo viejo se aggiorna con el cambio de nombre. Prontamente los próceres bolivaristas inventaron los fernandezbarruecos.

Si la demanda supera la oferta los precios se disparan. La producción nacional y las importaciones suplían la demanda nacional, había un equilibrio más o menos estable hasta que Chávez decidió seguir la ideología de Carlos "El Chacal". Para ello era necesario controlar la producción y la distribución. Tomemos como ejemplo otra vez al agro. Buchipluma dueño de la tierra, la semilla, los fertilizantes, los agroquímicos, la maquinaria, la refrigeración, la cosecha, el transporte, la distribución y el expendio podía decretar los precios y en consecuencia acabar con la oligarquía rural. La guinda de la jugada era que el déficit - si lo hubiese - seria importado de Argentina Uruguay, Brasil y de los hermanos del ALBA. Al final no hay ni azúcar, solo centrales parados. La agroindustria chavista es un estomago, solo produce subproductos y desperdicios, jaua-saman-oropeza. Las importaciones se infestan, infectan y contaminan en los almacenes de puertos y aeropuertos, traspasados a una empresa paraestatal para restringir y controlar el comercio externo.

Chávez ha destruido la economía privada nacional, sus tres grandes sectores, son un cementerio de santamarías bajadas. La industria, el comercio y los servicios, por la multiplicidad de restricciones formales e informales operan con lentitud. La consecuencia inmediata es perdida a granel de empleo cualitativo, aumento del desempleo y de la economía informal. En Venezuela nadie invierte, ni nacionales ni extranjeros, porque no hay seguridad jurídica, que es la mejor política económica en un mundo plano y globalizado.

La guerra contra el sector privado nacional - que necesariamente sufrirán los consumidores - tiene dos frentes. El nacional se inicio con la imposición de barreras a la importación incumpliendo los compromisos contraídos por el Estado venezolano en Acuerdos, Convenios y Tratados internacionales. Además de las restricciones establecidas en el Régimen Legal del Arancel de Aduana, se establecieron otras por los caminos verdes de la discrecionalidad administrativa, que con el correr del tiempo se convirtieron en prohibiciones para todos aquellos que no tenían conexiones políticas de alto nivel o no se bajaban de la mula.

Más restrictivo que los Registros y Certificados que constituyen el régimen multipolar reglado de cumplimiento de standeres mínimos, se impuso un régimen de “Permisos” administrado con criterio político. Por aquí comenzó el desabastecimiento, primero de materias primas, productos intermedios maquinas, partes y piezas para la industria y después de productos terminados para el consumo. Como si esto fuera poco se implanto el régimen de control de cambios con el fin, no de resolver una crisis de balanza de pagos que no la había, sino de someter al sector privado de la economía a los designios de Buchipluma. Fue un te montas o te encaramas, que ha dejado más de seis mil empresas industriales cerradas.

El control de cambio, como todas las iniciativas de este régimen - caracterizadas por la impronta de la ignorancia e incompetencia - que ha debido servir de marco a la implementación de un mecanismo de licencias automáticas y no automáticas en el ámbito de las políticas comercial y arancelaria, se convirtió en un monstruo pesado y torpe que legitimo un mercado paralelo, para tratar de controlar el dólar negro, cuya existencia se niegan a reconocer, pero en el cual PDVSA es el operador más importante.

La discrecionalidad de Cadivi ha sido proverbial, ante una inexistente política cambiaria, la administración actúa por ensayo y error. Sin planificación, objetivos y jerarquías claras y con total desconocimiento del papel de las importaciones en la economía nacional y la incidencia del sector externo en el abastecimiento, funciona como una macro restricción para controlar los importadores y no las importaciones, impulsando el proceso de desaceleración de la economía.

Cadivi, al igual que Recadi y la Otac, fracasara, por las mismas causas por las cuales aquellas fracasaron y por la corrupción, acendrada en el tuétano de cualquier discrecionalidad. En este país el único control de cambio que cumplió los fines para el que fue concebido – dentro una política de estado para el control de una crisis económica pasajera - fue el implementado por el gobierno de Rómulo Betancourt, para el cual no se creó parapeto alguno y fue dirigido y controlado por el Banco Central e implementado por la Dirección de Aduanas del Ministerio de Hacienda.

A lo señalado es necesario añadirle dos restricciones mas; una los "Registros" obligatorios, establecidos sin competencia legal, para la importación y actividades conexas a la logística, el almacenamiento y el transporte interno, innecesarias e ilegales ambas, toda vez que en general violan los principios establecidos en La Ley de Simplificación de Trámites Administrativos y en otras leyes especiales. La segunda es la obligatoriedad de solicitar el "Certificado de no producción o producción insuficiente", que tras la impunidad que otorga la falta de transparencia del procedimiento de marras y lo lento del mecanismo es a todas luces innecesario, porque al Minpopo que tiene la competencia , de acuerdo a la mencionada ley , debía, por ser su competencia, darle simple instrucciones a su colega militar de Cadivi, a cuales mercancías - no a que códigos arancelarios - se les debían otorgar divisas preferenciales, sin necesidad que el importador tenga que pasar por ese viacrucis innecesario.

El otro frente de guerra es el internacional, desmantelados los lineamientos de políticas publicas relativas a los sectores productivos y a la inserción del país en el comercio internacional, se procedió a denunciar los acuerdos de integración. Se tiro a la basura el hecho que la CAN era el más avanzado esquema al sur del Rio Grande y el eje ideal para recoger la herencia de Aladi y servir de bisagra para construir conjuntamente con Mercosur - en base a la complementariedad - , una unión aduanera primero y después un mercado común suramericano, lo cual permitiría negociar en mejores condiciones tratados de libre comercio con la EU, la APEC y cualquier acuerdo del "Spaguetti Bowl".

Chávez sin medir costos y beneficios abandono el Grupo de los Tres, se salió de la CAN y tiene años tratando de ingresar al Mercosur, donde temen que por su carácter e histrionismo, además de sus manifiestas intenciones de politizar ideológicamente el tratado, contribuya a incentivar los desencuentros argentino-brasileños, y a no resolver los reclamos tradicionales de trato discriminatorio de Uruguay y Paraguay.

Así las cosas, por empirismo Venezuela ha distorsionado su comercio subregional y regional, solo quedan vigentes Acuerdos de Complementación Económica, entre ellos el más importante es el ACE 59 suscrito entre la CAN y MERCOSUR. La consecuencia es clara si pagas derechos de importación los precios de venta en el mercado nacional son mayores.

El país ha perdido un cumulo de liberaciones arancelarias a las exportaciones que van a significar pérdida de mercados, Aunado a la disminución de las actividades manufactureras se han impuestos incentivos negativos y restricciones a la exportación. Cadivi, los registros de exportadores, los requisitos de abastecimiento interno, los decomisos en frontera, las guías de transporte, la ocupación e intervención de industrias, la discrecionalidad del otorgamiento de las autorizaciones de los regímenes económicos y especiales, y en general la ausencia de incentivos eficaces marcan el rumbo de la improvisación hecha gobierno, que estima que es más importante cobrar impuestos que producir divisas.

Chávez ha intentado dos guerras comerciales, con el pretexto de la suscripción de TLC's con EE.UU. No lo hizo contra Chile que con anterioridad había negociado con ese país un acuerdo del mismo tenor. La primera fue con Colombia, hace una década, cuando desconociendo acuerdos sobre el trato nacional y no discriminación suscritos en la OMC, la CAN y ALADI, impuso a rajatablas el transbordo de mercancías originarias y procedentes de ese país, que ha escalado según sus intereses de política domestica, hasta la intervención del comercio y el intercambio mediante el cierre de las fronteras.

La segunda con México después de la salida de Venezuela del G-3, administrativamente se intento desaplicar las liberaciones arancelarias otorgadas en la Preferencia Arancelaria Regional. Fue un intento fallido, la diplomacia comercial mexicana hizo su trabajo. No obstante en ambas situaciones los únicos perdedores fueron los consumidores y la economía nacionales, dada las distorsiones que causa la desviación del comercio.

Después de 1994 la Aduana, como institución cambio sus paradigmas ante la imposibilidad real de ver, examinar y contar las mercancías y medios de transporte. Facilitación y control selectivo, declaraciones electrónica, inspección no intrusiva, fueron entre otras las metas que propuso Kioto Revisado mediante la promulgación de instrumentos legales que facilitaran el comercio con el menor costos para los agentes económicos y el estado. El camino fue la reforma aduanera. Los conceptos de la buena fe , transparencia y control posterior marcaron el camino de esa modernidad.

La gran excepción de este proceso mundial es Venezuela. La aduana es la segunda mayor restricción al comercio legitimo. Tanto el nivel normativo, como el operativo actúan al margen de la normativa legal vigente, los reparos, comisos, ajustes, remates, inspecciones, fiscalizaciones y cierres impiden el derecho a la defensa oportuna.. Los altos costos de estas arbitrariedades se trasladan a los precios.
El infierno está en los detalles predica el dicho popular, es el campo minado de la permiseria que tiene que salvar el venezolano para tramitar cualquier solicitud. Es kafkiana, como acertadamente lo señalo Emilio Nouel en su artículo de la semana pasada. El futuro previsible es de escasez y altos precios, de mayor inflación, de especulación, de desempleo y sub empleo, tenemos varios años de ineficiente ajuste neoliberal chavista, el gran planificador suena con Ferraris y los huecos revolucionarios lo devuelven al infierno rojo que sus compatriotas han construido. Lo que viene es golpe tuyero, con arpa de bordones de tripa. Vivan los patriotas revolucionarios Idi Amin y Mugabe. Viva la Quinta Internacional.

Freddy Rios Rios
friosrios@gmail.com
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LA CAPACIDAD DE LA GENTE DE TRANSFORMAR LOS ACTIVOS EN ALGO PRODUCTIVO, RAUL AMIEL

¿Por qué la génesis del capital se ha convertido en un misterio semejante?

¿Y por qué nunca nos explicaron cuán indispensable es la propiedad formal para la formación del capital?

Para desentrañar el misterio del capital tenemos que remontarnos al significado seminal de la palabra. Parece ser que en latín medieval, “capital” significaba cabeza de ganado, un bien que siempre ha sido una importante fuente de riqueza más allá de la carne, la leche, el cuero, la lana y el combustible que aportan los animales. El ganado se reproduce. Así, el término “capital” capta la dimensión física del activo (el ganado) y a la vez su potencial como generador de valor excedente. El paso que tuvieron que dar del establo al escritorio los que inventaron las ciencias económicas fue corto, y en general definieron el “capital” como aquella parte de los activos de un país que pone en marcha una producción excedente e incrementa la productividad.

Los grandes economistas clásicos como Adam Smith y, más tarde, Karl Marx consideraban el capital como el motor de la economía de mercado. En “La riqueza de las naciones”, Smith hizo énfasis en lo que constituye el meollo del misterio que intentamos desentrañar: si queremos que los activos acumulados se vuelvan capital activo y pongan en marcha una producción adicional, deben ser fijados y realizados en un objeto o actividad productiva en concreto “que perdure por lo menos un tiempo luego de realizado el trabajo. Es, como si dijéramos, una cierta cantidad de trabajo acumulada y almacenada para ser empleada, si fuera preciso, en alguna otra ocasión”. La conclusión que extraemos de Smith es que el capital no es el stock de activos acumulados sino su potencial para dar lugar a una nueva producción. Ese potencial es, por supuesto, abstracto. Debe ser procesado y fijado en una forma tangible antes de poder liberarlo, exactamente como el potencial de energía nuclear del ladrillo de Einstein.

Este significado esencial del capital se ha perdido para la historia. Hoy el capital se confunde con el dinero, que es solo una de sus muchas formas. Siempre resulta más fácil recordar un concepto difícil a partir de una de sus manifestaciones tangibles que a partir de su esencia. La mente capta más fácilmente el concepto de “dinero” que el de “capital”. Pero es un error suponer que el dinero es lo que finalmente fija el capital. El dinero facilita las transacciones, permitiéndonos comprar y vender cosas, pero no es en sí el progenitor de la producción adicional.

Podemos encontrar una respuesta usando una analogía con la producción de energía. Piense en un lago en lo alto de una montaña. Podemos imaginarlo en su contexto físico inmediato y encontrarle algunos usos primarios, como el canotaje y la pesca.

Pero si pensamos en él como lo haría un ingeniero, concentrándonos en su capacidad de generar energía eléctrica por medio de una planta hidroeléctrica, como un valor adicional que trasciende el estado natural del lago como masa de agua, súbitamente detectamos el potencial que crea la posición elevada del lago. Para el ingeniero, el reto es cómo crear un proceso de conversión que fije este potencial en una forma que permita hacer trabajo adicional.

El capital, como la energía, es un valor en estado latente. Para traerlo a la vida debemos dejar de mirar a nuestros activos como lo que son, y empezar a pensar en ellos como lo que podrían ser. Para ello se requiere un proceso de fijación del potencial económico del activo en una forma en la que puede ser empleado para iniciar una producción adicional.

Pero si bien el proceso que convierte la energía potencial del agua en electricidad es harto conocido, el que da a los activos la forma necesaria para poner en marcha más producción no lo es. Esto se debe a que ese proceso clave no fue deliberadamente establecido para crear capital, sino con el propósito más sencillo de proteger la propiedad inmueble. A medida que los sistemas de propiedad de los países occidentales fueron creciendo, imperceptiblemente fueron desarrollando diversos mecanismos cuya combinación en un proceso empezó a producir más capital que nunca.

El sistema de propiedad formal empieza a transformar activos en capital mediante la descripción y organización de los aspectos social y económicamente más útiles de los activos, preservando esta información en un sistema de registro —escrita en un libro mayor o como un impulso electrónico en el disco de la computadora— que luego se incorpora en un título. Todo este proceso está regido por un conjunto de normas legales detalladas y precisas, de modo que los registros y títulos formales de propiedad representan y recogen nuestras coincidencias acerca de qué es lo económicamente relevante en cualquier activo. Ellos capturan y organizan toda la información pertinente que se necesita para concebir el valor potencial de un activo y eso nos permite controlarlo.

Cualquier activo cuyos aspectos económicos y sociales no están fijados en un sistema de propiedad formal es sumamente difícil de mover en el mercado. ¿Cómo controlar las enormes cantidades de activos que cambian de manos en una economía moderna de mercado si no es mediante un proceso de propiedad formal? Sin ese sistema, cualquier compraventa de un activo, digamos de una propiedad inmueble, exigiría un enorme esfuerzo, comenzando por la determinación de los elementos básicos de la transacción: ¿Es el vendedor dueño del inmueble y tiene derecho a transferirlo? ¿Puede comprometerlo o empeñarlo? ¿Será aceptado el nuevo propietario como tal por quienes hacen efectivos los derechos de propiedad? ¿Cuáles son los medios de los que se dispone para excluir a otros reclamantes? A esto se debe que fuera de Occidente la mayor parte del intercambio comercial de activos se circunscriba a círculos locales de amigos y conocidos.

El principal problema de los países en desarrollo y de los que fueron comunistas no es la falta de espíritu empresarial: en los últimos 40 años los pobres han acumulado millones de millones de dólares en bienes raíces. De lo que carecen los pobres es de un fácil acceso a los mecanismos de propiedad que les permita aprovechar legalmente el potencial económico de sus activos para producir, afianzar o garantizar mayor valor en un mercado de nuevas dimensiones.

Al historiador francés Fernand Braudel le pareció muy misterioso que en sus inicios el capitalismo occidental solo sirviera a unos pocos privilegiados, y es lo que sucede en el mundo actual: El problema clave es descubrir por qué ese sector de la sociedad del pasado que no dudaría en llamar capitalista, habría vivido como bajo una campana de vidrio, aislado del resto. ¿Qué le impidió expandirse y conquistar a toda la sociedad?...

¿Por qué un porcentaje significativo de la formación de capital solo fue posible en ciertos sectores y no en toda la economía de mercado de la época?

Creo que la respuesta a la pregunta de Braudel yace en el restringido acceso a la propiedad formal, tanto en el pasado de Occidente como en el presente de los países en desarrollo o de los que salen del comunismo. Los inversionistas locales y extranjeros sí tienen capital y, gracias a los sistemas formales de propiedad, sus activos están más o menos integrados, son fungibles, forman una red y se encuentran protegidos. Pero son solo una pequeña minoría, la de quienes pueden sufragar abogados especializados, tener conexiones poderosas y la paciencia y los recursos necesarios para sortear el papeleo burocrático de sus sistemas de propiedad. La gran mayoría de las personas, que no puede lograr que los frutos de su trabajo estén representados en el sistema formal de propiedad, viven fuera de la campana de vidrio de Braudel.

La campana de vidrio hace del capitalismo un club privado, abierto solo para una minoría privilegiada, y frustra a los miles de millones de personas que miran ese recinto desde fuera. Este apartheid capitalista continuará inexorablemente hasta que todos enfrentemos el defecto crítico de los sistemas legales y políticos de muchos países donde se impide que la mayoría ingrese al sistema de propiedad formal.

Este es el momento apropiado para preguntar por qué la mayoría de los países no ha podido crear sistemas abiertos de propiedad formal. Este es el momento, cuando los países del Tercer Mundo y los que salen del comunismo viven sus más ambiciosos intentos de implementar sistemas capitalistas, de retirar la campana de vidrio.

Por todo lo antes expuesto el Movimiento Republicano _miembro activo del Frente Liberal de Venezuela_ prepara una iniciativa parlamentaria para formalizar su premisa básica de campaña. Venezuela un país de propietarios.

Venezuela debe ser un país de propietarios. Hoy, muchos venezolanos que solo son dueños de su salario y de algunos pocos ahorros. Hoy día, cada familia que lo desee y se esfuerce, debería ser dueña de su casa de habitación, del mobiliario hogareño, de una computadora y de un medio de transporte familiar. Además, los venezolanos podrían, si así lo deciden, ser dueños de una empresa de servicios, agricultura, industria o fondo de pensión e inversión; participar plena y dignamente de la economía nacional y no solo como asalariados. Se puede y se deben titular las tierras en zonas populares urbanas y de las zonas del campo. Todos los ciudadanos tendrán la oportunidad de participar de forma activa en el capital de muchas empresas y en las grandes obras de infraestructura, mediante la titularización, como dueños, en vez de meros espectadores.
Un paso al frente por ese sueño en acción. La decisión es tuya. Otra Venezuela es posible.



RAUL AMIEL


raulamiel@gmail.com
Saludos Libertarios.
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MESA DE LA UNIDAD RECHAZA VISITA DE AHMADINEYAD


Los miembros de la Mesa de la Unidad opositora rechazaron hoy la visita a territorio venezolano del líder iraní, Mahmoud Ahmadineyad, a través de un comunicado de prensa en el cual además consideran peligrosa la alianza pretendida entre el presidente Hugo Chávez y el mandatario islámico.

A CONTINUACIÓN EL COMUNICADO EMITIDO POR LA MESA DE LA UNIDAD:
Los demócratas venezolanos repudiamos la visita que realiza a Venezuela el indeseable dictador iraní Mahmoud Ahmadineyad, con quien el actual gobierno venezolano ha venido construyendo una supuesta “alianza estratégica” que suscita fundadas sospechas y temores en amplios sectores del país.

Rechazamos la presencia de quien pretende llevar a cabo un programa de enriquecimiento de uranio sin estar sujeto a controles internacionales, en violación de los pactos sobre la materia; que predica irresponsablemente la negación del Holocausto; que promueve la discriminación a la mujer; y que no ha dudado en apelar al fraude electoral y a la represión para mantenerse en el poder.
Condenamos que en la tierra de Bolívar se reciba con inmerecidos honores a un gobernante que desconoce las libertades fundamentales de su pueblo y reprime de la manera más brutal a sus opositores, los cuales sólo reclaman más libertad y unas elecciones libres, justas y transparentes.

Repudiamos la peligrosa alianza que pretende construir el Presidente de la República con un régimen como el iraní, lo cual nada tiene que ver con las razones de interés nacional que puedan aconsejar una relación sobria, práctica y mutuamente beneficiosa con la República Islámica de Irán en aéreas como la petrolera.

Nada tiene que buscar la Venezuela democrática, amante de la libertad y respetuosa de la convivencia pacífica entre las naciones, en una pretendida alianza estratégica con semejante régimen, cuya orientación y actuación contradice las tradiciones humanistas de nuestra sociedad.

El pueblo libre y democrático de Venezuela declara indeseable la visita del dictador Ahmadineyad.

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