El grave problema para la oposición: apuesta a las elecciones de concejales y a las parlamentarias, y quisiera verlo derretirse para sacarlo de un empujoncito en el 2012. Puede ser vana esperanza. De pronto se nos viene abajo mucho antes de lo imaginado. Cojan palco, señores: va en caída libre. Y sin red.
Dios y los hados deberán explicarnos qué mágico conjuro fue puesto en acción el pasado mes de abril, qué estelar conjunción y qué alineamiento planetario tuvo lugar como para que la fortuna del teniente coronel – siempre ascendente y llena de éxitos - se volteara de manera tan estruendosa, tan colosal, tan estrepitosamente.
Pero este servidor ha tenido la paciencia de auscultar todas las encuestas, desde Consultores 21 a IVAD y desde Keller hasta Schemel constatando una realidad atronadora: en ese mes que será el mes nefasto de Hugo Rafael Chávez Frías, su estrella se apagó, el impulso ascendente se agotó y comenzó un descenso que los meses posteriores no han hecho más que corroborar.
Señores: cojan palco. El trancazo ha sido de órdago. Chávez va en picada y según todos los análisis de sesudos politólogos e iluminados quirománticos, podrá intentar frenar la magnitud del trancazo, evitarlo: jamás. Zeus y Júpiter, Saturno y Neptuno le voltearon la espalda. Perdió el favor de los dioses. Adiós luz que te apagaste.
Uno de los más agudos analistas de opinión consultados por este servidor señala que de todas las variables, ninguna tan catastrófica como la de la (des)confianza en Chávez. En Chávez creerán hoy por hoy Cilia Flores y Luisa Ortega Díaz, Lina Ron y Mary Pili Hernández. No les queda más remedio, solteronas como se han quedado. Y algún que otro cortesano, de los que ido Chávez se morirán de mengua: Nicolás Maduro o su hermano Adán. Del resto, que Chávez se baje de esa nube: no confían en él ni su abuela, ni su madre ni su padre. Ni muchísimo menos la boliburguesía liderada por Diosdado Cabello. No se hable del pueblo venezolano, ricos y pobres, negros y blancos, viejos y jóvenes: la propia catástrofe.
Grave, inmensamente grave. Pues cuando se pierde el favor de los Dioses no hay conjuro, ensalmo, palero o huesito que valga. De allí los insólitos llamados que cunden en los oídos de los más resteados de entre los líderes democráticos. Desde uniformados a civiles y desde rojo-rojitos intensos hasta los más rosados: cunden las aproximaciones, los recuerdos, las invitaciones. Por debajo de la Asamblea corre una falla geológica que comienza a echar humito. En cualquier momento, el terremoto.
De seguir así, se hará dramática realidad la caricatura de Matador publicada en algunos medios de la red: Chávez en el diván de un psicoanalista ante una silla vacía comentando el motivo de sus angustias: ha comenzado a sentirse solo.
Esa es la verdad verdadera, la realidad real. Podrá dictar las cien mil leyes, ordenar constitucionalmente la eternidad de su mandato, sellar un pacto de honor con todos los dictadores del planeta y ofrendarle a Yemayá todos sus gallineros verticales. Va palo abajo. Podrá degollar gallos y corderos y beberse la sangre de un rebaño completo. Va palo abajo. Fumar todos los puros y desangrarse en Sorte frente a María Lionza: va palo abajo.
Y se nota. Si en agosto, el mes más muerto del año y por eso escogido para montar a la oposición en la olla del totalitarismo, las cosas le salen chuecas ¡imagínense en septiembre u octubre! ¡Le lloverá sobre mojado! Y no tendrá toalla con que secarse.
De allí el grave problema para la oposición: ella apuesta a las elecciones de concejales y a las parlamentarias, y quisiera verlo derretirse para sacarlo de un empujoncito en el 2012. Puede ser vana esperanza. De pronto se nos viene abajo mucho antes de lo imaginado.
Cojan palco, señores: va en caída libre. Y sin red.
Dios y los hados deberán explicarnos qué mágico conjuro fue puesto en acción el pasado mes de abril, qué estelar conjunción y qué alineamiento planetario tuvo lugar como para que la fortuna del teniente coronel – siempre ascendente y llena de éxitos - se volteara de manera tan estruendosa, tan colosal, tan estrepitosamente.
Pero este servidor ha tenido la paciencia de auscultar todas las encuestas, desde Consultores 21 a IVAD y desde Keller hasta Schemel constatando una realidad atronadora: en ese mes que será el mes nefasto de Hugo Rafael Chávez Frías, su estrella se apagó, el impulso ascendente se agotó y comenzó un descenso que los meses posteriores no han hecho más que corroborar.
Señores: cojan palco. El trancazo ha sido de órdago. Chávez va en picada y según todos los análisis de sesudos politólogos e iluminados quirománticos, podrá intentar frenar la magnitud del trancazo, evitarlo: jamás. Zeus y Júpiter, Saturno y Neptuno le voltearon la espalda. Perdió el favor de los dioses. Adiós luz que te apagaste.
Uno de los más agudos analistas de opinión consultados por este servidor señala que de todas las variables, ninguna tan catastrófica como la de la (des)confianza en Chávez. En Chávez creerán hoy por hoy Cilia Flores y Luisa Ortega Díaz, Lina Ron y Mary Pili Hernández. No les queda más remedio, solteronas como se han quedado. Y algún que otro cortesano, de los que ido Chávez se morirán de mengua: Nicolás Maduro o su hermano Adán. Del resto, que Chávez se baje de esa nube: no confían en él ni su abuela, ni su madre ni su padre. Ni muchísimo menos la boliburguesía liderada por Diosdado Cabello. No se hable del pueblo venezolano, ricos y pobres, negros y blancos, viejos y jóvenes: la propia catástrofe.
Grave, inmensamente grave. Pues cuando se pierde el favor de los Dioses no hay conjuro, ensalmo, palero o huesito que valga. De allí los insólitos llamados que cunden en los oídos de los más resteados de entre los líderes democráticos. Desde uniformados a civiles y desde rojo-rojitos intensos hasta los más rosados: cunden las aproximaciones, los recuerdos, las invitaciones. Por debajo de la Asamblea corre una falla geológica que comienza a echar humito. En cualquier momento, el terremoto.
De seguir así, se hará dramática realidad la caricatura de Matador publicada en algunos medios de la red: Chávez en el diván de un psicoanalista ante una silla vacía comentando el motivo de sus angustias: ha comenzado a sentirse solo.
Esa es la verdad verdadera, la realidad real. Podrá dictar las cien mil leyes, ordenar constitucionalmente la eternidad de su mandato, sellar un pacto de honor con todos los dictadores del planeta y ofrendarle a Yemayá todos sus gallineros verticales. Va palo abajo. Podrá degollar gallos y corderos y beberse la sangre de un rebaño completo. Va palo abajo. Fumar todos los puros y desangrarse en Sorte frente a María Lionza: va palo abajo.
Y se nota. Si en agosto, el mes más muerto del año y por eso escogido para montar a la oposición en la olla del totalitarismo, las cosas le salen chuecas ¡imagínense en septiembre u octubre! ¡Le lloverá sobre mojado! Y no tendrá toalla con que secarse.
De allí el grave problema para la oposición: ella apuesta a las elecciones de concejales y a las parlamentarias, y quisiera verlo derretirse para sacarlo de un empujoncito en el 2012. Puede ser vana esperanza. De pronto se nos viene abajo mucho antes de lo imaginado.
Cojan palco, señores: va en caída libre. Y sin red.
PEDRO LASTRA
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