martes, 17 de noviembre de 2009

MAMBRÚ SE VA A LA GUERRA, FREDDY RÍOS RÍOS, CARACAS, 14 DE NOV DE 2009

Mambrú se fue a la guerra,
¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!,
Mambrú se fue a la guerra,
no sé cuando vendrá.
Do-re-mi, do-re-fa,
no sé cuando vendrá

Una vez más, llevado por la dependencia microfónica que padece, Buchipluma convoco al soberano a la guerra contra la Colombia oligarca que preside el zarrapastroso Uribe y si fuese necesario contra el imperio que tutela Obama, ese negro de alma blanca, Tío Tom del Siglo XXI, que desprecio su amistad y asesoría.

Al día siguiente, convenientemente dosificado el desvarió, vino el recule, no dije lo que dije como lo dije. Lo que dije no fue como dicen que lo dije y los mal paridos de la oposición antipatriota y contrarrevolucionaria quieren provocar un magnicidio con golpe de estado, soy militar de experiencia, bla, bla bla, señero hablo el que condujo estratégica y tácticamente la única batalla que se perdió el 4 de febrero, dada la esmirriada dotación cojonal congénita que sufre, como lo confirmo en segunda instancia, urbi et orbi, aquel abril de carreras, renuncias y llantos, de las cuales no se quiere acordar, lo cual supone encalabozar testigos y reescribir la historia.

Para salir del laberinto guerrerista es necesario saber cómo se arribo a él, quien es el protagonista, cual fue el camino, cuales las circunstancias, el cuándo y el cómo, es decir las condiciones objetivas. Alguien en la Escuela Militar mando las normas y requisitos de ingreso para el mismísimo, para admitir a un no bachiller zurdo que tiraba duro pa' jon y cuyo sueño vital era emular al Látigo Chávez y ser "Big Liger", por supuesto en el imperio, con un bojote de billullos verdes en la cartera.

En todo caso de la casa de los sueños azules, salió una pesadilla ignorantona e inculta, mitómana, mentirosa contumaz e impostora fraudulenta, para el retrato tomemos prestado lo que señala Silvia Blanco, "Hay mentiras, sin embargo, que crecen demasiado y alcanzan el otro extremo de la falsedad, la impostura. Para eso hace falta cálculo, voluntad de engaño, un montón de energía, ingenio, memoria y probablemente mucho tiempo. Es así como se logra ocultar la propia identidad para cimentar una nueva sobre una mentira". Las circunstancias de la anti política, como solución temporal trajeron el caramelito de cianuro, “El Comandante-Presidente", caudillo por la gracia de Dios y de Maisanta, de los últimos once años que quiere convertir en un hasta que la muerte nos separe, invencible y eterno, en la paz y en la guerra; bolivita, napoleoncito, alejandrito.

Por un momento congelemos el pasado en búsqueda de la identidad originaria de Buchiman, ahí no hay nada, solo palabras y la fuerza. Jaquetón, represivo, grosero y soberbio cuando tiene poder, de suyo mentiroso y deslenguado, cuando no, subalterno con morriña, blue, depre, tristón, modosito, arrastradito y obediente. Roto el sueño peloteril, vino el aterrizaje de emergencia y la búsqueda de un nuevo referente. Encontró al Libertador en el uniforme y en sus fabulas a Maisanta, después en la atolondrada hoja de ruta, cayó en las manos de unos vendedores de espejitos comunistas, que no sabían que esa industria había quebrado, y les compro las maltrechas maletas para emprender el camino.

Su problema es el modelo militar con sus mitos y jerarquías, en general para el desconocido, al final del día metió en el morral: Las guerras de independencia y las guerras de liberación nacional; en síntesis Bolívar y Fidel. Acentuado todo ello en las deficiencias de su ciclo formativo; familiar, social e institucional y en el hecho que lo leído ha sido mal leído y peor interpretado. Aquí subyacen los peligros de hoy, la confusión Buchipluma-Mambrú/ Presidente-Comandante

El verdadero Mambrú, si fue a la guerra, fue John Churchill, Duque de Marlborough, conocido por los niños de todo el mundo hispano-parlante por la versión en español de una canción popular infantil, que algunos dicen francesa;" Marlborough s'en va-t-en guerre", y otros, dicen inglesa, "Malbrook the Prince of Commanders". Esta composición burlesca tuvo origen cuando durante la Guerra de Sucesión Española, en la cual se enfrentaron los ejércitos de Gran Bretaña y Francia, en la batalla de Malpaquet, los franchutes a pesar de su derrota creyeron muerto en la batalla a su enemigo el primer duque de Mambrú.

Como todos sabemos Mambrú nunca ira a la guerra, no tiene como, ni con que, si tal torpeza ocurriese, mandara a otros a ir a las armas, a que lo defiendan, Buchí estará como Saturno, rodeado de anillos, igual que su modelo Fidel, que dirigía las tropas, la artillería, los tanques, instalado cómodamente en la segura y lejana Habana, mientras en África lo ignoraba el General Arnaldo Ochoa, que libraba en Cuito Cuanavale, Lubango, Teshipa, Calueque, verdaderas batallas, consecuencias de la permanente injerencia del castrismo en los asuntos internos de otros países.

La vida marca a los "héroes" transitorios, pagan un precio al autoritarismo al que sirvieron, cuando molestan al gamonal los convierten en chivos expiatorios, a sacrificar en el altar de la revolución, mensaje subliminal de la obediencia debida y permanente del mandante a los conmilitones, fusilan a Ochoa, a Baduel lo ponen preso, a cada quien según sus necesidades, por supuestos las del híper.

A Buchíman es imposible evitarle papelones, especialmente los armados, y más si son en vivo y en directo, como cuando al general que le dio el patatús en una sanación evangélica se quedo apendejecido ante la absurda orden que le impartía quien lo había cuatrisoliado, otro cuando decreto la guerra santa contra su clon Uribe y el mas arrecho, cuando se entrego en abril..
Alguno de sus tutores, esos viejitos a los que sientan en los desfiles militares, en la tribuna de los chochos uniformados, han debido tratar de meterle en la testa los principios básicos de Clausewitz , Sun Tzu, Maquiavelo y el Tio Ho. Algo ha debido caerle del libro de Beaufre, de las reflexiones de Raymond Aron y Liddell Hart, acerca de la estrategia y especialmente la militar que tiene por objeto- según dicen los que saben de esa sacra asignatura- alcanzar los resultados fijados por la política.

En esos vericuetos áridos de la soledad de los verdaderos jefes, donde las vertientes se separan con certeza, entre la guerra y la lucha, política y las paz, donde la concepción democrática se debe imponer sobre la vocación autoritaria, alguien tiene que haber por lo menos insinuado el arte de la negociación. Alguno le habrá advertido del peligro de hablar bolserías, que las victorias del El Alamein , Stalingrado, Kursk , Normandía, Dien Bien Phu , Waterloo y Verdum sobre los totalitarios de turno, al final no valieron la sangre derramada.

El viernes en la Marcha por la Paz, de nuevo Buchipluma se encasqueto el uniforme de guerra mediática, se disfrazo de Mambrú y dijo algo que le salió de alma. Desaforado ante la escuálida audiencia obligada, de funcionarios públicos uniformados de rojo fascista, con el tic acentuado en la media sonrisa davinceana que delata sus contradicciones existenciales, dijo: "Yo estaría al frente y detrás de mi pueblo.", al convocar a los militares y a la población a prepararse para un eventual conflicto bélico producto de la agresión externa que nos amenaza. ¿Sería este un lapsus brutis de Mambrú?, ¿Más bien es su realidad borderline o su duplicidad acomodaticia?. Estar el líder al mismo tiempo adelante y atrás resulta como difícil. ¿El líder debe estar en la vanguardia o en la retaguardia? ¿Quien debe estar adelante, dirigiendo? ¿No está dispuesto Mambrú a comandar la vanguardia de las huestes patrias en contra del enemigo externo, como Fidel en Bahía de Cochinos? ¿Mambrú estará por el contrario detrás de la retaguardia del pueblo y ejercito unido? ¿Dónde estará Mambrú? ¿Ira Mambrú a la guerra? ¿Estará Mambrú dirigiendo las tropas, las milicias, la artillería, los tanques, los aviones y la flota desde la sala situacional del Museo Militar?

Si Mambrú es un mentiroso y un impostor, no puede quedar duda alguna, sobre la repuesta, el comediante en jefe de la guerra asimétrica, por razones estratégicas y tácticas, militares y políticas, de guerra y de lucha, siempre dispuesto a ofrendar la vida de los demás, en defensa de sus intereses, estará al frente de la retaguardia de la retaguardia, acompañado del batallón invencible de los nuevos ricos revolucionarios boliburgueses, porque el líder-comandante-presidente debe preservarse para garantizar el triunfo del Socialismo del Siglo XXI y la derrota definitiva del capitalismo.

Por lo señalado para Buchipluma o Mambrú, su tragedia es la mentira, siempre tiene una fresca como escape a su incompetencia proverbial, Midas de recontra, en muchos casos prodiga mentiras ni siquiera necesarias, la columnista española Silvia Blanco concreta la explanación "En las grandes mentiras siempre existe la duda de si, a fuerza de repetírselas y contarlas, el impostor acaba por creérselas”.
Continua la precisión que nos permite afinar la identificación: “Mentir casi siempre es una elección. Desde el mero maquillaje de la realidad para que se ajuste a la imagen que queremos dar en un momento dado, a la gran mentira, buscamos coherencia. Cuando se cuenta algo falso que produce culpa o intranquilidad, es habitual que se relativice o se sesgue, que no se tenga en cuenta el dato que nos confronta con la realidad”. Ejemplo a mano, cuando le confiesa publicamente al comandante Fausto que tuvo a un tris de irse a la guerrilla.

El psiquiatra Carlos Castilla del Pino, en su libro Conductas y actitudes, precisa; "la impostura es una incongruencia en el proceso permanente de construcción y uso de la identidad lograda. (...) Exige tal memoria de evocación sobre las muchas mentiras impartidas que siempre existe el riesgo de auto descubrirse". ¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!

Desde aquella añeja fritura de cabezas en aceite hasta la novísima mandada de lavado de palto a Obama y Uribe, las imposturas han sido junto con las añagazas, la reiterada marca registrada del susodicho. En cualquier sociedad seria, democrática, con poderes independientes, esta conducta reiterada hubiese causado graves contingencias al comitente, como le ocurrió a Richard Nixon, por el caso Watergate, toda vez que esta conducta transgrede en el fondo los valores éticos, la síntesis del autor es conclusiva, "El impostor transgrede de manera total los pactos de veracidad que rigen de manera decisiva la interacción que, aparte de la cuestión moral, suponen una economía mental. La tensión es de tal índole que en ocasiones les lleva a la confesión como manera de resolver la angustia". El fracaso de Barrio Adentro, la victoria de mierda, las habilitantes, revelan estas tensiones, y el pueblo comienza a descreer, el mito a caer.

El profesor Miguel Catalán, autor del tratado Seudología, es un estudioso de la mentira y especialmente de la mentira patológica conocida como pseudología fantástica, que en los foros de especialista ha sido definida como "un cuadro patológico caracterizado por la continua fabricación de falsedades groseras, desproporcionadas con relación a cualquier ventaja que pudiera obtenerse, y que normalmente incluyen una caterva de fantasías inciertas, que pueden llegar a configurar un engaño complejo sistemático, y que a diferencia de la mentira ordinaria, se origina en motivaciones patológicas y mecanismos psicopatológicos”. Las grabaciones de los Alo Presidente y las cadenas nacionales contienen una enciclopédica colección de tales manufacturas, que confirman la proposición definida por los facultativos.,


Sostiene Catalán caracterizando "Miente sólo para ocupar el centro de atención. Además de natural (en el fondo, pocos prefieren pasar desapercibidos a ser protagonistas), esa motivación retiene algo del egocentrismo asocial de la infancia, y por ello puede hacernos sonreír, porque incumple el primer precepto de la prudencia adulta en estos casos: nunca hay que mentir cuando decir la verdad resulta más ventajoso. El problema surge cuando la impostura es radical o vital; cuando ocupa el centro de la personalidad del sujeto". La prueba abunda, el permanente caso colombiano, los magnicidios, los golpes de estado, los cuentos de febrero y abril, las arañas, el discurso del odio, así como el trato que le da a la disidencia y a la oposición, potes de humos para tapar la inseguridad, los apagones, el racionamiento de agua, la inflación, el desempleo y la corrupción.


"Cuanta más gente esté implicada en la mentira, mayor riesgo asume el impostor" sostiene Blanco. "A algunos les da exactamente lo mismo". Empero Buchí es el capo, al estilo de los personajes del libro The Gang That Couldn't Shoot Straight de Jimmy Breslin, que desmitifico El Padrino, jefe de una mafia lumpen, de un bojote de ignorantes, incapaces y mentirosos, solidarios y cómplices de toda desmesura, para quienes, "La realidad se convierte en un mero estorbo que puede ser modificado. El fabulador, directamente la ignora".

Después de este corto recorrido por la impostura y la mentira en un contexto de guerra a muerte revolucionaria, un Asalto al Palacio de Invierno en la Sabana de Bogotá, podría terminar de forma jamás pensada, tal vez como aquel aquelarre presidencial que sirvió de telón a la reunión de Republica Dominicana donde Buchí embarco a Correa por la Computadora de Reyes, y se dio de apretones y palmaditas con Uribe y Lula salió arrechino. Estas hostilidades militareras y televisivas podrían culminar, como las teleculebras, tal vez cantándole a Obama en Brasilia, convocados por ese par de angelitos Lula y Zapatero, "For Hugo is a Jolly Good Fellow" and "The Comandante Went Over the Mountain.", que tienen la misma melodía que Mambrú se fue a la guerra.


Por lo demás estoy seguro que nuestro Buchipluma se deleitara mucho mas con la letra inglesa empezando por el título, " Mambrú el Príncipe de los Comandantes", ello de por si, amerita que Cilia, con la urgencia parlamentaria que la materia requiere, proceda a sancionar la ley que obligue a nacionales y a extranjeros, de fuera y de adentro, a dirigirse al infra escrito con el título de " Príncipe de los Comandantes-Presidente".


Por otra parte seria muy importante que todos los Jefes de Estado y de Gobierno le dirijan una petición a Chávez, para que no vaya a la guerra, ni contra Colombia ni contra los Yunates Estates, no solo porque como dice Laureano Márquez puede con sus dotes, habilidades y destrezas militares, ganarlas y administrar esos territorios sería un peso demasiado costoso para los venezolanos, sino porque no sabríamos cuando regresaría, motivo sin duda alguna de dolor y pena no solo para sus conciudadanos, sino para todo el universo. Si imaginan una Asamblea General sin Buchí, piensen en una Cumbre Presidencial sin el nuestro de todos nosotros, avizoran las maldades del capitalismo si Mambrú tiene que estar guerreando contra la oligarquía colombiana, supongan las crisis de los medios sin Chávez en primera página, adivinen las lloronas de izquierda caviar, que pasaría con los chuletones del ALBA, vislumbran lo que se robarían estos gaznápiros si Buchí no pudiera contralarlos. ¡Buchipluma amarra al Galtieri que llevas por dentro!.

Freddy Rios Rios
friosrios@gmail.com
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