lunes, 19 de octubre de 2009

EN DEFENSA DE LA POLITICA, FREDDY RIOS RIOS

Si de algo debemos estar seguros los venezolanos, es que cuando esta manga de incompetentes sean derrotados electoralmente, será necesario reconstruir el país en base a la concertación de un bloque de políticas públicas de estado, que obligue a los gobiernos venideros a respetar el pacto constitucional. Un somero examen del ejercicio chavista para imponer el comunismo-fascista, el pensamiento único, permite llegar a tres conclusiones; una, que desde el origen Chávez tenía el propósito de desmantelar el estado institucional de derecho, las otras dos son consecuencia de la primera, que para ello era fundamental acabar con la propiedad privada y definitivamente con los partidos políticos, ya duramente golpeados y diezmados por su propia incompetencia y por la antipolitica.

La hoja de ruta tenía como propósito tutelar, la presidencia vitalicia al amparo de la estructura ceresoliana caudillo-ejercito-pueblo. Chávez percibe al pueblo como lumpen comprable, al ejército como montonera armada, allí existe un paralelismo real con la figura de Boves, caudillo carismático.

De ser así nada puede extrañar, un ególatra con la botija llena, que sueña un imaginario épico - primero más grande que Bolívar hoy más grande que Fidel - mantiene en sus desvaríos mediáticos una pelea, que cree vis a vis con el capitalismo global, que digitaliza por conveniencia emotiva en los EE.UU, ´´el imperio´´ de sus febriles batallas oníricas.

En Chávez subyace el paraíso perdido del fanatismo en trasnochado viaje hacia un muro de Berlín derrumbado por el fracaso del stanilismo, encubierto en citas de autores no leídos, aupado por una plaga de chulos profesionales, aplaudidores del ALBA, a los cuales paga en divisas contantes y sonantes. Lo precedente además ofrece explicación, por ausencia de proyecto realizable, al fracaso nacional en todos los órdenes medibles de la calidad de vida de los venezolanos, seguridad, salud, electricidad, agua vivienda servicios, inflación, especulación, escases, empleo, y se podría continuar citando. Por eso es necesario sustantivar y enaltecer lo político sobre la antipolitica, que pareciera rebrotar desde el pantano de los pequeños intereses grupales, mezquinos y también desde egos cuya única tarea es ser los insustituibles del gesto, la palabra y el yo te dije.

Chávez hoy no es mayoría, lo aseveran todas las encuestas y sin duda alguna, la construcción de una nueva mayoría democrática pasa por el fortalecimiento de los partidos políticos, no de individualidades no contaminadas por la política, no los partidos que soñamos un día, sino los que tenemos, los de ayer y los de hoy, con sus errores y defectos, sus minusvalías, sus fracasos, sus miserias, sus silencios y sus culpas. Con ellos tenemos y debemos arar, construyendo una política unitaria, de cara no solo a lo electoral sino a lo público. Que trascienda la mera critica para ser prepositiva, inclusiva e inteligente. Lo señalado no significa en modo alguno tolerancia acrítica o celestina con los partidos y sus direcciones, sino por el contrario la incentivación de la crítica y no de la censura, para hacerlos modernos, plurales, eficaces y transparentes, al servicio del país que todos queremos vivir

Concertar es trabajo arduo, difícil, largo y mas difícil aun en la política que es terreno de la controversia y la diferencia, y algunas o muchas veces, por ser de humanos, se nutre de mieles o hieles de triunfos y derrotas pasadas. Los partidos nuestros están cumpliendo-casi todos- su papel, han instalado la Mesa de la Unidad que constituye el mecanismo propio para la construcción, diseño y formulación de políticas, han creado mesas especializadas para el análisis y las propuestas sobre los temas que más preocupan a los venezolanos, se ha interiorizado el mecanismo a los estados y municipios, en consecuencia se está construyendo la política y la maquinaria unitaria para enfrentar a Chávez, los partidos se están empinando sobre las diferencias.

No es hacer ´´Política´´, en grande, con mayúsculas, la discusión hoy sobre la decisión de adoptar desde ya la tarjeta única y el método de primarias para la escogencia, por el contrario parece un despropósito similar a la abstención de antier y las candidaturas no unitarias ayer, errores que todos lamentamos incluso sus predicadores, es oprtuno recordar que mano segura no se tranca. Tampoco es politica la autodefensa a ultranza de franquicias venidas a menos, que pretenden una presencia que la realidad niega

Está cantado que el pueblo disidente, desea y aspira la unidad, intuye que podemos ser mayoría en la Asamblea y en cualesquiera otra elección, si somos capaces de alcanzar candidatos o listas únicas, la tarjeta o las tarjetas, son el mecanismo para ejecutar la política, no constituyen la política, la política es la unidad de propósitos y de fines. Todo partido, organización o persona que constituya un obstáculo para la política unitaria, esta cociente o inconscientemente destruyendo la posibilidad real de derrotar a Chávez, por cuanto si la política es exitosa, la importancia de la herramienta para la praxis es secundaria.

Teodoro, Rosales y Borges, demostraron fehacientemente la validez del prepuesto señalado,que rescato a los venezolanos de aventurerismo, del Chávez vete ya, para dedicarse a construir una opción de poder, que afortunadamente parece haber calado hondo, y que para continuar su desarrollo, no se deben poner las carretas delante de los bueyes. El daño que causa al país la Asamblea Nacional es producto de la abstención, que no era la ausencia de política, sino más bien clara manifestación de la antipolitica.

En este entorno aparecen de pronto algunos cultores del antipartidismo, nuevos y viejos, con el discurso, hoy disfrazado de defensa de la sociedad civil, su representación y participación en la política, pero que tiene un trasfondo de golpe bajo, interesado y por mampuesto, resaltando, con muchas mayúsculas y negrillas, los errores por acción u omisión de nuestros partidos de escaza militancia. De suyo parten de una verdad, además, demasiados partidos, pero eso no los deslegitima como verdaderos y necesarios intermediarios del pueblo en la búsqueda de su destino, así como tampoco los hacen tan débiles para aceptar los deseos de opinadores, columnistas o grupos de presión para acatar sumisos que la política la dirija la antipolitica, que hasta candidatos propone y que otras veces ha militado en los partidos y luego los divide, y como colofón que su ejercicio diario sea practicado por independientes, luchadores sociales o profesionales exitosos. Qué bueno sería un gran partido popular y otro gran partido de izquierda democrática, sin que ello signifique la desaparición de otros matices de un espectro político plural, digo bueno porque en los países con grandes partidos, la antipolitica y su ejecutantes no caben, aun teniendo medios.

La disidendencia política tiene hoy retos importantes, por una parte la construcción diaria de la concertación, por la otra convencer a la gente que sufre a Chávez, incluyendo a los acomodaticios ninies, que deben y tienen que participar, que marchar no es suficiente, que es necesario subir cerro y ponerse alpargatas porque lo que viene es joropo. Es necesario derrotar en el sentimiento del venezolano la conseja de los últimos 20 años, que sin dudas se hospedo en su conciencia, que los partidos y sus dirigentes estaban corrompidos y no representaban a nadie. Esos lodos y los respectivos vientos, no los llevaron al poder-salvo la brevedad de Carmona-, sino que trajeron a Chávez.

Los partidos deben actuar responsablemente, con humildad, sin arrogancia, pero también asumiendo su propia importancia en la conducción política y en la construcción de la alternativa al chavismo. Al mismo tiempo la sociedad civil debe asumir su espesificidad como tercer sector en lo social y en lo económico, sus objetivos apuntan adonde no llega el estado o llega ineficientemente o donde este requiere control y vigilancia, empero no tienen como objetivo la lucha política partidista.Si tenemos los campos delimitados por los objetivos que le son propios, no existe duda de las ventajas de la sinergia para actuar y participar corresponsablemente en los acontecimientos y hechos políticos, económicos y sociales, que pueden determinar los cambios que el país requiere. El enemigo a vencer es la tentación provocada a ser lo que no se es, a ejercer roles impropios, a la construcción de feudos, que caraterizan el personalismo y el voluntarismo.

Mao Zedong decía cortando buena tela que ´´ la pasividad es fatal para nosotros, nuestro objetivo es lograr la pasividad del adversario´´, aquí Chaves ha sido maoísta. Así mismo sostenía en las horas chiquitas, que se podía ´´Despreciar al enemigo estratégicamente pero tácticamente tomarlo en serio´´, y nosotros reiteradamente lo hemos despreciado. Por último es saludable recordar y mas en este momento que vive la disidencia que Zedong repetía aquello ´´Deja 100 capullos florear´´, llego la hora de los jardineros, vamos a seguir sembrando flores, miles de miles, a tomar a Buchipluma en serio y a lograr que los rojitos se enguarimben en sus casas.

Caracas 18 de Octubre de 2009.
Freddy Rios Rios <friosrios@gmail.com

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